David Luguillano firmó lo más interesante del festival taurino celebrado ayer en Santo Domingo. El veterano diestro de Pucela es un torero diferente y demostró que el temple lo mantiene intacto a pesar de que torea muy poco y que quedan demasiado lejanos aquellos triunfos de su Madrid del alma. En pleno San Isidro, y lejos de Las Ventas, fue una gozada verle estirarse como lo hizo con ambas manos. Al principio en redondo, asentando la buena embestida del burel, y después al natural, con algún lance excelso, especialmente los que dictó con los pies juntos al final de faena, en los que se enroscó en su cintura las buenas embestidas del pupilo de los hermanos Peralta. Luguillano hizo, de lejos, lo mejor de la tarde y, además, despenó al astado de un fenomenal volapié. La sensación de este cronista es que la novillada de Peralta se fue sin torear a excepción del primero y del incómodo segundo, que le correspondió a Óscar Higares. El torero de Madrid, más conocido por sus apariciones en televisión que por lo que hace en los ruedos, lo pasaportó con oficio tras probar la embestida por ambos pitones. Sin duda, el mejor eral fue el tercero, que persiguió los engaños sin descanso y que literalmente desarboló a Jesús Chover, un novillero que estuvo muy por debajo de la calidad y las posibilidades del animal. Eso sí, voluntad puso a raudales: se fue a porta gayola, dio largas cambiadas, banderilleó... De todo, pero con la muleta no tuvo ni la ciencia ni el oficio para imponerse a un astado que no paró de acometer con nobleza y emoción durante toda la lidia. Lo peor de Chover es que buscó el aplauso fácil, las orejas y el triunfo por el camino del efectismo. Mató mal y la cosa se quedó en una vuelta al ruedo. En este novillo fue cogido sin consecuencias Diego García, socio del Club Taurino de Santo Domingo, que salió como banderillero y que compartió tercio con el novillero valenciano.
A la novillera Cristina Hernández, también volteada en la faena de muleta, le vino demasiado grande el eral de Peralta y bastante hizo matando por arriba y saliendo indemne del fragor de la pelea. Sin embargo, la sorpresa de la tarde llegó al final, con la joven María del Mar Santos, mucho más cuajada que su compañera, y con ganas de hacer muy bien las cosas. Animosa con el capote, se colocó muy bien para ligar los muletazos al quinto de la tarde. Santos demostró valor y sinceridad, y aunque tiene infinidad de cosas por mejorar, la realidad es que se quedó muy quieta y dejó algún derechazo largo y templado, quedándose en el sitio para ligar. Por la izquierda no lo vio tan claro como por la derecha y por este lado la faena bajó en intensidad. Pero tiene corazón y coraje, valor y mucho por delante. Cobró una oreja y se fue muy feliz de La Rioja a pesar del frío y de que la noche se echaba encima.
Festival taurino de las fiestas del Santo
Novillos de Peralta: bien presentados y de buen juego, excepto el segundo, que se defendió.
David Luguillano: oreja. Óscar Higares: palmas. Jesús Chover: vuelta tras aviso. Cristina Hernández: vuelta. Mari Mar Santos: oreja. Plaza de toros de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), menos de media entrada. Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja