jueves, 31 de agosto de 2017

El Cid sustituye a El Fandi esta tarde en Calahorra

Se lidiarán astados de Apolinar Soriano en un cartel con Juan José Padilla y el debutante Varea

Manuel Jesús 'El Cid' sustituirá esta tarde a David Fandila 'El Fandi' en la corrida grande de las fiestas de Calahorra. El torero granadino se resintió el pasado domingo de una lesión sufrida en la plaza de Almería. El parte médico lo dejaba claro: desgarro miofascial profundo del tercio medio interno del músculo recto femoral con colección líquida fusiforme de aproximadamente 10 cm. de extensión longitudinal. El torero de Granada comunicó ayer mismo que «volverá a vestirse de torero» el 2 de septiembre en la Goyesca de Ronda. La empresa Tauroemoción anunció ayer por la mañana que sería Manuel Jesús 'El Cid' el sustituto. He aquí las razones: «Su buen bagaje esta temporada, donde ha destacado en Sevilla, cortando una oreja, y como triunfador en Calatayud y Tudela». Así que el cartel lo abrirá Juan José Padilla, con 'El Cid' y el torero apoderado por la empresa, Jonathan Blázquez Rovira, 'Varea' en los carteles, que se presentó en La Rioja el pasado mes de marzo en Arnedo ante astados de Victorino Martín. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

lunes, 28 de agosto de 2017

PARA SOÑAR EL TOREO

Había llovido y la tarde de Aldeanueva se quedó mansa, suave, sin una brizna de viento. El ruedo de la plaza estaba perfecto, con la arena suelta y húmeda; la chavalería bullía dispersa en grupos por esa almazuela arquitectónica que es el centenario coso y cuatro novillos de Lumbreras aguardaban en los chiqueros. Y no decepcionó ni un ápice la novillada de Río Bravo, que tal y como hizo en Lardero (final del Bolsón Taurino de La Rioja) y en San Adrián (Espárrago de Oro) ofreció bravura, emoción y calidad a raudales. De cuatro erales, tres fueron de nota y el segundo, de nombre ‘Fundador’, un animal extraordinario en todos los sentidos, por sus preciosas hechuras, por su raza y por su encastada nobleza. Un novillo que mereció la vuelta al ruedo y con el que el joven Víctor Hernández demostró varias cosas: que quiere ser torero, que pisa los terrenos de compromiso, que maneja bien la zurda y que, obviamente tiene mucho camino por andar. ‘Fundador’ metió la cara en el capote con clase y en la muleta lo hizo, además, con temple, con ese más allá que decía Joselito ‘el verdadero’ que tienen las embestidas de los Núñez con sus dos o tres pasos más de recorrido. La faena tuvo altibajos, pero Víctor se había dado cuenta de la calidad del morlaco y lo intentó hacer todo muy de verdad con ambas manos. Las mejores series llegaron al natural, con la planta muy asentada y su expresión muy vertical. El público de Aldeanueva vibró con el toreo bueno y con las profundas embestidas del eral. Era de vuelta al ruedo, pero la presidencia estaba, sin duda, a otros menesteres.

Una máquina de embestir
El primer astado, llamado ‘Camillero’, fue una auténtica máquina de embestir. El eral, fino también de cabos, no paró ni un segundo de perseguir los engaños. Aitor Fernández estuvo entregado con él, pero le faltó someterlo para que no se le subiera a las barbas. El diestro ligó varias series por ambas manos a toda velocidad. Es cierto que resulta muy complicado reducir un torrente así, pero alguien de su cuadrilla le debería avisar de que era necesario comenzar por abajo sometiendo al toro para frenar un poco su acometividad y poderlo torear despacio. El tercero, el más feo de hechuras, resultó el peor del encierro. Sin comerse a nadie, la realidad es que miró a tablas en repetidas ocasiones y le faltó fijeza. Eso sí, no mintió.
El último de la novillada me encantó. ‘Capitán’, un poco más feote que sus dos primeros hermanos, pero con mucho compás. Le costó a Víctor acoplarse, pero cuando lo hizo logró una serie en redondo maravillosa. Su rara fragilidad es conmovedora y atisbo que quiere sentir cosas bellas toreando. Se tiró como un jabato tras la espada y abrió la puerta grande como antes había hecho su compañero de cartel. Gran tarde de toros de Aldeanueva de Ebro, una feria ejemplar en todos los sentidos y que cerró su capítulo de novilladas a pie con un nuevo triunfo de la familia Lumbreras, un verdadero nido de afición, señorío, elegancia y bravura.

Feria del Racimo de Oro. (Aldeanueva de Ebro) Novillos de Álvaro y Pablo Lumbreras, bien presentados y de gran juego. Aitor Fernández: oreja y oreja. Víctor Hernández: oreja y oreja. Plaza de Aldeanueva de Ebro. Más de tres cuartos de aforo cubierto. Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

domingo, 27 de agosto de 2017

El sitio que pisa Urdiales huele a toreo

Urdiales, con su primero. Foto: Manu de Alba
El riojano logró la undécima oreja de su carrera en Bilbao tras una faena marcada por su gran templanza

Ponce saludó sendas ovaciones y Roca Rey logró otro trofeo ante una decepcionante y feble corrida del Puerto de San Lorenzo 

Importantísima oreja de Diego Urdiales ayer en Bilbao, la número once en su carrera en una plaza donde sentó sus reales hace casi una década con la inolvidable faena al victorino ‘Planetario’ y en la que se le espera en tono de figura. Y se dice que el triunfo fue importante porque el diestro de Arnedo estableció un diálogo lidiador con el primero de su lote, un ejemplar que superó en la tablilla los seiscientos kilos, pero que a pesar de su nobleza, tenía tendencia a reponer entre muletazo y muletazo y a quedarse en los vuelos haciendo constantemente hilo con los flecos de la muleta. Diego tiró de repertorio lidiador y de valor para quedarse en el sitio y ser capaz de ligar varias series con olés coreados por la afición. La faena tuvo varios capítulos.  En el primero, el matador de Arnedo dio confianza al toro sin apretarle demasiado y limando sus deseos de buscar las tablas llevándoselo al platillo. Se lo sacó con enorme sobriedad y sin molestarle para darle confianza en la tanda inicial, a media altura y sin obligar demasiado en el final del muletazo para que el toro no se viera podido. Pero había un riesgo, que el astado, con tendencia a soltar la cara, desluciera los lances tropezando la muleta. Y en ese punto, apareció la maestría del riojano para templarlo con superior delicadeza. En el segundo capítulo de su obra bilbaína apareció otra condición del toreo esencial de Urdiales: el sitio que pisó para dejar la muleta en la cara por abajo y ligar con extrema precisión los derechazos. La plaza rugió, a Urdiales se le veía feliz y comenzó a sonar la música tras la orden del palco presidencial.

Plenitud
Era el momento culminante, la plenitud de una obra de orfebrería taurina de un matador que volvió a sacar a relucir la extrema dimensión de su desusada tauromaquia. Dibujó una serie en redondo colosal, muy reunido con el toro, con la suerte cargada y descansado todo el cuerpo en los talones para ligar tres muletazos de ese corte suyo tan antiguo, con esa naturalidad rota de su ademán relajado pero sin caer en el abandono ni en la cursilería.  Todo en Urdiales desprendió serenidad y gusto, torería y sobriedad, sin asomarse jamás al precipicio de lo barroco o la impostura. Al final, con el toro ya muy vencido, lo acarició con su muleta y lo despenó de un soberano estoconazo. Oreja de peso  en un Bilbao que lo tiene  en los altares de su predilección. El segundo de su lote sacó cosas de los viejos toros de Atanansio cuando cantó su condición de manso desde que saltó a la negra y ferruginosa arena de Bilbao. Imposible sujetarlo con el capote y más difícil aún reunirlo con el caballo. Al final se fue al piquero de puerta donde recibió un picotazo con el que se cambió el tercio. El toro parecía que tenía cosas, básicamente por su movilidad. Pero cuando Urdiales le plantó cara comenzó a rebrincarse, a salirse suelto y en un derrote que le lanzó con el pitón contrario pareció autolesionarse merced a tan extraño ademán. Dicen los técnicos que se le rompió una pezuña, puede ser, pero la realidad es que fue el más deslucido y manso de la tarde. Se atascó Diego con la espada pero el público lo despidió con respeto porque con semejante materia prima era imposible el más mínimo lucimiento.

Un buen sexto
El mejor toro de la tarde fue el sexto, quizás la rendija donde pueda rebuscar la bravura perdida la buena familia ganadera de los Fraile. El toro tuvo son desde que embistió al capote de Roca Rey en los lances de recibo. Atanasio clásico, con mucha humillación y yendo a más en la muleta del peruano, que planteó su habitual faena. Series rápidas por ambas manos en los inicios y después, el arrimón del miedo logrando una inverosímil arrucina al final de la faena. La estocada fue extraordinaria y logró la segunda oreja de la tarde. Ponce estuvo por encima de su lote y fue ovacionado en sus dos toros. 

CORRIDAS GENERALES. Toros de El Puerto de San Lorenzo, de irregular y escasa presentación, aunque de buenas hechuras en conjunto. Corrida en el filo de la navaja por sus pocas fuerzas e irrisoria acometividad. Destacó el sexto, un toro noble con calidad y boyantía por ambos pitones. El 3º y el 5º se lesionaron durante la lidia. Enrique Ponce: saludos en su lote. Diego Urdiales: oreja y silencio. Roca Rey: silencio y oreja. Plaza de toros de Vista Alegre (Bilbao), algo más de tres cuartos de entrada en tarde bochornosa. Al romper el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Dámaso Gonzalez, fallecido ayer. Sábado, 26 de agosto de 2017. Penúltima del abono.  o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja

sábado, 26 de agosto de 2017

ALFONSO ORTIZ, APUNTEN SU NOMBRE

Alfonso Ortiz se llevó la única oreja de la segunda novillada del abono de Aldeanueva 

La realidad es que el escasísimo juego de los astados navarros de Santafé Martón marcó para mal el espectáculo. Cuatro erales muy justos de presentación, descastados, mansos y huidizos; es decir, un material poco apto para deslumbrar al público. Pero para el que lo supiera ver ahí quedó la tarde del novillero Alfonso Ortiz, que hace apenas un mes se llevó el premio máximo de San Adrián tras una actuación portentosa. Ayer tuvo muy pocas opciones. El segundo de la tarde sólo quería irse a las tablas y cuando metía la carita la hacía con escasísima clase. Sin embargo, en el cuarto, el único que desarrolló un puntito de fijeza, tuvo una mínima rendija para que atravesara su luz y logró una verónica de mucho compás y la opción de trazar una faena con contenido. El novillo de Santafé Martón no sacó bravura, sino genio revolverse y violencia en su acometividad. Y en ese punto afloró la clase de torero que es Alfonso Ortiz y demostró que además de unas notables condiciones artísticas posee el valor necesario para colocarse en la rectitud de la embestida y colocar la muleta cargando la suerte en los lances. Logró algún natural excelente a pesar de la descompuesta acometividad del burel y no se arredró cuando fue volteado o le hacía hilo por delante queriéndole arrancar la muleta. Cortó una oreja más que merecida y dejó sentado que es un torero al que hay que seguir. Héctor Edo sólo lució en algún par de banderillas. Como tantas veces sucede, las cuadrillas ayudaron bien poco y parece un milagro que después de mil lances sin sentido los novillos puedan embestir.

o Feria del Racimo de Oro. Novillos de Santafé Martón: mansos y mal presentados; de pobre juego. Héctor Edo: silencio y palmas. Alfonso Ortiz: silencio y oreja Plaza de toros de Aldeanueva, 2ª de feria, tres cuartos. Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja

Urdiales vuelve hoy a Bilbao con Enrique Ponce y Roca Rey

La corrida es una de las más esperadas del abono bilbaíno y se lidiarán toros de la divisa del Puerto de San Lorenzo

Diego Urdiales tiene hoy la oportunidad de convertirse en el único matador de la historia en salir en tres ferias consecutivas por la Puerta Grande de la plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao. El diestro riojano es uno de los toreros más admirados de la afición vizcaína y regresa con gran expectación tras su gran faena del miércoles al toro 'Botijero' de Victorino Martín. La corrida de esta tarde ('Movistar Toros', a partir de las 18 horas) pertenece a la ganadería salmantina del Puerto de San Lorenzo, una divisa que no ha frecuentado en demasiadas ocasiones el torero riojano pero con la que logró una tarde de mucho mérito en este coso cuando tuvo que sustituir de forma repentina a Miguel Ángel Perera. En aquella corrida se las vio con Enrique Ponce y el fallecido Iván Fandiño, que además resulto herido, como un miembro de su cuadrilla que tuvo que acabar retirándose por la gravedad de sus lesiones. El matador de Arnedo actuará con Enrique Ponce, en su segunda tarde en Bilbao, y el peruano Andrés Roca Rey, que logró dos orejas en la primera comparencia en esta feria. Se espera que haya una gran entrada en el coso de Vista Alegre. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

jueves, 24 de agosto de 2017

El torero de las armonías

Diego Urdiales suma una nueva oreja en Bilbao en una tarde en la que toreó al ralentí y en tono de belleza a un victorino

Continúa el idilio entre el toreo de Diego Urdiales y la plaza de Bilbao, su plaza, el redondel taurino donde acostumbra a dejar sus mejores tardes y en la que se siente comprendido como en ningún otro coso. Ayer volvía con el peso de la púrpura en la chaquetilla azul cielo con la que había compartido la última tarde con Iván Fandiño. Y para él fue el primer brindis a la eternidad. Emotivo, trágico, tan roto y tan desgarrador por dentro como áspero de todas asperezas iba a resultar el victorino que abría la función, una clásica alimaña gris que se tuvo que llevar a la boca así, de primeras, para entrar en contacto con una plaza que le adora y que le tributó al romper el paseíllo una conmovedora ovación. Diego conoce Bilbao y desde los primeros lances a ‘Bohonero’ se dio cuenta que el toro era de sílex, fiero, humillador pero sin el más mínimo recorrido. Se lo sacó con guapeza con el capote a los medios y la plaza estalló en la primera ovación. Y no fue la única con semejante material puesto que anduvo muy firme con él en una faena que tuvo esos ribetes dieciochescos del toreo sobre las piernas dejando claro en el ruedo que el que allí mandaba era él. El público esperaba el milagro y fue un milagro que en uno de sus derrotes al pecho no le cogiera de mala manera. Lo mató de una buena estocada y aunque no hubo triunfo ahí había quedado, para el que lo supiera ver, la firma de un torero en sazón. El triunfo, presagiado y perseguido, iba a llegar en el cuarto, un cárdeno de Victorino llamado ‘Botijero’ y que estaba en aquel lote frustrado por los veterinarios de Madrid. Vaya petardo, puesto que el toro, de bellísima lámina y armado con dos pitones que quitaban el hipo, tuvo recorrido y nobleza aunque le faltaron finales y cierta humillación. El de Arendo lo cuajó en el capote con un recibo de altos vuelos. Hubo tres verónicas colosales abrochadas con una de esas medias al ralentí marca de la casa. El riojano cuidó todos los detalles de la lidia y el toro acudió solícito al caballo en dos puyazos sin demasiado castigo. Lo quitó Escribano por chicuelinas y Urdiales comenzó a hacer el torero. Se lo sacó a los medios con suavidad y comenzó a torear en redondo con una gran templanza y muy rotas las muñecas. Pero lo mejor estaba por llegar en dos extraordinarias series al natural, en la que el astado ya salía a su aire de los vuelos. El público coreaba cada muletazo con esos oles roncos de faena grande. Toreo caro de Urdiales en el platillo de Vista Alegre que llegó a su punto máximo en una serie con la derecha en la mismísima boca de riego. Enorme diferencia en su toreo, compás de elegancia y naturalidad, de cante grande. El toro, a partir de ahí, se vino abajo, y la faena continuó a buen nivel por el pitón izquierdo en otra serie de profundo aliento. Se lo llevó a las tablas, intentó abrochar la obra con naturales ya muy suaves y un pinchazo antes de la estocada no fue óbice para que Bilbao le pidiera la oreja, la enésima en esta plaza y la que sellaba su reencuentro con los astados de Albaserrada. El mejor toro de la corrida fue el quinto, ‘Mecatero’, un ejemplar extraordinario en todos los sentidos al que incomprensiblemente no se le premio con la vuelta al ruedo. Escribano facturó una faena irregular con un espadazo de premio. Se le pidió la segunda oreja, pero Matías tenía claro que no se la iba dar. Bronca enorme para un presidente que sí le había concedido merecidamente la primera de la tarde a Ureña, que se la jugó a carta cabal con el tercero de la corrida. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja 

miércoles, 23 de agosto de 2017

«La presión es muy alta pero en Bilbao siempre he logrado lo que buscaba»

Urdiales vuelve a Bilbao como el triunfador de las dos últimas ediciones de las Corridas Generales

Asegura Diego Urdiales que una de las cosas que más le gustan en la vida es la paciencia: «Hay que saber esperar; Bilbao sabe hacerlo con los toreros y por eso me identifico mucho con su público», explica el matador de Arnedo unos instantes antes de poner rumbo a la capital vizcaína donde le esperan dos enormes compromisos en las Corridas Generales: hoy con los ‘victorinos’ y el sábado con Ponce y Roca Rey. Y llega como máximo triunfador de las dos últimas ediciones tras dos puertas grandes consecutivas.
-¿Vuelve a ser Bilbao su esperanza en la temporada?
-Desde luego; las cosas no salieron como esperaba en Madrid y Sevilla y otra vez me vuelvo a encontrar con esta plaza y con su gente.
-A la montaña de Urdiales vamos. Una peregrinación hacia un torero de culto, escribía este fin de semana el crítico Zabala de la Serna. ¿Le presiona o le motiva?
-Me llena de orgullo porque me doy cuenta de que como artista logro trascender y que periodistas de ese nivel lo vean y lo cuenten de esa forma me motiva. La presión existe y más cuando atraviesas una situación como la mía, pero en Bilbao siempre he logrado lo que buscaba.
-¿A qué se debe?
-Le he dado muchas vueltas. Un artista necesita un territorio para poder expresarse y en Bilbao lo he conseguido. Y ha sido esencial que los toros me hayan ayudado mucho más que en otras plazas. En Madrid es que ha sido descorazonador es lo que me ha pasado en estos últimos años, pero soy el mismo torero en Madrid que aquí.
-Hoy le esperan los ‘victorinos’, ganadería esencial en su carrera y con los que se presentó en Bilbao...
-Desde luego, esencial en mi carrera y fundamental en el toreo en los últimos cincuenta años. Es un tipo de toro que me gusta por su forma de embestir, por su humillación y su bravura. Tengo mucha confianza en que la corrida de opciones de triunfo.
-¿Recuerda aquella primera tarde con ellos.
-Sí, me pidieron dos orejas en el primer toro, que se llamaba ‘Planetario’. Fue un día inolvidable; creo que llevo seis orejas con estos toros en Bilbao.
-El sábado con otro encaste diferente (Puerto de San Lorenzo) y con dos máximas figuras: Enrique Ponce y Roca Rey. ¿Se afronta la tarde de otra manera?
-Son días y corridas muy diferentes, pero la responsabilidad es la misma. Es un gran cartel, no hay duda, pero por dentro cada uno va su historia y a su camino.
-Vuelve con los chicos de su Aula Cultural a Bilbao.
-Es un orgullo que puedan acompañarme a las corridas. Vinieron a Estella y Alfaro y ahora vienen también a participar en el programa de difusión de la cultura taurina ‘Víctor Barrio’, que está realizando la Fundación del Toro de Lidia. Para ellos es precioso. Están viviendo muy de cerca los valores auténticos de respeto, superación y esfuerzo que alberga la tauromaquia. Yo tengo la suerte de estar algunos días con ellos y me llevo verdaderas lecciones de vida.
-¿Está el toreo en el sitio que merece en la sociedad?
-No, y no sólo por factores externos; mucha culpa de lo que sucede tiene que ver en cómo estamos organizados. En ese mundo cada uno va a lo suyo y mandan los intereses de unos pocos.
-¿Con qué tarde se queda de esta temporada?
-Tras Madrid y una corrida que toreé en Leganés a principios de junio ha habido un parón largo. He pensado mucho y cuando volví a Estella hice cosas para mis adentros que me valieron una barbaridad. La tarde de Estella me ha marcado esta temporada, por cosas con el capote, la mano izquierda...
-¿Y Alfaro?
-Pude torear muy bien al natural y hacer disfrutar a la gente. Es una de las plazas en las que más a gusto me siento.
-¿Cómo se imagina que va a ser la corrida de hoy?
-Nunca piensas en un resultado concreto. Tengo ganas de torear y de que me embistan los toros.
o Esta entrevista la he publicado en Diario La Rioja

martes, 22 de agosto de 2017

Tomás Campos arrasa con su toreo añejo

Foto: Carmelo Bayo
El diestro de Llerena logra tres orejas en Mimizan ante una seria y exigente corrida de Loreto Charro

o Esta crónica la he publicado en el HOY de Extremadura

Tomás Campos torea con aroma a daguerrotipo, todo lo que fluye de su muleta huele a antiguo, como si el hecho del toreo que practica surgiera de un invisible túnel del tiempo; la forma de andar por la plaza, la manera tan personal de presentar los engaños; todo en él huele a torero viejo, a tauromaquia desentendida con la abrumadora modernidad de los lances preconcebidos, de la rutina de las faenas interminables y de los recursos. Ésta es la carta de naturaleza del torero de Llerena, que ayer, en Mimizan, a un suspiro del muro atlántico, hizo el toreo sin apéndices ni estrambotes en el cuarto paseíllo de su temporada dando la sensación de que no le impresiona ni el toro artero, ni los pitonacos impresionantes de su primero ni la vivísima competencia de sus compañeros de terna, dos avezados maestros de la talla de Juan José Padilla o Manuel Escribano que hicieron de su oficio su principal estandarte.
Tomás llevaba el sello de la responsabilidad en el rostro. Ademán de examen del que se sabe al borde del precipicio pero no se mira ni un ápice porque sus ojos los deposita solo en el toro. Y el primero de su lote era un tío, serio, hondo, musculado y muy descarado de pitones, un toro de Madrid en un pueblo de Francia... Y, además, no fue fácil porque el astado derrochó exigencia. Había que llevarlo muy prendido de los vuelos porque cualquier desencuentro con la muleta le hacía rabiar. Con el capote lo midió muy suave perdiéndole pasos entre lance y lance para darle confianza y conducir su embestida. Con la franela en la mano basó su actuación en dos sólidos pilares: aguantar muy firme cada salida del viaje para mandar y obligar al toro y conseguir la ligazón necesaria, y dejarse llegar la embestida a milímetros de las espinillas.
No fue una faena de muñecas rotas por la exigencia del animal, fue una labor de autoconfianza, de pisar un terreno minado. Actuación muy torera que llegó al público francés que pidió la oreja para el extremeño sin dudarlo un ápice. Y como maneja la espada con una solvencia inapropiada para alguien que torea tan poco, la oreja llegó sin dudarlo a su esportón.
Sin embargo, lo mejor estaba por llegar. El sexto de la tarde, 'Ojosgrandes', derrochó otro aire distinto a su primero. Mucho más bajo de hechuras, comenzó a descolgar desde el recibo genuflexo a la verónica. Sabor ordoñista con el capote y la rodilla enterrada en el albero. Hubo tres verónicas al ralentí y se presagiaba faena grande. Tomás lo vio claro y comenzó con enorme suavidad en una apertura de faena por alto agarrando la barrera con una mano y toreando por la derecha en paralelo a las tablas. Toreo con sabor para sacárselo despacito a los medios y comenzar a fluir los naturales. Hubo tres tandas al ralentí en una faena en la que fue cambiando de mano y toreando cada vez más despacio. Ahora sí se le rompieron las muñecas, que dictaban a los vuelos una parsimonia inédita. Tomás gustó y se gustó y desde los tendidos de la plaza comenzaron a brotar esos oles roncos de faena grande. El toro de Loreto Charro se fue apagando y la faena, lejos de decaer, tomó un vuelo superior cuanto más despacio brotaban los naturales. Se perfiló y agarró media estocada en los rubios que tiró al toro sin puntilla. Dos orejas que blandió el palco a la vez. La faena de la tarde, la labor más diferente y esencial de la corrida.
Tomás suma cuatro puertas grandes en sendas tardes de toros: Fitero, Orthez, La Brede y ayer Mimizan, donde hace dos temporadas ya había dejado constancia de la clase de torero que es.
La corrida de Loreto Charro tuvo tres ejemplares realmente buenos: el primero de Padilla, el segundo de Manuel Escribano -que derrochó clase- y el sexto. El diestro de Jerez cortó una oreja en cada toro con dos faenas clásicas de su corte: entrega absoluta, variedad e infinitos molinetes. El público francés le adora y él entrega todo lo que tiene en cada festejo. Manuel Escribano estuvo a gran nivel con el exigente segundo toro, un animal que pedía una firmeza y una seguridad desde el embroque hasta el remate de cada muletazo; sin embargo, con el quinto, el de más clase de la corrida, no terminó de acoplar su muleta a la noble embestida del astado. Cada uno de ellos cortó una oreja en cada toro y obtuvieron el pasaporte para acompañar a hombros a Tomás Campos, que fue el gran triunfador de la tarde, el tercer hombre que salió en volandas con el toreo en sus manos.

o TOROS EN MIMIZAN. Toros de Loreto Charro: serios, hondos, armados y desiguales de hechuras y juego. Destacó la nobleza del primero, la calidad del quinto y la bondad del sexto.
Juan José Padilla: oreja y oreja. Manuel Escribano: oreja tras aviso y oreja. Tomás Campos: oreja tras aviso y dos orejas tras aviso. Plaza de toros de Mimizan (Francia). Casi lleno en tarde soleada y fresca. Sábado, 19 de agosto de 2017.

sábado, 19 de agosto de 2017

UN CIELO EN ALFARO

Una luz vaporosa y un cielo azul que declinaba con extraordinaria pereza en una aliteración de tonos añiles que desfilaban con un fondo naranja y una nubecilla casi transparente, estremecida por el calor y larga, muy larga, como una noche acariciada por el vacío de una ausencia. A veces las nubes se sostienen doblemente. En el cielo, fijadas como con chinchetas invisibles, y en el tiempo, languideciendo tan lentamente como se consume el agua de un charco. Mientras reparas en ellas están ahí, inmóviles y quietas como una estatua, cuando tu atención se dispersa en cualquier bobada y vuelves a mirar al cielo, ya han desaparecido. Es como un abrir y cerrar de ojos sin darnos cuenta de que los párpados han interferido con la luz y nos han dejado ciego unas milésimas de segundo. Las formas de los cirros, los cúmulos y los estratos son caprichosas y se transforman por mecanismos difícilmente explicables desde la óptica de un poeta; o desde la metafísica. Y dudo mucho que la ciencia pueda aclararnos las últimas razones por las que en cielo puedan confluir una bandada de cigüeñas, la estela de un 747 desmigada, una nube raquítica que viene muriéndose desde Yerga y una torva mirada como la mía. Sucedió el miércoles en Alfaro. Estaba Juan José Padilla dando una interminable vuelta al ruedo y me dio por alzar mis ojos al horizonte redondo de la plaza de toros. Y allí quedaba ese espectáculo de una luz que comenzaba su lenta agonía, las aves remotas que volaban de una en una como granos de café derramados en un suelo de hielo, y los vapores del cielo en una rara e indescifrable armonía de tonos pasteles. Yo lo vi y por eso tenía ganas de contárselo. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

jueves, 17 de agosto de 2017

Cinco naturales antológicos

Foto: Miguel Pérez-Aradros
Padilla cortó un trofeo al cuarto y José Garrido logró otro con el tercero, el más potable de la noble y bien presentada corrida de Alcurrucén. 

Diego Urdiales se llevó la tarde tras una gran actuación y las dos orejas del quinto con la plaza casi llena

Más allá de las orejas está el toreo; más allá de los premios está esa sensación inexplicable que recorre las yemas de los dedos y llega hasta el último fleco de la muleta para que brote el arte. Ésa es la filosofía de un torero distinto, de un diestro que rebusca en sí mismo esa plenitud que lo convierte en un tipo libre y en una en un planeta taurino que se dedica a relamerse de sus heridas y envía a la frustración a los toreros inconmensurables. De José Tomás nada se sabe y Morante acaba de dar su penúltima espantada... La última gran 'noticia' que nos ha deparado la fiesta es que la empresa de San Sebastián de los Reyes ha recurrido a Ortega Cano para sustituir al sevillano en el cartel estrella de su feria. Así está el toreo, con dos máximas figuras como Perera y Talavante accediendo y consintiendo tan rocambolesca decisión.

Y ayer Urdiales, en un verano casi en blanco a la sombra de la esperanza de Bilbao, hizo así, es decir, hizo el toreo, y volvió a poner un Muro de Adriano entre él y sus compañeros de terna, entre él y la filosofía de la mayoría de sus compañeros de escalafón, que han renunciado al toreo para hacer del recurso su principal argumento.

Se dice que hizo así Urdiales, pero quiero explicarles que labró varios momentos de compás hondo y magnífico como los cinco naturales antológicos del final de la faena al segundo de la tarde o la colosal apertura al toro de las dos orejas. Toreo de muñecas rotas: el eslabón entre el ayer del dibujo belmontino y lo contemporáneo de la máxima expresión de su alma. Ayudados por alto con el mentón hundido, el cuerpo levemente en escorzo y la muleta barriendo los lomos del toro para sacarlo con usía a los medios. Ni un tirón, oiga; ni un ademán forzado, todo mecido con esa compleja naturalidad que le dicta su singular torería. Diego Urdiales se llevó la tarde a su manera, ayudando a sonsacar la imposible bravura de su primero, un toro de escaso aliento pero picajoso con las telas, y gozando con la nobleza del quinto, que tuvo la dulzura justa para aguantar varias series en redondo y al natural en las que Diego se rebozó y trasladó su ciencia taurómaca para limar las asperezas de su querencia a las tablas. Toda la faena fue un fluir de delicadeza porque el animal no consentía la más mínima violencia. La faena duró lo que le aguantó el toro y un poquitín más que le sacó con naturales tan despaciosos que parecían casi un susurro. Es difícil torear más despacio sin apenas toques con la muleta, dejando el vuelo lacio bamboleando la franela con suavidad y tacto. Sonaba el pasodoble del ezcarayense maestro Monge y era un primor de toreo con el cielo alfareño jaspeado de una bandada de cigüeñas que regresaba de los sotos a la colegiata barroca.

Se le fue la primera oreja por un accidente con la espada pero las dos del quinto le supieron a gloria porque pudo gozarlas con un público que le adora desde hace muchos años y los muchachos de su escuela, que acudieron al coso invitados por la empresa de la plaza. Una tarde redonda de Diego Urdiales, que parece con todos los mecanismos de su alma en estado de perfección para las dos tardes que le aguardan en las Corridas Generales de Bilbao.

Oreja para Padilla y Garrido
Padilla estuvo en Padilla; entregado y efectista con todos sus recursos escénicos desplegados pero sin en ese fulgor de otros años. Puso banderillas al primero, se desplantó con el cuarto y se paseó con sus banderas piratas. Garrido cortó una oreja al buen tercero merced a una faena de suma inteligencia con series cortas y relajadas por ambos pitones. En el sexto se hizo un pequeño barullo con los terrenos y no pasó de voluntarioso. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

miércoles, 16 de agosto de 2017

Padilla, Diego Urdiales y José Garrido, esta tarde ante astados de Alcurrucén

La corrida comienza a las 18,30 horas y se dan cita en el coso de la ciudad de las cigüeñas tres estilos muy diferentes del toreo ante una gran ganadería 

La plaza de toros abre esta tarde (18,30 h.) sus puertas para vivir con la máxima intensidad una corrida con la presencia de Juan José Padilla, Diego Urdiales y José Garrido ante astados de la ganadería toledana de Alcurrucén, propiedad de los hermanos Lozano y que en la pasada feria de San Isidro propició merced al juego de dos de sus extraordinarios ejemplares los triunfos más importantes de Madrid, los de Juan de Álamo y Ginés Marín y sus puertas grandes. La base del toreo es el toro y la empresa del coso alfareño ha seleccionado una corrida de una divisa puntera que se anuncia en las principales ferias y con la que Diego Urdiales, por ejemplo, logró sus dos puertas grandes consecutivas en las Corridas Generales de Bilbao. Y por si todo esto fuera poco, en el año 2007, una corrida de este hierro dio una soberana tarde en el coso de las Cigüeñas que permitió expresar el toreo a Julio Benítez como nadie era capaz de atisbar. Aquella fue una corrida muy baja y bien hecha; la de esta tarde es muy cromática, con varios ejemplares castaños, colorados, chorreados y uno girón precioso que es una verdadera pintura. La ganadería de Alcurrucén se ha convertido desde hace varias décadas en una de las emblemáticas para las figuras. Este tronco ganadero creado por Carolos Núñez, fusiona reses de Pedrajas, Tamarón y Villamarta, con una parte de lo de Pedrajas (proveniente de Rincón) con la base de su bravura. Si la corrida embiste como debe por sus orígenes se puede vivir una tarde muy variada, dado el diferente cariz de los tres matadores. Abrirá la corrida Juan José Padilla, el único superviviente del cartel del año pasado. El torero de Jerez es uno de los líderes de escalafón en número de corridas y de él destacan varios detalles: su inmediata conexión con el público y su entrega absoluta en todos los tercios. El veterano torero se deja todo lo que tiene en el ruedo y la temporada de 2016 se fue de Alfaro contrariado por la decisión del presidente de no concederle la segunda oreja que le hubiera permitido salir a hombros. El segundo de la terna es el arnedano Diego Urdiales, un torero que desde hace muchos años ha sentido una especial vinculación con la plaza alfareña que va mucho más allá de los triunfos acumulados y que estriba en la identificación de un sector del público con sus formas. Diego ha logrado hasta indultar un toro en este coso, donde renació de sus cenizas hace diez años en 2007, año en el cortó dos orejas en un festival a un toro de Antonio Briones, y después, en la feria, tres y un rabo a un gran ejemplar de Baltasar Ibán. Alfaro siempre ha sido esencial en la carrera del riojano, que se prepara ya a fondo de cara a las dos tardes de grandísima responsabilidad que le aguardan la semana que viene en Bilbao. Cerrará la corrida José Garrido, una de la ausencias más inexplicables de la feria de San Mateo y triunfador el año pasado en Bilbao junto al torero riojano. El diestro extremeño es una de las máximas promesas del escalafón y un torero marcado por una concepción pura y barroca de la tauromaquia que sobresale por su arrebato tan personal con el capote. Es uno de esos toreros jóvenes que aprietan en el escalafón y que salen cada tarde al ruedo a no dejarse ganar la pelea por nadie. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

martes, 15 de agosto de 2017

Morante se retira del toreo y deja un vacío enorme en San Mateo

Óscar ‘Chopera’: «No sabemos más que lo que ha salido en los medios. Si se confirma su retirada veremos qué solución podemos darle» 

Morante de la Puebla anunció que se retiraba de los ruedos «por un tiempo indefinido» el domingo por la tarde, tras la corrida que toreó mano a mano con El Juli en el Puerto de Santa María: «Estoy cansado de la forma de proceder de presidentes y veterinarios en muchas plazas a la hora de los reconocimientos, porque van en contra del toreo de arte», le dijo al periodista sevillano Álvaro Acevedo. La decisión, según lo publicado por el director de Cuadernos de Tauromaquia, no es fruto de la precipitación porque el propio diestro le aseguró que «lo venía pensando hace tiempo». Eso sí, esta retirada pilló por sorpresa tanto a los miembros de su cuadrilla como a su equipo de apoderados, encabezado por Antonio Barrera, miembro del Grupo BAL, empresa que forma parte del consorcio que dirige la plaza de toros de Logroño, coso en el que está anunciado el viernes 22 de septiembre, ante toros de Juan Pedro Domecq con Enrique Ponce y el mexicano Luis David Adame. El máximo responsable de La Ribera, Óscar Martínez ‘Chopera’ dijo ayer a Diario LA RIOJA que «no sabemos más que lo que ha salido en los medios. Si se confirma su retirada veremos qué solución podemos darle». Chopera es uno de los empresarios más perjudicados, ya que además de Logroño pierde al torero sevillano en las Corridas Generales de Bilbao, Almería, Salamanca y Palencia. La sustitución de Morante de la Puebla no es sencilla y las soluciones que puede adoptar la empresa son muy complejas. Una de ellas sería repetir uno de los triunfadores de los primeras tardes (práctica habitual de la Casa Chopera) y otra contratar alguno de los diestros que no han entrado en las combinaciones. El de mayor relumbrón sería El Juli, que por decisión suya causó baja en la feria. A partir de ahí, la baraja se cierra en otros nombres como Antonio Ferrera o Miguel Ángel Perera, que hoy mismo sustituye a Manzanares en San Sebastián. 

Tres retiradas en la historia de un diestro único e inimitable
Morante se va del toreo y deja una mella terrible: la realidad de un sistema que ha expulsado a sus dos mejores intérpretes: José Tomás y el diestro sevillano, que lleva una temporada yeca y casi hueca tras su apuesta sevillana y su paso por Madrid como una sombra. En sus palabra se adivina un profundo hastío con un modelo de tauromaquia en la que se premia el recurso y las estadísticas mucho más que el arte. Morante ha tomado muchas veces senderos incomprensibles y el del domingo parece que lleva tiempo fraguándose. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

sábado, 12 de agosto de 2017

Óscar Chopera perfila la Feria Matea más atractiva de las últimas temporadas

Vuelve Victorino, la divisa triunfadora del año pasado, y el encaste Domecq arrasa en unos carteles pensados para atraer al gran público

Todas las figuras se han apuntado este año a una Feria de San Mateo que, tal y como aseguró ayer el empresario Óscar Chopera en la presentación de los carteles, «teníamos prácticamente cerrada en el mes de mayo». Sin embargo, al cincelar los flecos de las contrataciones apareció un problema muy serio. Julián López ‘El Juli’ no estaba a gusto con la ganadería que en un primer momento había aceptado y con Ponce y Urdiales como compañeros de terna. Como ha podido saber Diario LA RIOJA, el torero madrileño se empeñó en la corrida de Santi Domecq –buen amigo suyo– y después en otra serie de peticiones y cambios de posición, que como dijo el empresario ayer «descabalaban el resto de las combinaciones». Sin El Juli, la empresa reaccionó y convenció a José María Manzanares para actuar en Logroño, ya que en un principio estaba fuera de la feria, tal y como adelantó este periódico el pasado 28 de junio. Y surgió otro gran problema: la lesión que le ha hecho pasar por el quirófano de urgencia al alicantino y por la que se va a perder compromisos señeros como Bilbao, San Sebastián o Málaga, entre otros muchos. 

La operación de Manzanares
Cundió el pánico en las empresas porque muchos temían que dado lo delicado de la intervención (en las vértebras cervicales) el diestro cortara definitivamente la temporada. El lunes fue operado en Sevilla y ayer el empresario de Logroño reveló que había hablado con sus apoderados (Jorge y Toño Matilla) tras pasar por el quirófano y que «todo había ido muy bien» y que la decisión del torero era retomar su actividad en los ruedos «cuanto antes, porque José Mari está deseando torear ya». Chopera dijo que no podía anunciar a Manzanares si no estaba «completamente seguro de que iba a venir a Logroño». Así que paliada la ausencia de El Juli con Manzanares, se quiso rematar más todavía el abono Mateo con Cayetano, que era un matador que en principio no entraba en las combinaciones.
Victorino, Ferrera y Urdiales
Otro diestro que se echa de menos en Antonio Ferrera, torero que está cuajando la temporada más importante de su vida. La idea de la empresa era hacer un mano a mano con Diego Urdiales en la corrida de Victorino Martín. «Sus apoderados nos dijeron que no quería que le encasillaran con esas ganaderías y nos pidió dos tardes. No vemos en una feria de cinco corridas en Logroño a Ferrera dos días. El cartel hubiera sido precioso, lo hablamos con Diego incluso para Bilbao, pero no ha podido ser», explicó.

Las combinaciones
Así que las combinaciones tienen tres tardes muy fuertes, en la que se apelotonan las figuras para asegurar las mejores entradas. El día 19 martes, con Hermoso de Mendoza, Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey. El navarro es un seguro de éxito en Logroño y en el ruedo le acompañan dos de los toreros con más fuerza: Talavante y el peruano Roca Rey, que en apenas un año se ha establecido en la cúspide del escalafón. En 2016 estaban anunciados los dos y ninguno hizo el paseíllo en Logroño. Talavante lo decidió tras torear en Nimes y el de Lima tuvo que cortar la temporada por sus cogidas de Málaga y Palencia. El segundo cartel fuerte es el del día 21 de septiembre. Astados de El Pilar, una ganadería salmantina originaria de lo más primitivo de Juan Pedro Domecq, con la única tarde del arnedano Diego Urdiales, que abrirá el paseíllo a Manzanares y Cayetano, que regresa a Logroño tras muchos años de ausencia con el aval de su puerta grande de Pamplona. Morante, sin vellosinos La tercera combinación de estrellas es la del día siguiente. Toros de Juan Pedro Domecq con Enrique Ponce (que el año pasado cortó dos orejas pero que no logró salir por la puerta grande y sigue siendo la única del mundo que le falta por conquistar), Morante de la Puebla (por fin sin toros de Vellosino) y Luis David Adame, un mexicano apoderado por el grupo Bal, con el que la empresa Chopera ha llegado a un acuerdo para la gestión de toreros y cosos. Los días 20 y 23 cuentan con corridas de menos presupuesto, lo que se nota en el precio de las localidades, pero de gran interés para muchos aficionados. En la primera se lidiarán toros de Zalduendo (también propiedad del grupo Bal) para el mayor de los Adame (Joselito, el primero de la saga hidrocálida) y dos de los triunfadores de San Isirdo: Juan del Álamo y Ginés Marín, torero que está siendo una de las sensaciones de la temporada con sus triunfos también en Pamplona o Santander, entre otros cosos. Y el abono se cerrará el sábado 23 con los ‘grises’ de Victorino Martín. Lo cierto es que es el cartel más flojo de todos. Abrirá Curro Díaz, que el año pasado cortó una oreja y al que se denomina «especialista» en esta ganadería desde el año pasado; Juan Bautista Jalabert (torero francés que es una gran figura en su país pero que en España torea igual en Madrid que en cualquier pueblo) y Román, un valenciano que quiere comerse el mundo y que junto a Luis David Adame son los únicos diestros que se presentan en La Ribera como matadores de toros.

La novillada, el IVA y el abono joven
La novillada que abrirá la feria surge del compromiso de las grandes empresas de apostar por los valores: «La bajada del IVA, que en su día no repercutimos en toda su extensión cuando subió, la empleamos en dar un espectáculo más, bajando el precio a la mitad a los abonados». Otra de las iniciativas que siguen un año más es la del abono joven hasta 25 años (que incluirá de manera gratuita la entrada para la novillada picada). Por cincuenta euros se puede ver toda la feria, incluso en entradas sueltas por 10 euros cada festejo. En estos momentos la plaza de Logroño cuenta con 2.000 abonados, que este año tendrán un descuento del 10 por ciento en sus localidades además de la novillada a mitad de precio. La renovación de los abonos irá del 5 al 8 de septiembre; los nuevos abonos se podrán formalizar del 9 al 10 y las entradas sueltas estarán en taquilla a partir del 12 de septiembre. El domingo 17 se celebrará la semifinal del campeonato de recortadores de España y habrá seis mañanas de vaquillas. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

El Racimo de Oro reúne en Aldeanueva a varios de los novilleros sin caballos más prometedores

La feria consta de tres novilladas a pie, en las que debuta el hierro riojano de Lumbreras, y una de toreo a caballo 

Aldeanueva ha vuelto a programar una gran feria de novilladas sin caballos (tres a pie más un festejo de rejones) donde la promoción de nuevos valores de la tauromaquia se de la mano con la presencia de nuevas ganaderías y encastes olvidados en demasiadas plazas. La feria tiene un equilibrio perfecto en cuanto a las ganaderías con una sorprendente y bien ganada presencia con reses del entorno. Debuta en el coqueto coso la ganadería riojana de Álvaro y Pablo Lumbreras (Villamediana) que en la pasada feria de San Adrián se anotó el premio a la corrida más completa del abono. Fue una maravilla que hay que sumar a la final del Bolsín Taurino de La Rioja para conocer a fondo la trayectoria de una divisa que está viviendo un momento totalmente dulce e inolvidable. Las otras dos novilladas del entorno son las del Pincha y Santafé Martón, ambas navarras y las dos de sumas garantías, como demostraron en San Adrián. Abrirá el apartado ganadero La Quinta, divisa de primerísima categoría que también se lidiará en la feria de San Mateo que se presenta hoy. Un lujo para Aldeanueva, que en el apartado de novilleros cuenta con la presencia de Alfonso Ortiz, un joven diestro de Madrid que se llevó el Espárrago de Oro de San Adrián por una actuación absolutamente extraordinaria en cuanto a sentido del temple y naturalidad. Hacía tiempo que no se veía un novillero sin caballos de su extraordinaria calidad. Otro de los novilleros que viene con más fuerza en el escalafón en el hidrocálido Alejandro Adame, el menor de una saga de toreros mexicanos muy importante. Pero cualquiera de los coletudos puede dar la sorpresa en el ruedo. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

domingo, 6 de agosto de 2017

Urdiales conmueve el coso de Estella con su toreo

Diego Urdiales dio ayer en Estella una magnífica lección de torería en su regreso al toreo tras más de un mes sin vestirse de luces. El torero de Arnedo se reencontró con sus mejores sensaciones en una tarde ventosa y fría en la que dio un nivel magnífico con capote y muleta. Hizo de todo con dos astados mediocres de Antonio San Román que simplemente se dejaron y que cuando no se dejaron tuvieron que rendirse a la ciencia de un torero que ha vuelto con toda su alma dispuesta para las tardes que le esperan en este mes de agosto, con la mirada puesta en Bilbao, su plaza, el coso en el que ha dejado varias de las tardes más importantes de su vida.
Y la tarde de ayer supuso una inyección de moral importantísima porque el diestro de Arnedo se gustó e hizo disfrutar a los aficionados en dos faenas diferentes. La primera, la de las dos orejas, tuvo el sentido de la medida y de la colocación. El toro de Antonio San Román, medido en todo, embistió sin gracia ni clase. Parecía un imposible torearlo con tanta reunión, con tanto compás, con tanto temple. El viento soplaba de lo lindo y se metía debajo de los vuelos una y otra vez.
Con el capote dejó una verónica de especial luminosidad y empaque. Una. El toro no quiso más. Lo cuidó en el caballo y le brindó la faena a los dos niños de su Aula de Cultura Taurina que han destacado en sus estudios. El premio era estar un día de toros al lado de su maestro. Y los chavalitos gozaron de su torero en sazón en una faena de relieve por ambas manos pero sobre todo en redondo, donde tuvo la virtud de aguantar los viajes para ligar los muletazos con los vuelos. El toro carecía de ritmo pero tuvo el resuello suficiente para perseguir la muleta, aunque no es menos cierto que colocándose donde se colocó era casi imposible no embestir.
Refrendó la obra con una gran estocada y logró dos orejas muy importantes, mucho más que por su balance numérico -Urdiales nunca ha sido un toreo de estadísticas- por lo que representan en las formas que imprimió para conseguirlas. Las paseó con enorme felicidad entre los aficionados de Estella que lo aclamaron. El quinto fue un animal coloradote y sorprendentemente grande para un coso como el centenario de la calle Yerri. El toro fue bruto, sin demasiada casta, pero con un punto de exigencia que se multiplicaba por el proceloso viento que acompañó toda la tarde a los tres diestros. El de Arnedo dibujó una faena larga, muy técnica y con la necesidad interior de hacerle embestir, especialmente por el pitón izquierdo. Y lo logró. Faena de entrega, sin nada superficial desde el torerísimo inicio hasta el último muletazo con los vuelos cosidos a los pitones. Grande Urdiales que fue capaz de sacar litros y litros de agua de un pozo seco. Hubo detalles preciosos en los molinetes, en los pases de pecho, en los remates. Pero todo cuajado de esa verdad irrenunciable de un torero que guarda en sus yemas el tesoro de la tauromaquia más pura, el toreo esencial que tan poco se lleva. Salió Diego Urdiales a hombros con el coso de Estella hecho un clamor. 
Curro Díaz estuvo muy bien con el primero de su lote en una faena que siempre fue a más, y el joven Javier Marín (de ascendencia riojana y nacido en Cintruénigo) volvió a demostrar su evolución a pesar de que era su segunda corrida como matador y las lógicas lagunas de su corta trayectoria.

o Toros de Antonio San Román, desiguales y manejables, aunque sin clase ni raza. Curro Díaz: oreja y silencio. Diego Urdiales: dos orejas y oreja tras aviso (salió por la puerta grande). Javier Marín: silencio tras aviso y oreja. Plaza de toros de Estella. Más de media en tarde fría y ventosa. Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja

María Terremoto: «Siento que cuando subo al escenario siempre me acompaña mi padre»

María Terremoto es heredera de un misterio, hebra pura de un cante flamenco inaudito y genuino. Apenas tiene 17 años y se llevó el premio en la pasada Bienal de Sevilla a la cantaora revelación del evento. Llegó a Logroño para inaugurar en Bodegas Ontañón la XXI edición de los Jueves Flamencos, y lo hizo con el sentimiento puro de alguien que comienza en el cante profesional pero que tiene la memoria presente de su abuelo, el gran Terremoto de Jerez, y de su padre, Fernando Terremoto, una de las fuentes más caudalosas de lo jondo a pesar de que la vida fue demasiado rácana con él y se lo llevó muy pronto



¿Hija y nieta de dos Terremotos?
Sí, ahí voy caminando con el orgullo de un cante que me fascina, con el temblor de una historia realmente asombrosa pero con la pasión de alguien que ama el flamenco como parte de su propia vida.

No es mayor de edad y ya ha dado de qué hablar en el cante.
La Bienal de Sevilla ha sido muy importante porque el premio me ha dado a conocer de cara a los medios, los periodistas y a la gente... Pero llevo cantando desde que nací.

¿Cómo recuerda a su padre?
En cada momento, en ocasiones tengo la sensación de que cuando subo al escenario me acompañan él y mi abuelo, los dos Terremotos a mi lado. Voy a cantar y es como que percibo que están a mi lado.

¿Le enseñó a cantar cuando era niña?
Él tenía en casa un estudio para componer, ensayar, cantar y tocar, que era su verdadera locura. Pues bien, cuando tenía tres o cuatro años me empezó a enseñar los cantes. Tocaba por soleá y me explicaba cómo era cada uno de los tercios, las entonaciones, los ritmos. Y así con cada uno de los cantes. Yo era una esponja y lo sentía todo cómo él me lo enseñaba.

Mucha gente recuerda a su padre por su cante, pero era un apasionado de la guitarra...
Es verdad, su vida era el toque. Siempre estaba con la guitarra a vueltas. Era como su compañera más fiel.

¿Y la composición?
Era su refugio; era como su momento para desconectar y aislarse del mundo.

¿Qué diferencia había con el cante de su abuelo, el legendario Terremoto de Jerez?
Mi abuelo era todo espíritu, era el cante que se salía del pecho, el cante de raíz pura jerezana, todo intuición, todo conocimiento que había heredado por la vía de la sangre. Mi padre tenía esa fuerza, pero cantaba de otra manera distinta, con un conocimiento como más racional de la música que le otorgaba a todo su trabajo de una reflexión distinta. Era el mismo eco, un más primitivo, el otro más musical.

¿La siguiriya de su abuelo y la malagueña de su padre?
Ahí está. El cante de mi abuelo era como un volcán desatado, como una fuerza de la naturaleza; en mi padre existe una dulzura que en la malagueña se hace muy evidente. El eco es el mismo, el de Jerez, el de nuestra familia, pero entre ambos existen muchas diferencias que sirven para enriquecer el cante.

¿Y usted dónde se sitúa?
Yo estoy empezando en el cante y todavía no puedo decir nada; tengo todo el camino por hacer, todo por aprender y por escuchar.

¿Pesa mucho el apellido?
Desde luego, una de las razones más íntimas por las que canto es por mantener la llama de los Terremoto. En un momento dado te ayuda para comenzar, por el nombre, la expectación y todo eso, no cabe duda. Pero luego está la responsabilidad. Ahí existe un legado muy fuerte, una historia y unas expectativas que se hace la gente. ¿A ver cómo canta la niña de Fernando? Eso lo llevas dentro y te acucia.

Ser profesional no es un juego.
Ni mucho menos. Hay una responsabilidad de cara al público en el escenario y otra tuya muy personal que hace que esté todo el día estudiando. Ahora mismo tengo en la mano aquel disco de mi abuelo que se grabó en Sevilla casi de incógnito en la Peña Torre Macarena de Sevilla en 1997. Es una joya, con el toque de Manuel Morao. Ya no se canta así. Mi abuelo era muy fandanguero, admiraba a Caracol, pero la siguiriya es increíble. Lo escucho para empaparme de aquel sentido del cante tan extraordinario, tan cuajado de arte por todos los lados.

¿Qué otros cantaores le emocionan?
Ahí están Caracol, Fosforito, Chocolate, Agujetas o Camarón; soy muy camaronera. Y de los de ahora me encanta José Valencia. Tiene un quejío y una voz que me impresiona.

o Entrevista publicada en Diario La Rioja para el concierto inaugural de los Jueves Flamencos y entrevista grabada en Bodegas Ontañón con María Terremoto.

sábado, 5 de agosto de 2017

Diego Urdiales retoma la temporada esta tarde en Estella con Curro Díaz y Javier Marín

Diego Urdiales, tras pasarse el mes de julio en blanco, regresa esta tarde a los ruedos y lo hace en la plaza de Estella, donde a partir de las 18.30 horas hará el paseíllo con Curro Díaz y Javier Marín ante una corrida de Antonio San Román. El torero riojano está pagando caro su paso en blanco por Sevilla y Madrid y afronta el mes de agosto con el contrato de Estella, la corrida de la Feria de Alfaro y las dos tardes de Bilbao, sin duda la tabla de salvación de su temporada a la espera de que se den a conocer los carteles de la Feria de San Mateo. Pero está claro que las dos corridas del coso vizcaíno se antojan esenciales para el devenir de un año que está resultado durísimo para el diestro riojano. En la corrida de hoy estaba anunciado Iván Fandiño, puesto que será ocupado por el diestro de Jaén Curro Díaz, que abrirá el paseíllo. Curiosamente, ambos toreros estaban unidos por una relación de amistad muy profunda. El tercero de la terna es el matador riojano-navarro de Cintruénigo Javier Marín, que apenas hace una semana tomó la alternativa en la Feria de Tudela. La ganadería es de Antonio San Román, una divisa abulense encastada en Torrestrella. Diego Urdiales sabe que las dos tardes de Bilbao son fundamentales en su carrera. La primera de ellas será el miércoles 23 de agosto, ante astados de Victorino Martín (con Escribano y Ureña como compañeros de terna) y el sábado 26, en el que puede considerarse como cartel estrella del abono, ante reses del Puerto de San Lorenzo, con Enrique Ponce y Andrés Roca Rey. o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja

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