«Estoy convencido de que los que en estos momentos estamos manteniendo la fiesta somos los ganaderos», dice Victorino Martín en Logroño
«Estamos en un momento crítico, ni nos defienden ni nos sabemos defender». Así se expresó ayer el ganadero y veterinario Victorino Martín en la ponencia inaugural del VII Curso de Verano ‘Toros, Derecho y Sociedad’, organizado por la UR.
-¿Tan duro es el momento que atraviesa el mundo del toro?
-Se han unido muchas cosas para llegar a una situación muy complicada, la crisis económica de España, la mediocridad de muchos políticos, los problemas internos del espectáculo y también nuestra incapacidad para unirnos y tener un solo interlocutor de cara a la sociedad y las administraciones.
-¿A qué achaca esa falta de unión?
-Se dan muchos factores, pero básicamente tiene que ver con nuestra forma de ser. Cada cual defiende sus intereses por encima de todo. Ha habido dos intentos serios y ambos han fracasado. En este tema soy muy pesimista y la única salida que veo factible es que sean las ciudades taurinas la que sean capaces de poner cordura a todo esto. En definitiva, que si el sector es incapaz de organizarse, que sean ciudades con plazas en propiedad las que lo hagan: Madrid, Bilbao, Pamplona, Santander y otras muchas las que den el paso.
- ¿Puede ser un ejemplo Francia?
- Sin duda. La cultura taurina gala ha aportado muchas cosas a la fiesta y su organización es modélica; además sus políticos no han tenido reparos ni en defender ni en potenciar el hecho taurino porque se han dado cuenta de que es una fuente de riqueza muy importante para sus ciudades. Y no me refiero sólo al valor económico, sino al cultural, al turístico y al de promoción.
-Han vuelto los toros a la televisión pública. ¿Qué le parece?
-Está bien, aunque hay que seguir profundizando. Somos el segundo espectáculo de masas y vivimos ante el silencio informativo en los medios que pagamos todos. Hay que cubrir las ferias más importantes y reflejarlas diariamente en los telediarios. Los índices de audiencia han vuelto a respaldar al espectáculo emitiendo una corrida, dicho sea con todos los respetos, desde una plaza menor. En la tele hay que dar cuenta de los grandes acontecimientos taurinos, sin regalar nada y con todas las consecuencias.
-¿Cómo se vive la crisis en las ganaderías?
-Están siendo años durísimos. Estoy convencido de que los que en estos momentos estamos manteniendo la fiesta somos los ganaderos. La exigencia del toro es máxima; la lidia exprime al toro como un atleta y no se puede fallar nunca porque todo el mundo le echa la culpa a él cuando no le salen las cosas. Además, tampoco se entiende desde la Administración la crianza de un animal que vive en extensivo y al que hay que realizar continuamente saneamientos sabiendo que tenemos siempre una espada de Damocles sobre nuestras cabezas. El toro vive en contacto con multitud de especies en libertad y es absurdo e imposible aplicarle los mismos parámetros sanitarios que a los animales estabulados.
-¿Peligra la biodiversidad genética del toro de lidia?
-Desde luego. La uniformización del comportamiento del toro va radicalmente en contra de la esencia de la fiesta. El toro tiene un valor genético extraordinario. De hecho hay varios estudios de ADN que señalan que las distancias genéticas que existen entre los diferentes encastes es mucho mayor que las de otras razas bovinas entre ellas. Y hay más, se encuentran trazas en los genes antiquísimas. No nos podemos cargar todo eso porque además es uno de nuestros legados más increíbles.
-¿Se ve el hecho taurino ahora con una perspectiva diferente?
-Cuando España era una sociedad más rural y vivía más cerca de los animales, todo giraba en torno al toro. Ahora existe una visión más urbanita, y el prisma lo pone el torero. En ocasiones prima lo estético por encima de lo realmente bello, que como decía San Agustín es la manifestación hacia el exterior de la perfección interior.
-¿Ha cambiado el ganadero?
-Yo creo que el ganadero ha de estar al servicio del toro bravo y se fiel a esa esencia de fiereza que tiene.
-¿Qué supone para usted el toro?
- Lo es todo. En su lidia se resume un acontecimiento vital. Pero para mí también es un espejo por la forma que tiene de comportarse. Hay que entender qué clase de animal es para comprender la pasión de un ganadero. Yo he tenido la suerte de ser el hijo de una persona que hizo una revolución, que marcó un antes y un después cuando fue capaz de sacar adelante un sueño romántico con un encaste que iba a ir al matadero. Es impresionante cómo con su esfuerzo dio la vuelta a todo. o Esta entrevista la he publicado en Diario La Rioja.