La sevillana llega esta noche (21 horas) al Teatro Bretón con su obra sobre mujeres del Siglo de Oro
La bailaora Rafaela Carrasco (Sevilla, 1972) trae a los Jueves Flamencos (aunque la gala se celebre en sábado) la obra ‘Nacida sombra’ en la que desarrolla un encuentro entre baile flamenco con grandes creadoras del Siglo de Oro en España: Teresa de Jesús, María de Zayas, Sor Juana Inés de la Cruz y María Calderón ‘La Calderona’: «Nace de una necesidad de realizar una reflexión personal; hablé con el escritor Álvaro tato y él me propuso un viaje alrededor de estas cuatro mujeres. La verdad es que ha sido absolutamente enriquecedor desde el momento que comencé a documentarme sobre la personalidad y la obra de cada una de ellas. Ha sido emocionante trasladarlas a la actualidad a través de un caleidoscopio tan rico y poderoso como es la danza flamenca.
-¿Cómo ha sido el trabajo con cada una de las cuatro?
-Existe un trabajo enorme de mesa que precede a meterse en el estudio a sacar movimientos, que es fundamental. Después, intentamos introducir a cada una de ellas en el contexto en el que vivió y darle el carácter que podía tener, desde nuestra visión personal. A través de sus vidas y de sus textos hemos intentado encontrar el estilo de baile. Lo bueno es que cada una de ellas tenía una vida y una personalidad muy diferente, y eso nos ha permitido conjugarlas con enorme creatividad y placer, tanto en las coreografías como en la música concreta para cada una de ellas. Por ejemplo, María de Zayas, autora de textos muy contundentes, yo me la imagino casi masculina, rápida de movimientos, muy técnica... Para ella hemos buscado música muy jazzística. ‘La Calderona’, que quizás es la mujer más popular de las cuatro por su trascendencia como actriz de corral de comedias, la representamos más cercana al folclore, a la parte popular musical de la tierra, con compás de fandangos. Juana Inés de la Cruz, tan vinculada a México, la evocamos en la corte, con músicas que se adhieren al barroco y las folías; ella baila por guajiras... Teresa de Jesús cierra esas cuatro mujeres, es la que lleva la trama, es mayor, está en su última noche, en su celda. Su estilo de baile carece de ansiedad, porque ya no tiene nada que demostrar.
-Usted no se considera una bailaora vanguardista, pero sí que es capaz de asumir riesgos creativos con la originalidad de sus montajes escénicos.
-Me siento muy actual y siempre estoy en una continua búsqueda. Todos mis trabajos desde que comencé en 2002 en compañía privada han estado en ese camino. No lo hago por salirme de lo establecido sino por pura necesidad personal. En cuanto a la vanguardia es algo como más futurista que presente. Mi lenguaje viene de la tradición, que se ha actualizado por el tiempo que me toca vivir, pero más vanguardista en propuestas que en la forma del baile mismo. Yo necesito siempre tener muy claro hacia dónde quiero ir. No busco un movimiento vacío, todo ha de tener un sentido. Si que es verdad que en el camino de construcción de una obra el proyecto cambia y a veces tiene la magia de que el final es otro totalmente al que tenías previsto. Pero tengo que tener claro hacia dónde tengo que ir. Por eso me gusta trabajar las coreografías con bailarines que tienen cosas que decir, artistas con experiencia, con peso y que tienen su propio lenguaje a la hora de danzar.
-¿Le sigue sirviendo el flamenco como vía de expresión o se le queda pequeño?
-Comencé con Matilde Coral y a los 17 años comencé a trabajar en la compañía de Mario Maya, un vanguardista increíble. Él me abrió un mundo enorme y a partir de ahí he continuado con mis inquietudes. El flamenco es básico para mi manera de sentir y lo grande que tiene es que ha ido evolucionando siempre por necesidad de supervivencia; en caso contrario se hubiera quedado anclado como les ha sucedido a otras expresiones folclóricas. Cada uno tiene su forma de expresión personal, su lenguaje: unos más bailarines, otros más flamencos, raciales, otros más estilizado. Ahora sucede igual, lo que sucede es que estudiamos todas las disciplinas de danza y tenemos a nuestra disposición todo lo que queremos ver de todos los estilos de y eso permanece dentro de nosotros. No es posible vivir dentro de una burbuja. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja