viernes, 20 de junio de 2014
LÁGRIMAS, JOSELITO Y EDITH PIAFF
El domingo reapareció en Istres (Francia) José Miguel Arroyo ‘Joselito’, el maestro inverosímil que ha dicho que todo lo que tenía que decir estaba ya escrito pero que en un jeribeque de su existencia aceptó la propuesta de Morante de torear juntos en el Mediterráneo galo por última vez, aunque en esto de los toros, como en la vida misma, sea quimérico determinar cuándo se coloca definitivamente el punto final. Nadie está a salvo de nada, creo. Y resulta que la ciudad de Istres, situada en los albores de la Costa Azul y con un alcalde socialista, ama tanto el toreo como la buena música, y decidió acompañar las faenas del regreso de Joselito con dos temas musicales, dos temazos. Para el primer toro, ‘El Himno del Amor’, de Edith Piaff, y para el segundo, ‘El Concierto de Aranjuez’ de Joaquín Rodrigo, releído por la universal trompeta de Miles Davis en aquel disco memorable llamado ‘Sketches of Spain’. Desgraciadamente, no pude estar en Istres como no puedo estar hoy en Granada para alumbrarme con la reaparición española de José Tomás, pero he sido incapaz de refrenar alguna que otra lágrima cuando he visto en el vídeo a José Miguel Arroyo torear con el alma mientras evocaba a los sones de la maravillosa banda del coso francés la singular letra de Piaff: «Renegaría de mi patria / renegaría de mis amigos /si tú me lo pidieses». Y José, hundido de sí mismo, haciendo de cada natural una agónica lucha contra el tiempo, una vuelta al pasado pero que sin embargo era un canto al hoy, a sentirse más torero que casi nunca a compás de una sinceridad emblemática en estos mundos oscuros de intereses comerciales que van a terminar por arrasarlo todo. He perdido la cuenta de las veces que he visto las imágenes de su toreo acompasado acariciado a su vez por la canción de Piaff, con sus mismas lágrimas pero eso sí, con mi cara de payaso. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja