«Mi mujer me quería matar y con razón, pero entiende que es un día solo», ha declarado en Aplausos
Joselito vuelve a los ruedos. Será exclusivamente por un día y el acontecimiento se vivirá el próximo 15 de junio en Istres (Francia) en una corrida en la que actuará con Morante de la Puebla y Cayetano Ortiz, que tomará la alternativa, ante astados de Domingo Hernández y Garcigrande. La noticia ha supuesto un verdadera conmoción en el planeta taurino y en una entrevista que ofreció el propio diestro a ‘Aplausos’ explicaba cómo se había fraguado su reaparición, en la que ha tenido mucho que ver el propio Morante de la Puebla: «José Antonio toreó una corrida de toros de mi ganadería y por la noche cenando, hablamos y me confesó que le hacía mucha ilusión torear una corrida de toros conmigo. Yo le dije que no, que no estaba preparado ni mentalizado. Este invierno volvió a repetírmelo un par de veces y claro… entre eso y que Bernard Marsella y César Pérez, los empresarios de la plaza, son amigos míos desde que éramos chavalines y también me lo pidieron, al final me empezó a ilusionar el tema y comencé a fraguarlo en mi mente y ahí está la decisión. Entre los tres han sido capaces de ilusionarme, además yo soy consciente de lo que voy a hacer porque no estoy loco ni soy gilipollas».
Puerta entreabierta Y aunque en el mundo del toreo nada es descartable, Joselito confiesa que no va a hacer temporada y que la reaparición será solo por un día, aunque dejaba la puerta entreabierta: «De momento ésa es mi intención, lo único que sé cierto es que me voy a morir algún día, lo otro no sé». Y relató cómo había caído en su familia la decisión: «Mi mujer me quería matar y con razón, pero entiende que es un día solo. Mi padre me ha dicho, ¿qué necesidad tienes? Le digo que mi necesidad es la ilusión. Mis hijas todavía no lo saben. Hasta hoy muy poca gente lo sabía, guardé un pacto de silencio. Lo sabían los empresarios, Morante, Antonio Barrera y por mi parte, mi mujer y mis padres, nadie más».
José Miguel Arroyo, ‘Joselito’, de 44 años, fue una gran figura del toreo en los años noventa y el año pasado publicó un libro autobiográfico que comenzaba con una frase brutal: «El toreo me salvó de las drogas. Pude ser un delincuente. Mi padre era un tío muy majo, pero era muy majo de puertas para fuera. Vio que se ganaba más fácil el dinero traficando con estas cosas y al final, bueno, pues el mundo en el que estaba metido era el de la droga». Su relación con los públicos estaba llena de contrastes y paradojas y una de sus plazas preferidas era la de Logroño: «Hubo muchos líos en La Rioja, unas veces me salía todo mal y al día siguiente lo bordaba y me lo perdonaban. Ésa ha sido la tónica de mi carrera. Pero en Logroño he dejado grandes tardes». José Miguel Arroyo se retiró de los ruedos en el año 2004 y siempre se ha mostrado contrario a la idea de reaparecer, ya que consideraba que lo dejó mientras aún era figura y así es como le «debe recordar» la gente: «Ahora me dedico a la agricultura y a criar toros, lo de torear es parte de un pasado que ya no volverá», comentó el año pasado en una charla que ofreció en Alfaro invitado por la Asociación Taurina ‘El Toril’. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
