Foto: Justo Rodríguez |
Diego Urdiales tiene esta tarde en Las Ventas (19.00 h. Movistar + Toros) su primer compromiso en la Feria de San Isidro en una corrida de máxima expectación en la que alternará con dos máximas figuras: Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante ante toros de Fuente Ymbro: «Es un cartelazo y estoy orgulloso de ser uno de los tres toreros de la terna», subraya el riojano desde Arnedo unas horas antes de viajar hacia la capital de España.
-El toro casi siempre es el gran hándicap de una plaza como es Madrid, con toda la exigencia en cuanto a trapío y volumen... ¿Qué sabe de la corrida de Fuente Ymbro?
-Yo no la he visto pero mis apoderados me han dicho que es seria y que está bien hecha. Personalmente confío en este hierro porque el año pasado hizo una buena temporada y me permitió, por ejemplo, triunfar en San Mateo en el mano a mano con Sebastián Castella con dos ejemplares muy distintos entre ellos, tanto el segundo de mi lote que fue muy exigente, como aquel quinto, que tuvo una enorme calidad. Ricardo Gallardo ha sido capaz de crear una ganadería con muchísima personalidad, con toros importantes y del gusto de los aficionados.
-¿Qué le preocupa de la tarde?
-Nada y muchas cosas a la vez. Por un lado que no haga viento porque es lo más molesto que hay para torear y en Madrid casi siempre hace. Luego son muchas cosas las que a uno le inquietan..., pero el viento es lo que más me sacude por dentro porque para torear como yo lo siento lo hace casi imposible.
-¿Se pasa mal antes de torear en Las Ventas?
-Mal es poco. Estos días vives como en una nube pendiente de la corrida, imaginándola sin parar. Entreno constantemente, he ido al campo a torear, pero uno se siente especialmente inquieto.
-¿Y el miedo a la cornada?
-De verdad, eso es secundario porque lo tienes muy asumido y es parte de la profesión. Ese riesgo está ahí; vas a Madrid y vas a jugarte la vida, lo sabes y lo buscas. Pero existe algo distinto que te inquieta y que tiene que ver con la responsabilidad, con lo que buscas como torero, con tu carrera, con todo lo que se espera de ti.
-Debutó en San Isidro en 2008. ¿Ha cambiado mucho como torero?
-Aquella corrida fue esencial en mi carrera porque se me abrió un camino que hasta ese momento era imposible. La evolución en mis formas es una de mis grandes metas profesionales. Siempre he buscado torear lo mejor posible; lo buscaba hasta en los años en los que no toreaba. Creo que soy el mismo torero, con el mismo concepto, pero mucho más refinado, tanto por la experiencia de estos años como por el número de corridas.
-¿Siente que Madrid le espera?
-Desde luego. Noté algo especial en Sevilla. El año pasado tuve el triunfo muy cerca en Las Ventas tanto con la corrida de Núñez del Cuvillo como con la de Adolfo Martín, pero en esa dos tardes sentí muy cerca el calor de los aficionados.
-¿Cómo ha preparado las dos tardes de San Isidro?
-He ido al campo pero menos de lo que quería porque ha llovido mucho y no se podía hacer nada. El viernes maté un toro a puerta cerrada de Sayalero y Bandrés, especialmente duro. Luego he estado también en la ganadería de El Pilar, esta vez con vacas. Pero llevo bastantes días en Arnedo con mis rutinas básicas de entrenamiento.
-¿Qué le está pareciendo la feria?
-Madrid es Madrid siempre y es impresionante la forma que tienen de apretar los toreros. Me gusta que esté yendo tanta gente a las corridas; en la novillada del lunes hubo más de 20.000 personas y eso demuestra la fuerza que tiene el toreo.
-¿Le obsesiona conseguir la puerta grande?
-Está claro que todos los que hacemos el paseíllo en Madrid la buscamos, pero yo no la definiría como una obsesión porque eso no es bueno. Lo que uno tiene que lograr es tener su cuerpo a punto, aglutinar las mejores sensaciones posibles para estar lo mejor posible. La experiencia me ha demostrado que las cosas suelen llegar cuando tienen que llegar y que hay que prepararse al máximo. o Esta entrevista la he publicado en Diario La Rioja