«Cuando lo vimos en la habitación del hotel casi me puse a llorar porque ni en sueños podía imaginar que le iba a hacer un vestido de torear»
El arnedano Carmelo Bayo diseñó el vestido de Urdiales para la corrida picassiana
Cuando Carmelo Bayo se enteró de que Diego Urdiales iba a torear en Málaga la tradicional corrida 'Picassiana' tenía muy claro que su amigo torero estaba a punto de llamarle. Y así fue. «Al día siguiente me sonó el teléfono. Era él y sin que le diese tiempo a hablar ya le dije que tenía pensado los motivos con lo que quería ilustrar el vestido». Y es que la relación del profesor arnedano (Carmelo es docente de dibujo en un instituto de Zaragoza, pintor y fotógrafo) con Diego data desde la infancia. «Creo que me aficioné a la fotografía para retratar su toreo. Me compré la primera máquina hace muchos años por él y somos amigos desde la infancia. Luego, a medida que ha ido creciendo en la profesión, he tenido la suerte de poder hacer más cosas a su lado y vivir momentos tan inolvidables como su triunfo de Bilbao». Pero todo cambió a principio de la temporada: «Él es una persona muy inquieta y me pidió que pensáramos juntos un vestido especial para las corridas de Madrid y La Maestranza. Los hicimos con motivos del vino y estrenó el primero en Sevilla. Pero claro, el de Málaga no tiene nada que ver con ninguno porque se sale de lo normal», admite. Carmelo y Diego se fueron a comer a una bajera de Arnedo a finales del mes de junio. «Yo le llevé unos bocetos. Soy un admirador profundo de Picasso, de sus formas y de su aliento taurino. Pensé en el 'Guernica', porque aunque es un símbolo de un bombardeo terrible en la Guerra Civil Española y de la libertad, muy poca gente conoce que la inspiración de la obra es taurina, ya que el artista pensó en la muerte de Ignacio Sánchez-Mejías y en el inmortal 'Llanto' escrito por Federico García Lorca. El toro, además, está omnipresente en la obra de Pablo Picasso y creo que era una manera muy hermosa de rendirle homenaje». El autor arnedano se lo contó a Diego y en la bajera, después de la comida, le hizo unos bocetos de su idea del vestido sobre unas servilletas. Pero una cosa son las ideas y otra muy diferente ponerlo en la realidad y que tomara forma. Urdiales llamó a Santos, su sastre, que le envió los patrones a tamaño real a Carmelo. Y Diego estuvo muy atento al proceso: «Un vestido de luces es algo muy especial, algo sagrado. En ningún momento queríamos hacer algo que se saliera de los márgenes de algo tan bello, ni podíamos caer en la sobreactuación o el ridículo», comenta el propio Urdiales, que se muestra muy satisfecho con el resultado final. «Es precioso y diferente, llama la atención por la elección de los colores que son muy cercanos a la obra original de Picasso. Cualquier innovación es complicada porque corres un riesgo enorme, pero cuando lo vimos la verdad es que nos impresionó cómo quedaban todos los detalles de los bordados, los alamares con los chorrillos azabaches y largos a la antigua. Un 'tacazo' de vestido», resume Urdiales. Carmelo quiere quitar importancia a su trabajo: «Cuando lo vimos en Málaga en la habitación del hotel casi me pongo a llorar porque ni en sueños podía imaginar que iba a hacer un vestido de torear y menos para mi amigo Diego». El torero riojano le brindó a Carmelo el primer toro de la corrida: «Sé que no es el mejor que te puedo brindar pero lo mejor de todo es que tu vestido ha salido de lo más grande que puede haber en la vida, que es la amistad. Gracias Carmelo», le dijo Diego al oído.
«En la luna llena de agosto en Málaga, Urdiales el toro y Picasso son uno»
En la luna llena de agosto en Málaga, Diego Urdiales el toro y Picasso son uno, así reza la leyenda del capote de paseo. «Ésa fue otra. El capote es esencial y Diego me mandó a un sastre de Zaragoza que tiene sus medidas. Era blanco impoluto, de seda». Y la obra está repleta de detalles. Ocho tréboles (por los ocho toros) y dos (los de Diego) de cuatro hojas. Hay varios dibujos de toros picassianos, una serie de ilustraciones que hizo el pintor malagueño con su inconfundible estilo y el ojo tomando forma en la esclavina del capote. «Lo hice a mano y era como pintar un cuadro pero sobre una base tan delicada como es la seda, sin posibilidad de vuelta atrás». o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
lunes, 29 de agosto de 2016
jueves, 25 de agosto de 2016
Urdiales, lehendakari del toreo en Bilbao
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Foto: Arjona |
Maravillosa faena, casi impensable por su dificultad. Medida, mecida, perfecta y honda. Urdiales repitió la hazaña de Bilbao, en otro año, en otras circunstancias y en otros mundos de torería. Una corrida de Alcurrucén difícilmente salvable sino se hubiera vivido la conjunción astral entre un torero que venía de una temporada muy dura y un toro vistoso y con mucho fondo -de los que nadie o casi nadie quiere en los corrales por la mañana-, que le planteó al riojano tan buen número de enigmas como de posibilidades para desenmarañar el entuerto. No fue fácil, el toro había soltado la cara al finalizar cada lance con el capote y en el caballo la batalla había sido casi inexistente. Pero allí estaba Urdiales, con el sabor en la boca de ese Bilbao con el que parece haber establecido una especie de idilio inconmensurable, como el lehendakari del toreo en el Botxo que ya ha enamorado para siempre a su afición con el riojano. El toro era una belleza: berrendo en colorao, largo de viga, hondo, recogido de cuerna y pesadote en su forma de caminar. Urdiales lo brindó al público, lo maceró por alto sacándoselo del abrigo de las tablas a la boca de riego con inusitada suavidad. Había visto algo el riojano y comenzó el toreo. Impacto súbito, decisión, armonía en cada paso y la muleta presentada con una franqueza deslumbrante. Tres series en redondo, de menos a más, aguantando en el segundo muletazo de cada una de ellas en el sitio para ligar y hacerlo por abajo, allá donde duele, en el mismo foso de la bravura, donde cantan los mansos.
Y esa técnica verdadera e inapelable, la de entregarse todo, la de poner la cintura al servicio del arte, acogotó a una afición que comenzó a berrear con esa manera de quedarse en el sitio, de arriesgar por derecho para ligar tras soltar, con la muleta mecida, sin estridencias. Todo muy a compás, como el vino hondo envejecido en fudres apasionantes. El toro no era fácil, pero pareció mejor al natural. Hubo una serie sencillamente antológica y majestuosa, una serie que vale una tarde, una temporada, una vida. Se llevó Urdiales al toro a las rayas con muletazos de orfebrería por abajo y antes del estoconazo inapelable, logró varios naturales al ralentí a pies juntos, con el sabor de los maestros inmortales de Sevilla, una de sus fuentes. Matías no lo dudó. Y como el año pasado lanzó sus dos pañuelos del tirón. Se había consumado el toreo en Bilbao con Urdiales como lehendakari con la makila del mando en forma de muleta. La locura. La vuelta al ruedo con las dos orejas fue apoteósica. Urdiales en sazón y los muchos seguidores del diestro de Arnedo, alucinando. ¡Es tan difícil cortar dos orejas en Bilbao! Conviene recordar que Diego Urdiales es el único torero del escalafón que ha desorejado de manera consecutiva dos astados en esta plaza. Una barbaridad para un diestro al que nunca le han acompañado las estadísticas. Lástima el segundo de su lote, un sobrero del mismo hierro, que estuvo en la línea del resto de la corrida: manso, descastado y con muy poco recorrido.
Y si Urdiales vivió la gloria, Morante de la Puebla paladeó la hiel de la sima más profunda, especialmente con el cuarto de la tarde, con el que escuchó una bronca tremebunda por parte del público. Morante no estuvo, ésa es la realidad, pero ninguno de sus toros le dio la más mínima opción: ni el bellísimo primero ni el segundo de su lote, un animal que lo desarmó con el capote y la muleta y que tuvo cero opciones de lucimiento. Ginés Marín, que sustituía a Roca Rey, dio una gran tarde con otro lote horrible. Es más, pudo cortar una oreja de ley al sexto, con el que se jugó la vida sin matices. Pero ayer, como el año pasado, Bilbao fue para Urdiales.
Corridas Generales (Bilbao)
Toros de Alcurrucén (el quinto jugado como sobrero), bien aunque desigualmente presentados. Serios, hondos y en general de un juego bastante pobre. La corrida no peleó en varas y desarrolló sentido y peligro. El mejor, con diferencia, fue el toro ‘Atrevido’ (como el mítico toro blanco de Antoñete de la histórica tarde en Madrid), muy bello y espectacular de pelaje. Berrendo en colorao, aparejado, coletero. Una pintura que tuvo un comportamiento regular en el caballo, y que fue en la muleta donde sacó lo mejor de sí mismo gracias al toreo de Urdiales, ya que soltaba la cara al final del muletazo. Pero tuvo un fondo muy bueno que hizo que el presidente Matías González decidiera premiarle con la vuelta al ruedo póstuma. Morante de la Puebla: silencio y bronca. Diego Urdiales: dos orejas y silencio (salió por la Puerta Grande). Ginés Marín: ovación y vuelta al ruedo.
Plaza de toros de Vista Alegre. Quinta de feria. Tres cuartos de entrada. Miércoles, 24 de agosto de 2016. Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja
martes, 23 de agosto de 2016
La genialidad de Chapresto
«Lo consideramos un pionero de la imagen y un hombre que se codeó con los artistas más grandes de su época», afirma Alejandro Lerena
La peña 'El Quite' organiza una muestra sobre el fotógrafo y su obra taurina
La peña taurina 'El Quite' prosigue por su decidida apuesta cultural y ya tiene ultimada la columna vertebral de las actividades que va a realizar durante San Mateo: el Concurso Nacional de Pintura, dotado con 1.800 euros y que este año llega a su XV edición; una exposición sobre el cartel taurino desde el prisma del creador aragonés Juan Iranzo, y 'Famosos en el Tendido', una exposición que estará en la Biblioteca de La Rioja, y que girará en torno a la obra del riojano Esteban Chapresto. Su obra es una radiografía perfecta de la sociedad española del siglo XX, incluyendo la fiesta de los toros. Y es que Chapresto tuvo oportunidad de retratar a un heterogéneo grupo de intelectuales y artistas, todos ellos aficionados a los toros, entre los que se incluyen Picasso, Jean Cocteau, Lucía Bosé, Audrey Hepburn, Lauren Bacall, Carmen Sevilla, Ernest Hemingway o Grace Kelly. Ninguno de ellos tuvo problema alguno en exteriorizar su afición al mundo de toro. La exposición está realizada con los fondos de la Casa de la Imagen, y como explica Jesús Rocandio en el catálogo, Esteban Chapresto «tiene de siempre un buen conocimiento del críptico mundo taurino, y se vale de el para realizar buenos reportajes. Como pocos otros fotógrafos sabe distinguir el grano de la paja, detectar y fotografiar los buenos o los malos lances de cualquier faena; sabe tratar con arte y tiento a las figuras, a los subalternos y los aficionados, se siente cómodo entre los peculiares personajes del mundillo y ellos le aprecian». Tanto es así, que está considerado como el primer 'paparazzi' español. Y prosigue Rocandio: «Esteban Chapresto no desdeñó ningún tipo de trabajo fotográfico; de la arquitectura, al industrial pasando por la fotografía social y sus pasos hacia colaboraciones en prensa. Trabajó para Nueva Rioja y para diversas agencias gráficas; Fotografía gentes y sobre todo acontecimientos, aunque el repertorio de estos está bastante constreñido en la década de los cuarenta: actividades deportivas, fiestas populares, actualidad política, sucesos, algunos espectáculos... y entre estos y sobre todos: la fiesta de los toros». En cuanto al trabajo de Juan Iranzo, es colaborador del portal Cultoro y un artista muy personal que ha renovado por completo el diseño de carteles taurinos. Es autor, entre otros, del cartel anunciador de la corrida Extraordinaria de Beneficencia del año 2015, así como de la cartelería de plazas como Castellón, Guadalajara, Jerez, Teruel o Valladolid. En Logroño se podrá contemplar una selección de sus mejores trabajos en la exposición que tendrá en el Instituto Riojano de la Juventud. La sala de arte Navarrete El Mudo de Ibercaja (San Antón, 3) acogerá las obras finalistas del concurso nacional de pintura. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
La peña 'El Quite' organiza una muestra sobre el fotógrafo y su obra taurina
La peña taurina 'El Quite' prosigue por su decidida apuesta cultural y ya tiene ultimada la columna vertebral de las actividades que va a realizar durante San Mateo: el Concurso Nacional de Pintura, dotado con 1.800 euros y que este año llega a su XV edición; una exposición sobre el cartel taurino desde el prisma del creador aragonés Juan Iranzo, y 'Famosos en el Tendido', una exposición que estará en la Biblioteca de La Rioja, y que girará en torno a la obra del riojano Esteban Chapresto. Su obra es una radiografía perfecta de la sociedad española del siglo XX, incluyendo la fiesta de los toros. Y es que Chapresto tuvo oportunidad de retratar a un heterogéneo grupo de intelectuales y artistas, todos ellos aficionados a los toros, entre los que se incluyen Picasso, Jean Cocteau, Lucía Bosé, Audrey Hepburn, Lauren Bacall, Carmen Sevilla, Ernest Hemingway o Grace Kelly. Ninguno de ellos tuvo problema alguno en exteriorizar su afición al mundo de toro. La exposición está realizada con los fondos de la Casa de la Imagen, y como explica Jesús Rocandio en el catálogo, Esteban Chapresto «tiene de siempre un buen conocimiento del críptico mundo taurino, y se vale de el para realizar buenos reportajes. Como pocos otros fotógrafos sabe distinguir el grano de la paja, detectar y fotografiar los buenos o los malos lances de cualquier faena; sabe tratar con arte y tiento a las figuras, a los subalternos y los aficionados, se siente cómodo entre los peculiares personajes del mundillo y ellos le aprecian». Tanto es así, que está considerado como el primer 'paparazzi' español. Y prosigue Rocandio: «Esteban Chapresto no desdeñó ningún tipo de trabajo fotográfico; de la arquitectura, al industrial pasando por la fotografía social y sus pasos hacia colaboraciones en prensa. Trabajó para Nueva Rioja y para diversas agencias gráficas; Fotografía gentes y sobre todo acontecimientos, aunque el repertorio de estos está bastante constreñido en la década de los cuarenta: actividades deportivas, fiestas populares, actualidad política, sucesos, algunos espectáculos... y entre estos y sobre todos: la fiesta de los toros». En cuanto al trabajo de Juan Iranzo, es colaborador del portal Cultoro y un artista muy personal que ha renovado por completo el diseño de carteles taurinos. Es autor, entre otros, del cartel anunciador de la corrida Extraordinaria de Beneficencia del año 2015, así como de la cartelería de plazas como Castellón, Guadalajara, Jerez, Teruel o Valladolid. En Logroño se podrá contemplar una selección de sus mejores trabajos en la exposición que tendrá en el Instituto Riojano de la Juventud. La sala de arte Navarrete El Mudo de Ibercaja (San Antón, 3) acogerá las obras finalistas del concurso nacional de pintura. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
sábado, 20 de agosto de 2016
Arte, emociones, riqueza y economía
Los 47.000 espectadores de la Semana Grande taurina dejan casi 15 millones de euros en San Sebastián
Casi 15 millones de euros. Este es el balance del impacto económico (directo e indirecto) de las cuatro corridas de la pasada Semana Grande de San Sebastián, en el que el coso de Illumbe ha registrado la nada despreciable cifra de 47.088 espectadores en el conjunto de los festejos. «Los datos son abrumadores y explican por sí solos la fuerza del espectáculo de pago más importante de las fiestas donostiarras y toda la riqueza que generan para la ciudad», explica a Diario LA RIOJA Óscar Martínez 'Chopera', empresario del coso donostiarra. «Los datos los hemos elaborado junto con la Cámara de Comercio y demuestran claramente la importancia económica de la Semana Grande Taurina, y no sólo este año con la presencia de José Tomás, sino como un evento consolidado, puesto que el año pasado contamos con 32.108 espectadores y la repercusión casi llegó a los diez millones de euros, cifra nada despreciable». Pero más allá de la mera economía, el resultado artístico de la feria ha resultado muy satisfactorio. José Tomás, que sólo cortó una oreja, dejó dos grandes actuaciones y en el segundo de sus toros logró dos cumbres: una en su recibo de capote por delantales y otra al final de la faena con su toreo al natural. En esa corrida salió a hombros 'El Juli', al igual que López Simón en la última tarde. Uno de los toreros que mejor sabor de boca en la feria ha sido Diego Urdiales, que cortó una oreja al primer toro de Fuente Ymbro de la corrida inaugural. También pasaron a gran nivel Alejandro Talavante, autor de una faena preciosista, y Andrés Roca Rey, que emocionó a los espectadores con su enorme valor. Las corridas estuvieron muy bien presentadas en líneas generales y la de peor juego fue la de Fuente Ymbro. Las otras tres ganaderías (Garcigrande, Zalduendo y Juan Pedro) cumplieron y permitieron el espectáculo. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
Casi 15 millones de euros. Este es el balance del impacto económico (directo e indirecto) de las cuatro corridas de la pasada Semana Grande de San Sebastián, en el que el coso de Illumbe ha registrado la nada despreciable cifra de 47.088 espectadores en el conjunto de los festejos. «Los datos son abrumadores y explican por sí solos la fuerza del espectáculo de pago más importante de las fiestas donostiarras y toda la riqueza que generan para la ciudad», explica a Diario LA RIOJA Óscar Martínez 'Chopera', empresario del coso donostiarra. «Los datos los hemos elaborado junto con la Cámara de Comercio y demuestran claramente la importancia económica de la Semana Grande Taurina, y no sólo este año con la presencia de José Tomás, sino como un evento consolidado, puesto que el año pasado contamos con 32.108 espectadores y la repercusión casi llegó a los diez millones de euros, cifra nada despreciable». Pero más allá de la mera economía, el resultado artístico de la feria ha resultado muy satisfactorio. José Tomás, que sólo cortó una oreja, dejó dos grandes actuaciones y en el segundo de sus toros logró dos cumbres: una en su recibo de capote por delantales y otra al final de la faena con su toreo al natural. En esa corrida salió a hombros 'El Juli', al igual que López Simón en la última tarde. Uno de los toreros que mejor sabor de boca en la feria ha sido Diego Urdiales, que cortó una oreja al primer toro de Fuente Ymbro de la corrida inaugural. También pasaron a gran nivel Alejandro Talavante, autor de una faena preciosista, y Andrés Roca Rey, que emocionó a los espectadores con su enorme valor. Las corridas estuvieron muy bien presentadas en líneas generales y la de peor juego fue la de Fuente Ymbro. Las otras tres ganaderías (Garcigrande, Zalduendo y Juan Pedro) cumplieron y permitieron el espectáculo. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
lunes, 15 de agosto de 2016
Los naturales del silencio de José Tomás
‘El Juli’ cortó dos orejas tras una actuación mayúscula y el de Galapagar, sin espada, dejó la faena de la tarde
Hubo naturales de puro silencio de José Tomás al astifinísimo ‘Carrillón’, naturales apolíneos, naturales de un tipo de cimientos sedimentados en mármol pero que parecían fluir con esa media muleta casi como un levísimo escorzo desentrañando los secretos del toro y si se me apura del toreo. Naturales sin música rota tras la voltereta, naturales con el compás de los sueños como si José Tomás estuviera encerrado en sí mismo y no fuera el punto exacto de las miles de miradas concéntricas que le observaban ayer en Illunbe como si se tratara de una aparición. La sublime lentitud de la segunda parte de la faena tiene visos de pasar a los anales de la tauromaquia más destilada posible. Toreo en tono de belleza, con ese clamor de los oles rotos, se oían las pisadas del torero, la respiración del toro, como si la plaza estuviera toda ella embebida en una comunión laica con el toreo, extraño silencio acorazado entre la muchedumbre atónita. Era el José Tomás más genuino, el de siempre, el de antes de su agujero más negro; José Tomás inalcanzable, sin otro sonido que el de su toreo mecido al compás de su misterio. Y la realidad es que hubo dos faenas en una. La primera de acople, con un toreo de aguante pero sin llegar a romper por ese palo ‘tomista’ y único, faena a derechas que había comenzado por estatuarios y que continuó después en un fragor más rectilíneo de lo habitual en el diestro de Galapagar. Antes, con el capote, había sublimado el toreo al delantal. Primero recibió al toro rodilla en tierra, con un sabor a Ordóñez con aroma a los años cincuenta del genio de Ronda. Después, se incorporó, ganó terreno y fue parsimonioso ligando los lances con una suavidad llevando la esclavina pegada a la cintura enroscándose la embestida del toro una y otra vez hasta rematar con una media verónica monumental. Qué manera de torear, que despacio todo, bárbaro el tiempo de cada lance, toreo de muñecas antiguas, de un genio que hace de cada tarde una aventura única hacia lo desconocido. La espada le privó de la segunda oreja, pero el toreo ahí había quedado, la revelación de un José Tomás insondable al natural. ‘El Juli’ se llevó el toro de la corrida, un sobrero de clase de Garcigrande, con el que dibujó una faena irrefutable, mayúscula en el orden ‘juliano’ y marcada por la rotundidad de sus lances, el ritmo sostenido de toda ella y el estocadón –salto incluido– inapelable. El torero de San Blas sacó esa raza suya de figurón máximo, de capacidad de batalla, y de toda la raza que ha marcado su carrera desde que era un niño. Toreo ligado en redondo y culminación con esa danza de las luquesinas. ‘El Juli’ como un torrente que no se quería dejar la batalla ni por su sombra y sacó todos sus argumentos ante José Tomás. El que esperara a un convidado de piedra no conoce quién en este torero, que tuvo el valor de responder a un escalofriante quite por gaoneras de José Tomás por zapopinas, ese lance colorido y mexicano que cuando llegó de México bautizaron con el apellido del propio diestro. Fue como la culminación de la batalla entre dos mundos, dos concepciones artísticas y dos estilos que marcan el toreo contemporáneo.
SEMANA GRANDE (SAN SEBASTIÁN)
Toros de Fermín Bohórquez, hondos, nobles y sin apenas chispa; Garcigrande (el 6º y el sobrero, que fue extraordinario y que tuvo clase, recorrido y duración.) y Domingo Hernández (2º, 3º -devuelto- y 5º), de buenas hechuras y muy astifinos. El primero de José Tomás, noble y sin fondo y el segundo de El Juli, muy deslucido. El 5º, un toro noble, de preciosa y serias hechuras; bueno y que tuvo un gran pitón izquierdo. Pablo Hermoso de Mendoza: Silencio y ovación. José Tomás: Ovación y oreja. ‘El Juli’: Dos orejas y silencio. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja
Hubo naturales de puro silencio de José Tomás al astifinísimo ‘Carrillón’, naturales apolíneos, naturales de un tipo de cimientos sedimentados en mármol pero que parecían fluir con esa media muleta casi como un levísimo escorzo desentrañando los secretos del toro y si se me apura del toreo. Naturales sin música rota tras la voltereta, naturales con el compás de los sueños como si José Tomás estuviera encerrado en sí mismo y no fuera el punto exacto de las miles de miradas concéntricas que le observaban ayer en Illunbe como si se tratara de una aparición. La sublime lentitud de la segunda parte de la faena tiene visos de pasar a los anales de la tauromaquia más destilada posible. Toreo en tono de belleza, con ese clamor de los oles rotos, se oían las pisadas del torero, la respiración del toro, como si la plaza estuviera toda ella embebida en una comunión laica con el toreo, extraño silencio acorazado entre la muchedumbre atónita. Era el José Tomás más genuino, el de siempre, el de antes de su agujero más negro; José Tomás inalcanzable, sin otro sonido que el de su toreo mecido al compás de su misterio. Y la realidad es que hubo dos faenas en una. La primera de acople, con un toreo de aguante pero sin llegar a romper por ese palo ‘tomista’ y único, faena a derechas que había comenzado por estatuarios y que continuó después en un fragor más rectilíneo de lo habitual en el diestro de Galapagar. Antes, con el capote, había sublimado el toreo al delantal. Primero recibió al toro rodilla en tierra, con un sabor a Ordóñez con aroma a los años cincuenta del genio de Ronda. Después, se incorporó, ganó terreno y fue parsimonioso ligando los lances con una suavidad llevando la esclavina pegada a la cintura enroscándose la embestida del toro una y otra vez hasta rematar con una media verónica monumental. Qué manera de torear, que despacio todo, bárbaro el tiempo de cada lance, toreo de muñecas antiguas, de un genio que hace de cada tarde una aventura única hacia lo desconocido. La espada le privó de la segunda oreja, pero el toreo ahí había quedado, la revelación de un José Tomás insondable al natural. ‘El Juli’ se llevó el toro de la corrida, un sobrero de clase de Garcigrande, con el que dibujó una faena irrefutable, mayúscula en el orden ‘juliano’ y marcada por la rotundidad de sus lances, el ritmo sostenido de toda ella y el estocadón –salto incluido– inapelable. El torero de San Blas sacó esa raza suya de figurón máximo, de capacidad de batalla, y de toda la raza que ha marcado su carrera desde que era un niño. Toreo ligado en redondo y culminación con esa danza de las luquesinas. ‘El Juli’ como un torrente que no se quería dejar la batalla ni por su sombra y sacó todos sus argumentos ante José Tomás. El que esperara a un convidado de piedra no conoce quién en este torero, que tuvo el valor de responder a un escalofriante quite por gaoneras de José Tomás por zapopinas, ese lance colorido y mexicano que cuando llegó de México bautizaron con el apellido del propio diestro. Fue como la culminación de la batalla entre dos mundos, dos concepciones artísticas y dos estilos que marcan el toreo contemporáneo.
SEMANA GRANDE (SAN SEBASTIÁN)
Toros de Fermín Bohórquez, hondos, nobles y sin apenas chispa; Garcigrande (el 6º y el sobrero, que fue extraordinario y que tuvo clase, recorrido y duración.) y Domingo Hernández (2º, 3º -devuelto- y 5º), de buenas hechuras y muy astifinos. El primero de José Tomás, noble y sin fondo y el segundo de El Juli, muy deslucido. El 5º, un toro noble, de preciosa y serias hechuras; bueno y que tuvo un gran pitón izquierdo. Pablo Hermoso de Mendoza: Silencio y ovación. José Tomás: Ovación y oreja. ‘El Juli’: Dos orejas y silencio. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja
sábado, 13 de agosto de 2016
Diego Urdiales inunda de clasicismo San Sebastián
Logra la primera oreja de la Semana Grande tras una faena de su sello y sufre una espeluznante voltereta
El cuarto de Fuente Ymbro cogió a Diego Urdiales de mala manera en los medios. Hachazo seco en la pierna, derrote brutal que levantó al riojano por los aires en unos instantes de violencia incontenible. Luego, en el suelo, 'Impostor', que así se llamaba el regalito de Ricardo Gallardo, lo pisó por todos los parajes del atlas de su anatomía, especialmente en la cara, donde se llevó un fortísimo golpe propinado por los cuartos traseros. Fue un milagro que saliera vivo Urdiales de semejante trance; un milagro porque la fuerza del reservón estaba intacta y el cuerpo del riojano desmadejado. En realidad, el toro no le había dado buenas noticias a nadie, especialmente con el capote, donde ya comenzó a escarbar y a esconder la cara entre las manos en actitud defensiva, como si en el fondo de su ser se adivinaran ya dos detalles: su cobardía y su falta de entrega. Pero poco pareció importarle a Urdiales, que tras unos doblones suaves en los terrenos del tendido diez, se lo sacó a los medios para comenzar la faena en redondo. Dio la sensación de que rebosaba confianza el torero, plantado en el platillo y poniendo la muleta como si el toro de Fuente Ymbro fuera bueno y no un marrajo. Y quizás ahí llegó la voltereta, producto de esa forma de correr riesgos que engrandece a los que se visten de torero y que saben que en cada tarde está su vida pendiente de ese hilo invisible que en realidad es esta fiesta inigualable. Y si con 'Impostor' le había deparado a Urdiales la cruz más amarga de la moneda, con el primero de la tarde y de la feria, las cosas habían sido radicalmente distintas: faena de triunfo, faena de clase y actuación trufada de esa torería tan particular del diestro del Cidacos; o dicho de otra forma, clasicismo inmortal. Con el capote ya dejó momentos de inspiración, con una media preciosa y dibujada, rebozándose con el toro a cámara lenta. Fue a buscarle a los medios con la muleta, y el toro, medido en las embestidas, se desplazaba bien en los dos primeros lances de cada tanda. Al tercero se lo pensaba y venía como dormido tras la franela del torero. Hubo dos series con la derecha que hicieron crujir a Illumbe. La planta quieta, el engaño por delante y esa forma de quedarse en el sitio para soltar con el vuelo la embestida. El toro tenía más forma que fondo y Urdiales fue capaz de conseguir pasajes de gran belleza y naturales de entidad, lanzando el vuelo y aprovechando al máximo la inercia de 'Bullicioso', un toro hondo que sin ser un dechado de bravura, le dio ese poquito que tantas veces se le ha negado al riojano. Hubo momentos de disfrute e incluso de relajación y la estocada casi entera en la yema sirvió para que el público donostiarra le otorgara una oreja más en un coso en el que casi nunca falla el riojano. El mejor de la corrida, llamado 'Turulato', le tocó Adame y el mexicano le plantó cara en una faena rápida y desigual. Los muletazos se acumulaban como los tantos en un partido de baloncesto. El toro fue realmente bueno y el diestro de Aguascalientes no pasó de voluntarioso. La oreja llegó por lo espectacular de la estocada, poco más. Ureña tuvo un lote poco propicio. Se la jugó el murciano, pero no terminó de sacar nada en limpio. Ayer la tarde de Illumbe tuvo el sabor de un torero de Arnedo que hizo de su clasicismo su sello de identidad. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja
El cuarto de Fuente Ymbro cogió a Diego Urdiales de mala manera en los medios. Hachazo seco en la pierna, derrote brutal que levantó al riojano por los aires en unos instantes de violencia incontenible. Luego, en el suelo, 'Impostor', que así se llamaba el regalito de Ricardo Gallardo, lo pisó por todos los parajes del atlas de su anatomía, especialmente en la cara, donde se llevó un fortísimo golpe propinado por los cuartos traseros. Fue un milagro que saliera vivo Urdiales de semejante trance; un milagro porque la fuerza del reservón estaba intacta y el cuerpo del riojano desmadejado. En realidad, el toro no le había dado buenas noticias a nadie, especialmente con el capote, donde ya comenzó a escarbar y a esconder la cara entre las manos en actitud defensiva, como si en el fondo de su ser se adivinaran ya dos detalles: su cobardía y su falta de entrega. Pero poco pareció importarle a Urdiales, que tras unos doblones suaves en los terrenos del tendido diez, se lo sacó a los medios para comenzar la faena en redondo. Dio la sensación de que rebosaba confianza el torero, plantado en el platillo y poniendo la muleta como si el toro de Fuente Ymbro fuera bueno y no un marrajo. Y quizás ahí llegó la voltereta, producto de esa forma de correr riesgos que engrandece a los que se visten de torero y que saben que en cada tarde está su vida pendiente de ese hilo invisible que en realidad es esta fiesta inigualable. Y si con 'Impostor' le había deparado a Urdiales la cruz más amarga de la moneda, con el primero de la tarde y de la feria, las cosas habían sido radicalmente distintas: faena de triunfo, faena de clase y actuación trufada de esa torería tan particular del diestro del Cidacos; o dicho de otra forma, clasicismo inmortal. Con el capote ya dejó momentos de inspiración, con una media preciosa y dibujada, rebozándose con el toro a cámara lenta. Fue a buscarle a los medios con la muleta, y el toro, medido en las embestidas, se desplazaba bien en los dos primeros lances de cada tanda. Al tercero se lo pensaba y venía como dormido tras la franela del torero. Hubo dos series con la derecha que hicieron crujir a Illumbe. La planta quieta, el engaño por delante y esa forma de quedarse en el sitio para soltar con el vuelo la embestida. El toro tenía más forma que fondo y Urdiales fue capaz de conseguir pasajes de gran belleza y naturales de entidad, lanzando el vuelo y aprovechando al máximo la inercia de 'Bullicioso', un toro hondo que sin ser un dechado de bravura, le dio ese poquito que tantas veces se le ha negado al riojano. Hubo momentos de disfrute e incluso de relajación y la estocada casi entera en la yema sirvió para que el público donostiarra le otorgara una oreja más en un coso en el que casi nunca falla el riojano. El mejor de la corrida, llamado 'Turulato', le tocó Adame y el mexicano le plantó cara en una faena rápida y desigual. Los muletazos se acumulaban como los tantos en un partido de baloncesto. El toro fue realmente bueno y el diestro de Aguascalientes no pasó de voluntarioso. La oreja llegó por lo espectacular de la estocada, poco más. Ureña tuvo un lote poco propicio. Se la jugó el murciano, pero no terminó de sacar nada en limpio. Ayer la tarde de Illumbe tuvo el sabor de un torero de Arnedo que hizo de su clasicismo su sello de identidad. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja
viernes, 12 de agosto de 2016
San Mateo se viste de lujo taurino
Cinco tardes con las principales figuras marcan una feria de Logroño a la que vuelve Victorino
Morante, Enrique Ponce, El Juli, Talavante, Perera, Hermoso, Castella, Roca Rey, López Simón y Diego Urdiales, único torero en dos tardes del abono
«Estamos orgullosos de la feria de este año y del tono más 'torista' que hemos conseguido». Así describió Óscar Martínez 'Chopera', empresario del coso de 'La Ribera', sus sensaciones al presentar ayer los carteles de la próxima Feria de San Mateo. Cinco corridas, una de ellas mixta con la presencia de Pablo Hermoso de Mendoza, un manojo de figuras deslumbrante (sólo faltan José Tomás y José María Manzanares) y el regreso a Logroño del hierro de Victorino Martín, que abrirá el ciclo el próximo sábado 17 de septiembre. Y es que como relató el propio empresario, «la feria tiene un tono más 'torista' que otras temporadas», merced a los astados de la 'A' coronada, que vuelven tras tres años de ausencia y que completarán su vigésima corrida en Logroño. En esa esfera 'torista' también colocó Óscar Martínez a la tarde del 21 de septiembre, en la que el hierro de Fuente Ymbro dirimirá el duelo entre Diego Urdiales y Sebastián Castella, exactamente el mismo cartel de la catarsis del año pasado, una de las tardes más inolvidables que ha vivido la afición de La Rioja en los últimos años. La nómina de toreros es excelente: Enrique Ponce, Morante de la Puebla, Julián López 'El Juli', Alejandro Talavante, Miguel Ángel Perera, Sebastián Castella; además de las dos grandes novedades del año: Andrés Roca Rey, López Simón. Diego Urdiales es el único diestro que tiene el privilegio de hacer el paseíllo dos tardes y en dos fechas estratégicas: el domingo, con Morante y 'El Juli', y el mano a mano del 21 del día de San Mateo. Para la corrida de Victorino, el cartel tiene un cariz de matadores diferente: el debut de jienense Curro Díaz en La Ribera en el mejor año de su carrera; 'El Cid', dicen que renacido tras el indulto de Santander, y Paco Ureña, un matador que conmovió los cimientos de Madrid en Otoño y San Isidro. Por cierto, Urdiales pidió la corrida de Victorino y un mano a mano con ella, pero el desarrollo de la confección de la feria lo ha hecho imposible. Por otra parte, al no haber festejo de rejones, Sergio Domínguez -rejoneador de Calahorra y habitual de San Mateo- salta de los carteles. Y la mixta resultante, con el jinete navarro como prólogo y eje en la taquilla, contará con un duelo entre los dos toreros jóvenes que han sido capaces de abrirse paso en las ferias a triunfo casi diario en todos los cosos, con sendas salidas por la puerta grande de Madrid en San Isidro. Por una parte el peruano Roca Rey, que ya gustó el año pasado, y por otra Alberto López Simón, que se presentará en 'La Ribera'. Los toros serán de Jandilla, propiedad de Borja Domecq, un hierro de campanillas pero con una temporada realmente irregular a pesar del extraordinario ejemplar que se llevó el premio al más toro bravo de la Feria del Toro de Pamplona. La realidad es que Morante entró en los carteles en el último momento, y con él varios reajustes en los carteles y los toros de Vellosino, la ganadería con la que ha venido los dos años precedentes a Logroño. «No es una imposición de Morante porque todo entra dentro de una negociación mucho más compleja. Es una ganadería que le gusta a Morante y también a 'El Juli'», recalcó 'Chopera'. La realidad es que un sector de la afición es muy reacio a este hierro salmantino. El cartel del martes 19 es también extraordinario e inapelable, con toros de 'El Pilar', uno de esos hierros esenciales en la carrera de José Tomás, y con un cartel de enorme peso específico: Enrique Ponce (que vuelve a la única plaza de su dilatadísima carrera en la que no ha sido capaz de salir a hombros), Miguel Ángel Perera y el torero en mejor momento del escalafón, Alejandro Talavante, autor de varias de las faenas más interesantes de la temporada, como la del manso de Cuvillo en San Isidro, un prodigio absoluto de decisión y técnica. Sobre las ausencias, 'Chopera' fue por partes: «Con José Tomás comenzamos a hablar en enero de cara a nuestras plazas, y entre ellas Logroño. Él decidió San Sebastián y declinó el resto». Sobre Manzanares, «el propio torero nos dijo a principios de año que prefería no venir esta temporada. Esperemos poder contar con ambos más adelante», recalcó. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
Morante, Enrique Ponce, El Juli, Talavante, Perera, Hermoso, Castella, Roca Rey, López Simón y Diego Urdiales, único torero en dos tardes del abono
«Estamos orgullosos de la feria de este año y del tono más 'torista' que hemos conseguido». Así describió Óscar Martínez 'Chopera', empresario del coso de 'La Ribera', sus sensaciones al presentar ayer los carteles de la próxima Feria de San Mateo. Cinco corridas, una de ellas mixta con la presencia de Pablo Hermoso de Mendoza, un manojo de figuras deslumbrante (sólo faltan José Tomás y José María Manzanares) y el regreso a Logroño del hierro de Victorino Martín, que abrirá el ciclo el próximo sábado 17 de septiembre. Y es que como relató el propio empresario, «la feria tiene un tono más 'torista' que otras temporadas», merced a los astados de la 'A' coronada, que vuelven tras tres años de ausencia y que completarán su vigésima corrida en Logroño. En esa esfera 'torista' también colocó Óscar Martínez a la tarde del 21 de septiembre, en la que el hierro de Fuente Ymbro dirimirá el duelo entre Diego Urdiales y Sebastián Castella, exactamente el mismo cartel de la catarsis del año pasado, una de las tardes más inolvidables que ha vivido la afición de La Rioja en los últimos años. La nómina de toreros es excelente: Enrique Ponce, Morante de la Puebla, Julián López 'El Juli', Alejandro Talavante, Miguel Ángel Perera, Sebastián Castella; además de las dos grandes novedades del año: Andrés Roca Rey, López Simón. Diego Urdiales es el único diestro que tiene el privilegio de hacer el paseíllo dos tardes y en dos fechas estratégicas: el domingo, con Morante y 'El Juli', y el mano a mano del 21 del día de San Mateo. Para la corrida de Victorino, el cartel tiene un cariz de matadores diferente: el debut de jienense Curro Díaz en La Ribera en el mejor año de su carrera; 'El Cid', dicen que renacido tras el indulto de Santander, y Paco Ureña, un matador que conmovió los cimientos de Madrid en Otoño y San Isidro. Por cierto, Urdiales pidió la corrida de Victorino y un mano a mano con ella, pero el desarrollo de la confección de la feria lo ha hecho imposible. Por otra parte, al no haber festejo de rejones, Sergio Domínguez -rejoneador de Calahorra y habitual de San Mateo- salta de los carteles. Y la mixta resultante, con el jinete navarro como prólogo y eje en la taquilla, contará con un duelo entre los dos toreros jóvenes que han sido capaces de abrirse paso en las ferias a triunfo casi diario en todos los cosos, con sendas salidas por la puerta grande de Madrid en San Isidro. Por una parte el peruano Roca Rey, que ya gustó el año pasado, y por otra Alberto López Simón, que se presentará en 'La Ribera'. Los toros serán de Jandilla, propiedad de Borja Domecq, un hierro de campanillas pero con una temporada realmente irregular a pesar del extraordinario ejemplar que se llevó el premio al más toro bravo de la Feria del Toro de Pamplona. La realidad es que Morante entró en los carteles en el último momento, y con él varios reajustes en los carteles y los toros de Vellosino, la ganadería con la que ha venido los dos años precedentes a Logroño. «No es una imposición de Morante porque todo entra dentro de una negociación mucho más compleja. Es una ganadería que le gusta a Morante y también a 'El Juli'», recalcó 'Chopera'. La realidad es que un sector de la afición es muy reacio a este hierro salmantino. El cartel del martes 19 es también extraordinario e inapelable, con toros de 'El Pilar', uno de esos hierros esenciales en la carrera de José Tomás, y con un cartel de enorme peso específico: Enrique Ponce (que vuelve a la única plaza de su dilatadísima carrera en la que no ha sido capaz de salir a hombros), Miguel Ángel Perera y el torero en mejor momento del escalafón, Alejandro Talavante, autor de varias de las faenas más interesantes de la temporada, como la del manso de Cuvillo en San Isidro, un prodigio absoluto de decisión y técnica. Sobre las ausencias, 'Chopera' fue por partes: «Con José Tomás comenzamos a hablar en enero de cara a nuestras plazas, y entre ellas Logroño. Él decidió San Sebastián y declinó el resto». Sobre Manzanares, «el propio torero nos dijo a principios de año que prefería no venir esta temporada. Esperemos poder contar con ambos más adelante», recalcó. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
domingo, 7 de agosto de 2016
Urdiales convierte en balsámico su toreo
Foto: Miguel Pérez Aradros |
vitoria. Le hacía falta a Diego Urdiales disfrutar en un ruedo y aunque la dicha no pudo ser completa, el torero de Arnedo dejó sobre el Iradier Arena vitoriano ese sello personal y único que lo hacen distinguirse de casi toda la torería andante. Hubo momentos extraordinarios tanto con el primero de su lote -un toro medio de Vegahermosa, pero el que más le ha embestido esta temporada- como con el cuarto, un mansísimo ejemplar que aprovechó en la primera parte de cada embestida para torearlo a media altura y a la velocidad de los caracoles, quizá una de las cuestiones técnicas más inaccesibles del complejo galimatías que ordenan la gramática oscura de la embestida de un toro. Diego Urdiales cortó el primer trofeo de la amenazada feria vitoriana merced a una faena llena de sutilezas, de temple y de manejo exquisito de los vuelos. El toro se movió con nobleza pero con muy poca clase, sin rebosarse nunca en la muleta y pasando por la jurisdicción del riojano con escaso interés por tomarla por abajo. Y precisamente ahí salieron las virtudes técnicas que adornaron la labor del diestro, ya que fue capaz de macerarlo en tres series con la mano derecha en las que logró momentos de gran belleza quedándose en el sitio y acompañando con la cintura el anodino viaje del burel de la laguna de la Janda. Quizás el secreto de esta parte de la faena pudo residir en la forma en la que esperó entre cada lance para dar tiempo al toro a que tomara el engaño sin obligarle a repetir y que acabara saliendo suelto al final de cada viaje. Fue la piedra angular de la faena. Después llegarían varios instantes buenísimos y gozosos al natural. Diego sabía a la perfección que iba a resultar imposible lograrlos ligados y optó por dárselos de uno en uno, ofreciendo la muleta desde la media distancia y aprovechando la inercia del toro. Hubo alguno fantástico, de esos suyos que tienen tempo y temple, dulzura y ritmo, y sobre todo, esa personalidad tan especial que imprime a su tauromaquia. El estoconazo fue de libro y la oreja viajó a su esportón con suma facilidad. Y si el toro ni hubiera tardado en rodar quién sabe lo que hubiera pasado, ya que parte de la afición pidió el segundo trofeo.
A Luis Domínguez
El segundo toro, esta vez del hierro titular, fue un manso huidizo y desentendido al que logró dibujar una buena serie de verónicas, especialmente una por el pitón derecho que tuvo un singular compás y que hizo crujir los cimientos donde se sustentaba la escasa bravura del astado. Diego brindó a Luis Domínguez, uno de esos amigos del alma que siempre le acompañan y aun cuando no se le ve está. El toro se desentendía de la muleta y Diego limó su querencia a tablas para dar con un terreno, alejado de chiqueros, donde logró el pequeño milagro de torear a la altura que pedía el toro con singular sentido del temple. A pesar de la mansedumbre, Urdiales disfrutó al toro y lo pasaportó con una media en todo lo alto. El público le hizo saludar una gran ovación. Talavante cortó una oreja sin demasiada historia en el primero y se las vio con un quinto, el sobrero, complejo y dificultoso en extremo. El peruano Roca Rey demostró una vez más su valor extraordinario y un sentido de la quietud casi increíble. Sin embargo, sus faenas fueron similares: mínima distancia y poco toreo en la parte central de las mismas. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
viernes, 5 de agosto de 2016
Diego Urdiales: «El triunfo sólo llegará toreando como siento»
El diestro de Arnedo actúa hoy en Vitoria con Talavante y Roca Rey ante toros de Jandilla
Diego Urdiales estrena esta tarde en el Iradier Arena de Vitoria un mes de agosto con siete tardes en plazas de primerísimo nivel. Y pesar de la mala suerte en los lotes que parece perseguirle, llega a este tramo de la temporada con la moral intacta: «Ha habido corridas en las que ni me lo he podido creer, pero tengo por delante una serie de tardes en cosos como Vitoria, Donosti, Málaga, Bèziers o Bilbao que me llenan de esperanza».
–¿La temporada está siendo más complicada de lo que esperaba?
–En esta profesión no es bueno hacerse planes porque todo puede cambiar en un instante. Si mi primer toro de Sevilla hubiera aguantado dos tandas más antes de pararse las cosas se verían de otra forma. No me quejo de nada, aprieto los dientes y sigo hacia adelante.
–¿Le obsesiona triunfar?
–Es más que eso, me obsesiona torear... Es que casi desde la feria de Olivenza no he tenido la oportunidad de disfrutar un poco con el capote. A pesar de todo, busco cada vez más el toreo, que es el refugio y el espacio donde me siento más realizado.
–¿Pero se le exige las orejas?
–En mi manera de concebir esta profesión el triunfo sólo puede llegar a través de lo que yo siento que es el toreo.
–Hoy el cartel es de una exigencia máxima.
–Es extraordinario. Alejandro Talavante es un torero que personalmente me encanta y que está en un momento increíble. Roca Rey tiene un valor y una firmeza impropia de un diestro tan nuevo. Creo que tiene muchos alicientes de cara a los aficionados.
–Y otra vez jandillas...
–A la tercera será la vencida. Es una ganadería muy buena y el toro de Talavante se llevó todos los premios.
–En algunos foros se le achaca que ha abandonado sus ganaderías clásicas tipo ‘Victorino’.
–En absoluto. En Madrid pedimos la de Adolfo y ya estaba hecha. He toreado todo tipo de corridas y volveré a torearlas, de eso no me cabe ninguna duda. En Bilbao he lidiado ocho años seguidos la de Victorino y he triunfado todos los años menos uno. Yo no divido los toros por encastes, me gusta el toro bravo en todas sus dimensiones. Me emocionó el toro ‘Cobradiezmos’ de Victorino de Sevilla y el otro día en Mont de Marsan me hizo llorar la forma de embestir de un toro de Nuñez del Cuvillo porque era la perfección absoluta en la embestida.
–¿Sabe algo de su situación en la Feria de San Mateo?
–Son cosas que llevan mis apoderados y yo me mantengo al margen.
–Le ha dolido quedarse fuera de Alfaro.
–Bastante, ésa es la verdad.
o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
Diego Urdiales estrena esta tarde en el Iradier Arena de Vitoria un mes de agosto con siete tardes en plazas de primerísimo nivel. Y pesar de la mala suerte en los lotes que parece perseguirle, llega a este tramo de la temporada con la moral intacta: «Ha habido corridas en las que ni me lo he podido creer, pero tengo por delante una serie de tardes en cosos como Vitoria, Donosti, Málaga, Bèziers o Bilbao que me llenan de esperanza».
–¿La temporada está siendo más complicada de lo que esperaba?
–En esta profesión no es bueno hacerse planes porque todo puede cambiar en un instante. Si mi primer toro de Sevilla hubiera aguantado dos tandas más antes de pararse las cosas se verían de otra forma. No me quejo de nada, aprieto los dientes y sigo hacia adelante.
–¿Le obsesiona triunfar?
–Es más que eso, me obsesiona torear... Es que casi desde la feria de Olivenza no he tenido la oportunidad de disfrutar un poco con el capote. A pesar de todo, busco cada vez más el toreo, que es el refugio y el espacio donde me siento más realizado.
–¿Pero se le exige las orejas?
–En mi manera de concebir esta profesión el triunfo sólo puede llegar a través de lo que yo siento que es el toreo.
–Hoy el cartel es de una exigencia máxima.
–Es extraordinario. Alejandro Talavante es un torero que personalmente me encanta y que está en un momento increíble. Roca Rey tiene un valor y una firmeza impropia de un diestro tan nuevo. Creo que tiene muchos alicientes de cara a los aficionados.
–Y otra vez jandillas...
–A la tercera será la vencida. Es una ganadería muy buena y el toro de Talavante se llevó todos los premios.
–En algunos foros se le achaca que ha abandonado sus ganaderías clásicas tipo ‘Victorino’.
–En absoluto. En Madrid pedimos la de Adolfo y ya estaba hecha. He toreado todo tipo de corridas y volveré a torearlas, de eso no me cabe ninguna duda. En Bilbao he lidiado ocho años seguidos la de Victorino y he triunfado todos los años menos uno. Yo no divido los toros por encastes, me gusta el toro bravo en todas sus dimensiones. Me emocionó el toro ‘Cobradiezmos’ de Victorino de Sevilla y el otro día en Mont de Marsan me hizo llorar la forma de embestir de un toro de Nuñez del Cuvillo porque era la perfección absoluta en la embestida.
–¿Sabe algo de su situación en la Feria de San Mateo?
–Son cosas que llevan mis apoderados y yo me mantengo al margen.
–Le ha dolido quedarse fuera de Alfaro.
–Bastante, ésa es la verdad.
o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
lunes, 1 de agosto de 2016
La cultura taurina vuelve a la Universidad de La Rioja
![]() |
Bernardo Sánchez, por Justo Rodríguez |
Bernardo Sánchez hablará de las «percepciones de un aficionado cinéfilo desde su butaca en el burladero»
El fiscal Enrique Stern abordará el delito del odio desde la perspectiva de la muerte de Víctor Barrio
José Ignacio Ruiz de Palacios, profesor de Derecho de la UR, ha conseguido que el curso de Verano ‘Derecho, toros y sociedad’ alcance su décima edición (es el más longevo de cuantos se celebran en España junto con el Aula Taurina de la Universidad San Pablo) con un programa renovado y repleto de ponencias interesantes como varios grandes nombres que sobresalen este año François Zumbiehl, Diego Urdiales, Enrique Stern y Bernardo Sánchez. François Zumbiehl es doctor en Antropología Cultural (Université de Bordeaux 2), catedrático de Letras Clásicas y coordinador del Comité Científico del Observatorio Francés de las Culturas Taurinas. Su ponencia se titulará ‘La tauromaquia; un patrimonio cultural frente a la censura y a su propio futuro’. Bernardo Sánchez, profesor de Teoría de la Literatura de la Universidad de La Rioja, escritor y dramaturgo, hablará sobre ‘Toros y cine o toros desde el cine: percepciones de un aficionado cinéfilo desde su butaca en el burladero’. El torero de Arnedo Diego Urdiales debutará como ponente en el curso y Enrique Stern Briones, fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, abordará en su ponencia un tema muy candente: ‘El delito de odio y figuras afines, la perspectiva desde el fallecimiento del torero Víctor Barrio’.
‘Humanismo versus animalismo’ será el título de la conferencia de Carlos Ruiz Villasuso, periodista de TVE’; Yolanda Fernández Fernández-Cuesta hablará sobre el asociacionismo taurino y Eloy Marino Hernando lo hará desde su doble perspectiva de veterinario y aficionado. Esa ambivalencia también será tratada por el arquitecto Juan Sánchez-Fabrés, uno de esos ganaderos apasionados.
Programa del Curso 'Derecho, toros y sociedad, de la Universidad de La Rioja
o Día 2 de septiembre. Los ponentes serán François Zumbiehl, doctor en Antropología Cultural; Diego Urdiales, matador de toros y Enrique Stern, fiscal.
o Día 3 de septiembre. Juan Sánchez-Fabrés, arquitecto y ganadero y José Ignacio Ruiz de Palacios, que hablará sobre las ILP’s.
o Día 9 de septiembre. Bernardo Sánchez, profesor de Teoría de la Literatura de la Universidad de La Rioja; Carlos Ruiz Villasuso, periodista de TVE ‘Tendido Cero’
o Día 10 de septiembre. Yolanda Fernández Fernández-Cuesta, doctora en Historia Moderna y Eloy Marino Hernando. Veterinario, Técnico Superior del Observatorio de Alimentación de la Comunidad de Madrid. / o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
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