El cantaor gaditano actúa esta noche en el Salón de Columnas con el toque de Rafael Rodríguez
David Palomar es una de las voces más personales de la últimísima hornada de cantaores. Gaditano, del barrio del la Viña (cantón independiente, que dice) y poseedor de esa malla del compás de la bahía casi indescifrable pero que atrapa por algo que como asegura tiene que ver con una paradigmática paradoja: «Cádiz es como una risa que se desangra, nuestro cante es rítimico, nuestra idiosincrasia es ésa, como que se rebosa, pero hacemos jondos los tanguillos, tan dolientes acaso como una siguiriya de Chocolate».
-Pero además, existe una dulzura muy especial en los cantes gaditanos. ¿Cómo los define?
-Es otra forma de sentir, hay un compás distinto al de la campiña o al de Jerez, y aunque tengamos un tronco común, existe como un acento diferente, más dulce, como más sutil. Muchas veces pienso que nosotros decimos el cante, como si lo deletrearamos. Es como cuando se habla de cantaores payos o gitanos. Yo pienso como Chano Lobato o como el maestro Juanito Villar, que me dijo el otro día que si me llegas al alma me da igual cómo seas. Lo que vale es el talento de cada cual, su cante, su expresión, lo que es capaz de transmitir, mucho más allá de razas y de cosas de ésas.
-Ha nombrado a Chano Lobato... ¡Qué cantaor más admirable!
-Chano era un maestro consumado en todos lo sentidos, poseedor de un duende muy especial, ese ritmo tan de Cádiz, ese compás. Y es que esta ciudad ha tenido maestros de una talla increíble, como Manolo Vargas, La Perla, Beni o Mariana Cornejo.
-Tiene tres discos, con el último ‘Denominación de Origen’ recién publicado, ¿cuáles son las claves de cada uno de ellos?
-El primero nació como homenaje a todas personas que confiaron en mi cuando gané los premios nacionales. El de ‘La Viña, cantón independiente’, fue un trabajo más heterodoxo, más personal, y este último es como una confirmación de lo que busco, de mi esencia como cantaor, como gaditano, como artista. Yo compongo casi todo, música y letras. Me gusta mucho escribir y quiero dotar a todo lo que hago de mi sentimiento, de mi forma de pensar.
-¿Cómo va a plantear la actuación de esta noche?
-Siempre aspiro a transmitir a los aficionados las verdades que siento. Sé de la devoción que tienen ustedes por Chano Lobato y obviamente haré alguna de esas cosas suyas tan hermosas. Sonará a Cádiz, a sus barrios, al Mentidero. Además vengo acompañado por un extraordinario guitarrista como es Rafael Rodríguez.
-¿Aparte del flamenco, siente interés por otro tipo de músicas?
-Desde luego, me gusta mucho la música latina de calidad, troveros cubanos como Beny Moré o Elíades Ochoa. Me gusta el bolero, los tangos, las rancheras y me bebo en el coche un montón discos de jazz. Es curioso, en Cádiz hay una gran inquietud jazzística, con músicos extraordinarios.
-¿Y los cantaores que más le han influido?
-En primer lugar los grandes de mi entorno, después he ido conociendo la grandeza del flamenco y cuando descubrí siendo un niño a Camarón me causó un impacto brutal. Era un compendio absoluto de todo.
«Es un orgullo cantar con Rafael Rodríguez»
Uno de los grandes atractivos para el concierto de esta noche en el Salón de Columnas es la presencia en el escenario del tocaor sevillano Rafael Rodríguez, conocido como el ‘Cabeza’, un guitarrista de la vieja escuela, veterano, y dotado de un compás muy especial y sevillano que se acopla a la perfección con el ritmo gaditano de David Palomar. Y éste también es uno de los atractivos de la velada flamenca. Rafael Rodríguez comenzó a tocar la guitarra a los trece años de la mano de Andrés Vázquez, un maestro de la escuela del Niño Ricardo. Desde entonces su formación ha sido completamente autodidacta. Como profesional ha sido y es asiduo de artistas de la talla de bailaores y cantaores como Milagros Mengíbar, Bernarda de Utrera, Farruco, Israel Galván, El Cabrero, Concha Vargas, Sordera de Jerez, Gaspar de Utrera, Pepa de Benito, Pepa de Utrera, con los que ha recorrido los principales teatros y festivales flamencos del mundo. Rafael es hoy por hoy uno de los guitarristas más experimentados y versátiles del panorama flamenco. Su justeza en el acompañamiento al cante y el baile hacen que sea muy demandado en todos los circuitos y propuestas escénicas que conviven en la actual época de desarrollo del cante flamenco. Para el propio David Palomar supone un enorme orgullo actuar con un guitarra de su categoría: «Es maravilloso encontrar alguien de su sensiblidad y de su conocimiento. Personalmente tenía muchas ganas de actuar en la Gira del Norte porque tiene mucho predicamento entre los profesionales y hacerlo con un tocaor de su talla es un privilegio», asegura. o Esta entrevista la he publicado en Diario La Rioja.