martes, 4 de abril de 2017

ÁNGEL SÁNCHEZ, LA RARA FRAGILIDAD

Ángel Sánchez impresionó a Madrid el domingo pasado en la segunda novillada de la temporada de Las Ventas porque destiló el toreo. El novillo 'Pavito', de La Quinta', de aires mexicanos merced a la supina lentitud de su embestida, se resbaló por la muleta con un aire de engañosa facilidad. Cualquier tirón, cualquier violencia podía descomponer su embestida. Ángel tuvo que lidiar al toro y cuidarse de las incómodas rachas de viento para que ese airón que se metía por debajo de los vuelos no descompusiera la rara fragilidad de cada uno de los naturales. Me impresionó la forma sutil y extraordinariamente eficaz con la que manejó la ayuda para sujetar la tela en esos momentos en los que el toreo brotaba con especial dulzura. El público cayó rendido ante aquella lentitud, ante la dichosa forma de arrastrar el vuelo de la muleta en los lances finales de cada serie como si fueran una caricia en los propios belfos del toro al ruedo venteño. He visto más de cincuenta veces estos naturales insospechados de Ángel Sánchez en Las Ventas y hacía tiempo que no disfrutaba tanto del toreo.

o Coda para los creyentes. Desde la irrupción de Talavante de novillero en Las Ventas nadie había vuelto a hacer algo así.


Angel Sánchez con el novillo Pavito de La Quinta en Las Ventas from Pablo García-Mancha on Vimeo.