El periodista Paco Aguado abrió las jornadas del Club Taurino de Alfaro: «Hay futuro, pero hay que cambiarlo casi todo»
Paco Aguado, responsable de la información taurina de la Agencia EFE, ofreció el viernes en el ciclo de conferencias del Club Taurino de Alfaro, una ponencia de un extraordinario calado en el que analizó la situación interna y externa del mundo taurino: «Estamos en un momento crítico por muchas circunstancias, tanto por la incapacidad que ha demostrado el propio sector para organizarse y defenderse como por la evidente destaurinización de la sociedad. Sin duda el toreo vive la época más grave de los últimos cincuenta años».
-No hace muchas temporadas se daban más corridas que nunca. ¿Qué cree que ha sucedido para llegar a la situación en la que nos encontramos?
-En 2007 se dio el récord histórico de festejos con más de mil corridas de toros solo en España, y el descenso hasta la actualidad ha sido superior al 60 por ciento. La verdad es que el hundimiento ha sido brutal. ¿Razones? Muchas. Aquellas vacas gordas provocaron una desmesura de todo, ganaderías, corridas, subvenciones municipales. Se dio el fenómeno del llamado ‘ladrillero’, personajes de fuera de la tauromaquia con mucho dinero que desmesuraron todo, que utilizaron la fiesta para sus intereses y que dejaron con la crisis convertido todo en un erial. Muchos ayuntamientos querían tener en sus plazas de 3.000 personas a las máximas figuras y se acabó arruinando todo. Cuando llegó la crisis económica la gente del toro vio la forma en la que aquello se desmoronó y siete años después siguen sin demostrar que no tienen ninguna capacidad de reacción. Ni tienen dinero, y lo que es peor, ideas para sacar adelante un espectáculo que tiene tantas contradicciones internas que hace que resulte tan cara montar una corrida en un pueblo como hacerlo en Madrid.
-¿Cree que no ha habido capacidad de organización?
-Ni la más mínima. Pero en todos los sentidos. Uno de los sectores taurinos que más está sufriendo la crisis es el de las novilladas, tanto con picadores como sin caballos, y es el futuro. Los gastos de Seguridad Social e IVA de estos espectáculos los hacen absolutamente inviables en la mayoría de los casos. Pues bien, no ha habido la más mínima respuesta del sector para plantear a las instituciones la necesidad de revisar todas estas cuestiones. Se da la paradoja que un veterinario de una novillada puede cobrar más que un banderillero. Pero han sido incapaces de plantear nada. Durante los años de la burbuja en las plazas de propiedad pública se licitaban los cánones de arrendamiento con unas exigencias a los empresarios casi rocambolescas. Pero como todo el mundo las quería, las mejoras de los propios empresarios hicieron que aquellos cánones se sacaran de madre mucho más todavía. Ahora, con todo al revés, los pliegos siguen siendo inaceptables por irreales. No se pueden programar corridas en Valencia a las cinco de la tarde el lunes previo al día grande de las fiestas. La forma de vivir el ocio de los españoles ha cambiado y el toreo no puede seguir instalado en modelos decimonónicos.
-Y los toreros... ¿qué responsabilidad tienen?
-Ellos son hijos de su época. Ahora estamos viviendo un momento en el que hay figuras que llevan quince años en lo alto del escalafón con los mismos honorarios que en los mejores momentos. Esto no se ha vivido nunca. Por eso torean menos y se agrupan más entre ellos para no permitir que otros diestros puedan entrar en ese privilegiado pastel de los primeros espadas. Acaban de salir los carteles de Castellón y son prácticamente los mismos que hace cinco años. Sin apenas novedades. Eso hace que el interés decaiga, que la gente vea que casi siempre son los mismos.
-¿Por qué no aparece una figura nueva con la fuerza que tuvo ‘El Juli’ en sus comienzos?
-‘El Juli’ fue quizás el último de los toreros que salió con fuerza del impulso de la televisión. Su alternativa, que se emitió desde Nimes por TVE, llegó a millones de personas. Este año, por poner un ejemplo, Miguel Ángel Perera ha salido dos veces por la puerta grande de Madrid y es un gran desconocido para la mayoría de la población.
-¿Puede ser Francia el modelo?
-En muchas cosas están demostrando que sí, en su organización interna, en el hecho de buscar una transversalidad social de la fiesta. Aquí en España parece que ser taurino es ser de derechas, cuando nunca ha sido así. El PSOE mantiene una ambigüedad tremenda y el PP, que se ha mostrado a favor de palabra, en realidad tampoco ha hecho nada real para apoyar el toreo. La fiesta es del pueblo.
-¿Hay futuro?
-Claro que sí, pero hay que cambiar todo el modelo. Son necesarias nuevas ideas y empresarios con ganas de cambiarlo todo. o Esta entrevista le he publicado en Diario La Rioja.