Iván Fandiño coleccionó vivencias, faenas y premios como matador de toros en La Rioja. Sin embargo, fue un astado del ganadero de Haro Antonio Briones, propietario de la divisa de Carriquiri, el que le dio la oportunidad de lograr su primer gran triunfo en Las Ventas y salir para siempre de los circuitos periféricos para instalarse en la cima del toreo. El toro se llamaba ‘Delicioso’; era largo como un tren, cinqueño, esbelto, espigado, de proa a popa parecía no acabarse nunca y, además, lucía dos puñales infinitos. Fandiño lo toreó como si no le aguardara más porvenir que aquella corrida; se puso con él como si se tratara de un ‘juanpedro’ y a base de una colocación heroica y un valor a prueba de cualquier tarascada, fue capaz de labrar una faena en el mismo filo de la navaja. Aquella oreja le cambió la vida. Curiosamente, el toro que se la quitó también tuvo acento riojano, ya que ‘Provechito’, de la vacada escurialense de Baltasar Ibán, estuvo el año pasado de sobrero como novillo en el último festejo del Zapato de Oro de Arnedo. Regresó a la finca ‘Cortijo Wellington’ y de allí emprendió hace unos días su viaje a Aire Sur L’Adour para encontrarse con el torero de Orduña y empitonarlo mortalmente en un quite por chicuelinas.
El primer gran triunfo en La Rioja de Iván Fandiño se remonta a las fiestas de Calahorra de 2007, cuando salió a hombros tras una tarde de gran entrega ante una serísima corrida de Dolores Aguirre. La desaparecida ganadera vasca se emocionó con la gran actuación de Fandiño, que dejó varias tardes de triunfo en La Rioja Baja, tanto en el coso de La Planilla, donde repitió en varias ocasiones, como en el de Alfaro, plaza en la consiguió el premio del Club Taurino al triunfador de la feria en 2012. Unos meses después, al recoger el trofeo, el diestro de Orduña confesó a los aficionados que se dieron cita en el acto que «la independencia me da paz interior porque toreo para mí, para mi libertad y sé que no debo nada a nadie».
Ése fue siempre su camino, de la mano de su amigo y apoderado Néstor García, con el que formaba una pareja a prueba de bombas. Y esa forma de ser lo unió de alguna manera con Diego Urdiales, que le confirmó su alternativa como matador en Bogotá y le brindó un toro en la Feria de San Mateo de 2013: «Estoy roto por muchas cosas, pero me afecta mucho que se haya ido tan pronto un hombre tan joven, con todo por delante». Urdiales recuerda aquel brindis: «Me dijo que teníamos muchas cosas en común, éramos del norte y buscábamos nuestro sitio desde la independencia. No fuimos lo que se dice amigos, pero nos respetábamos mucho y nos llevábamos muy bien». Diego cuenta con cariño una anécdota que le ocurrió en la plaza de la capital de Colombia: «A él no le gustaban mucho los abrazos en las ceremonias entre los toreros, y cuando le confirmé la alternativa yo le abracé y él se rió mucho. De hecho casi siempre que coincidíamos recordábamos con afecto aquella historia». Y la realidad es que han toreado en muchas plazas juntos: Madrid, Logroño, Dax, Mont de Marsan, Vitoria, San Sebastián... y Bilbao. En la memoria de Vista Alegre quedará siempre la tarde del 28 de agosto de 2010, en la que el riojano tuvo que sustituir a Perera y se lo comunicaron ese mismo día a la hora de comer. En el cartel estaban Ponce y Fandiño, ante astados del Puerto de San Lorenzo. Pues bien, Fandiño y su banderillero Mario Romero resultaron heridos de gravedad. Su próxima cita juntos iba a ser en agosto en la feria de Estella…
Fandiño logró en 2013 su actuación más redonda en Logroño ante una corrida de Juan Pedro Domecq; cortó dos orejas (una en cada toro) y se llevó el premio Ciudad de Logroño que conceden el Club Taurino y el Ayuntamiento. Sin embargo, su mejor faena data de la corrida concurso de San Mateo de 2011. Aquella tarde bordó el toreo ante un bravísimo toro de Alcurrucén llamado ‘Cachorrero’, al que se le dio la vuelta al ruedo. El pinchazo previo a una gran estocada le privó al vasco de una salida a hombros clamorosa. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja