El diestro de Galapagar actúa hoy en León con toros de Garcigrande y El Pilar y con Mora e Iván Fandiño
Álvaro Acevedo vio en Granada «toques bruscos y hacia afuera» en su faena al jabonero de Juan Pedro
Parece que José Tomás lleve siempre cosida a su costado la tragedia. Su nombre se asocia al drama, a la cornada perpetua, al atragantón y al abismo de caminar ineludiblemente por ese filo donde la muerte deposita su semilla terrible. El jueves reapareció en Granada tras su mítica corrida de Nimes de 2012 y en un segundo de descuido, tras rematar una serie y perder la cara del toro, éste se le vino en tromba por detrás y lo volteó de forma tan contundente y dramática que los miles de espectadores que abarrotaban la Monumental de Frascuelo temieron lo peor. Salió de la enfermería por su propio pie y pudo matar él mismo al caballudo ejemplar de Victoriano del Río para cortarle después las dos orejas. Al final, la leyenda morbosa del diestro de Galapagar volvió a agigantarse. Hasta el regreso de Juriquilla (México) de hace unas semanas, de José Tomás apenas se sabía nada más que una lesión en un dedo del pie le había impedido hacer campaña el año pasado. Hasta los medios apenas llega el eco de las muchas iniciativas benéficas que realiza con la fundación que lleva su nombre y el resto de noticias ha sido una sucesión de mutismos sólo emborronada con el adiós de su apoderado desde 2007, el excelente Salvador Boix, un personaje poliédrico, socarrón e inteligentísimo que ejercía su función de hombre-muro con una exquisita diligencia.
De este año sólo se conocen tres contratos, el ya verificado de Granada; el de hoy en León y el extraño ‘mano a pezuña’ con Pablo Hermoso de Mendoza en Málaga. Nada más, a pesar de que en las plazas en las que torea se sigue desatando la locura, la venta de entradas se dispara (el día de apertura de las taquillas se vendieron 6.000 abonos para las cuatro corridas en Granada) y las ciudades donde cae el gordo ‘tomasiano’ reciben a los seguidores del torero como agua de primavera: llenos los hoteles y colapso en los restaurantes. Sin embargo, comienza a aparecer voces críticas con el propio toreo de José Tomás, y la que más ha llamado la atención ha sido la de Álvaro Acevedo, un gran periodista, que detectó cosas extrañas en su actuación de Granada: «Una muleta muy pequeña y volandera, unos toques muy bruscos, unos pases muchas veces destemplados, veloces y hacia fuera, y una clamorosa falta de calado en el toreo fundamental. Y yo creo que su primer toro, un jabonero de Juan Pedro Domecq, tuvo un buen pitón izquierdo y su embestida, noble aunque un punto brusca, quedó manifiestamente empeorada ante la falta de pulso del maestro». Álvaro Acevedo ha hecho de su honradez un punto y aparte en el periodismo taurino y estas palabras -equivocadas o no- llamaron la atención por su dureza a sabiendas de la admiración que siente por el torero de Galapagar. Hoy podremos despejar alguna de estas dudas. José Tomás actúa esta tarde en la plaza de toros de León en un cartel en el que se lidiarán tres toros de Garcigrande y otros tres de ‘El Pilar’, con Juan Mora e Iván Fandiño como compañeros de terna. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja