miércoles, 16 de agosto de 2017

Padilla, Diego Urdiales y José Garrido, esta tarde ante astados de Alcurrucén

La corrida comienza a las 18,30 horas y se dan cita en el coso de la ciudad de las cigüeñas tres estilos muy diferentes del toreo ante una gran ganadería 

La plaza de toros abre esta tarde (18,30 h.) sus puertas para vivir con la máxima intensidad una corrida con la presencia de Juan José Padilla, Diego Urdiales y José Garrido ante astados de la ganadería toledana de Alcurrucén, propiedad de los hermanos Lozano y que en la pasada feria de San Isidro propició merced al juego de dos de sus extraordinarios ejemplares los triunfos más importantes de Madrid, los de Juan de Álamo y Ginés Marín y sus puertas grandes. La base del toreo es el toro y la empresa del coso alfareño ha seleccionado una corrida de una divisa puntera que se anuncia en las principales ferias y con la que Diego Urdiales, por ejemplo, logró sus dos puertas grandes consecutivas en las Corridas Generales de Bilbao. Y por si todo esto fuera poco, en el año 2007, una corrida de este hierro dio una soberana tarde en el coso de las Cigüeñas que permitió expresar el toreo a Julio Benítez como nadie era capaz de atisbar. Aquella fue una corrida muy baja y bien hecha; la de esta tarde es muy cromática, con varios ejemplares castaños, colorados, chorreados y uno girón precioso que es una verdadera pintura. La ganadería de Alcurrucén se ha convertido desde hace varias décadas en una de las emblemáticas para las figuras. Este tronco ganadero creado por Carolos Núñez, fusiona reses de Pedrajas, Tamarón y Villamarta, con una parte de lo de Pedrajas (proveniente de Rincón) con la base de su bravura. Si la corrida embiste como debe por sus orígenes se puede vivir una tarde muy variada, dado el diferente cariz de los tres matadores. Abrirá la corrida Juan José Padilla, el único superviviente del cartel del año pasado. El torero de Jerez es uno de los líderes de escalafón en número de corridas y de él destacan varios detalles: su inmediata conexión con el público y su entrega absoluta en todos los tercios. El veterano torero se deja todo lo que tiene en el ruedo y la temporada de 2016 se fue de Alfaro contrariado por la decisión del presidente de no concederle la segunda oreja que le hubiera permitido salir a hombros. El segundo de la terna es el arnedano Diego Urdiales, un torero que desde hace muchos años ha sentido una especial vinculación con la plaza alfareña que va mucho más allá de los triunfos acumulados y que estriba en la identificación de un sector del público con sus formas. Diego ha logrado hasta indultar un toro en este coso, donde renació de sus cenizas hace diez años en 2007, año en el cortó dos orejas en un festival a un toro de Antonio Briones, y después, en la feria, tres y un rabo a un gran ejemplar de Baltasar Ibán. Alfaro siempre ha sido esencial en la carrera del riojano, que se prepara ya a fondo de cara a las dos tardes de grandísima responsabilidad que le aguardan la semana que viene en Bilbao. Cerrará la corrida José Garrido, una de la ausencias más inexplicables de la feria de San Mateo y triunfador el año pasado en Bilbao junto al torero riojano. El diestro extremeño es una de las máximas promesas del escalafón y un torero marcado por una concepción pura y barroca de la tauromaquia que sobresale por su arrebato tan personal con el capote. Es uno de esos toreros jóvenes que aprietan en el escalafón y que salen cada tarde al ruedo a no dejarse ganar la pelea por nadie. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja