Alba Molina, con la guitarra de Joselito Acedo, cierra esta noche (21 horas) los conciertos del Salón de Columnas del Teatro Bretón. La artista, que no se define como cantaora, presenta en Logroño la que asegura que es la obra «más importante de mi vida». Alba Molina canta a Lole y Manuel, canta a sus padres y a una forma musical basada en el flamenco pero que se introduce de lleno en la órbita de lo absolutamente contemporáneo por las formas tan especiales e inimitables de Lole y Manuel (recientemente fallecido) de hacer música.
-¿Se siente flamenca?
-Me siento más gitana que flamenca. Soy gitana por los cuatro costados; es una manera de vivir con la que me identifico por mis orígenes, por la inercia de mi vida y por mi forma de ser, aunque haya cosas de lo que se entiende por gitano con las que no esté de acuerdo. Ser flamenco es otra cosa y no es patrimonio solo de los gitanos. Me da mucho respeto el flamenco, el cante tiene unas formas muy profundas y yo no me veo cantando de momento en público por soleá o por siguriya... Aunque nunca se sabe por dónde va a ir la vida porque el futuro no existe.
-Viene Logroño a un ciclo de flamenco ‘jondo’. ¿Cómo espera que le reciba un público acostumbrado a la ortodoxia del cante más clásico?
-Las experiencias que he tenido están siendo maravillosas, hay como un respeto y un querer ayudarme encomiable. Me está encantando la forma en la que se me recibe en las distintas ciudades donde he llevado este disco.
-La música de sus padres marcó una época, fueron creadores de un estilo inimitable y llegaron a millones de personas. ¿Le costó mucho introducirse en esas formas y aportar su propia personalidad a estos temas?
-Es curioso, yo me he criado en un escenario, he vivido los estudios de grabación con una naturalidad absoluta desde que nací. Y quizás no he sido consciente de toda su trascendencia hasta ahora. Y me doy cuenta de lo que supusieron Lole y Manuel en España y en el mundo y que fue impresionante. Ahora lo estoy notando de una manera muy especial, muy evidente, como a flor de piel lo que le llegan a la gente estas canciones.
-¿Qué ha supuesto para usted hacer este trabajo?
-Estos temas me han acompañado toda mi vida, pero subirse a un escenario y cantarlos es algo muy distinto. Yo soy una persona que intenta manejarse con absoluta humildad. No tengo el timbre de Lole ni de Manuel, es otra forma de cantar distinta, pero a la vez estoy convencida de que hay algo genético que me hizo pensar en hacer este trabajo, que me unía a la música de Lole y Manuel. He buscado hacer mía cada una de las canciones.
-Son tan especiales que era imposible que crearan una escuela...
-Es cierto, es algo que nació con ellos y que ha quedado para siempre en su vida. Por eso creo que si alguien lo tenía que hacer era yo.
-Su padre Manuel, fallecido hace apenas dos años, ha sido uno de los músicos más peculiares de la música popular.
-Era un hombre fascinante en todos los sentidos. Su forma de crear, su estilo, la manera en la que hacía sus cantes de forma tan peculiar, cómo le brotaba la inspiración, se fijaba en cualquier detalle y a partir de ahí le surgía la música por todos los costados.
-Una de sus palabras era la libertad. Cuando la pronunciaba aparecía con otro metal, con un diapasón diferente.
-Es cierto, siempre me ha obsesionado cómo vivía esa sensación de hacer lo que a uno le parezca bien sin hacer nada a nadie. Para él en la palabra libertad se acurrucaban otras definiciones como respeto, honestidad, pureza... Es un tema que me interesa mucho. Hacer las cosas porque las queremos hacer, vivir este momento exacto sin tener que estar siempre haciendo cada cosa para conseguir un premio. Intento inculcar a mis hijos esos valores de libertad que tanto le gustaban a Manuel.
-¿Cómo va a desarrollar el concierto?
-Serán los temas del disco y otras canciones que no llegamos a publicar pero que están en ese mismo aire que todo el resto de la obra.
-¿Fueron Lole y Manuel unos pioneros?
-Crearon un estilo tan complejo como sencillo. No necesitaban nada más que una guitarra y almas. Pero con esa sencillez llegaron a una complejidad asombrosa. Estamos hablando de algo que sucedió a principios de los setenta y que lo escuchas ahora mismo y es totalmente nuevo. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.