Carlos Abella profundiza en la vida de uno de los mitos del toreo del siglo XX
El escritor Carlos Abella cuenta que «Luis Miguel Dominguín hizo siempre lo que le dio la real gana, privilegio solo al alcance de quien además de esa libertad tiene el criterio y el carácter para buscar siempre un objetivo. Seductor y tímido a la vez, escéptico como un veterano de guerra y tierno como un candoroso niño, Luis Miguel ha sido capaz de fascinar a hombres y mujeres, a políticos de derechas y de izquierdas, solo porque en contra de la imagen que él mismo ha cultivado, su bando ha estado siempre en el corazón y en la inteligencia». Quizás por todo esto, Carlos Abella, biógrafo de personajes como Adolfo Suárez, José Tomás o Paco Camino, se ha introducido en la personalidad de Luis Miguel en una obra titulada ‘A corazón abierto’. «Durante un año compartí la vida con él, su memoria, sus casas, sus secretos, sus manías, su último escepticismo. En ese tiempo creí encotrar en sus silencios mucha incredulidad, cierta melancolía y mucha ironía. En nuestras conversaciones se sinceró contando cómo se paseó por el mundo de la mano de pintores de fama mundial, con artistas de cine, todo tipo de personajes y sus romances con María Félix, Ava Gadner y Romy Scheneider, aunque se casó con Lucía Bosé sólo un mes después de conocerla. Fue amigo de Pablo Picasso, Rafael Alberti, Deborah Kerr, Jorge Semprún o de Juan Antonio Vallejo Nájera. Algo extraordinario». En un atardecer de primavera, cálido y tibio recuerda Abella que le reconoció con íntima grandeza y sinceridad: «No sé lo que es la envidia y si yo hubiera sido envidioso no tendría perdón». Tuvo la ambición para llegar a lo más alto, pero que cuando estuvo allí, donde la envidia y el «tiro al blanco» se ejercitan con tanta precisión como saña, desafió a todos y a todo, haciendo el triple mortal para el que no todos los grandes ídolos están preparados, convirtiendo la provocación y la antipatía en uno de sus principales atractivos. Abella repasa su vida en una monumental obra de más de 400 páginas editada por ‘Bellaterra’ que tiene su punto de partida el día de la muerte de Manolete en Linares, donde Dominguín se convirtió en el último testigo y en el heredero máximo de la historia del toreo y buena parte de España. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.