«Poco a poco la faena ha ido descifrándose porque el toro tenía virtudes pero había que estar muy preciso con él para conseguir la ligazón»
Morante de la Puebla estaba absolutamente feliz entre barreras tras finalizar su faena y a la espera de que los mulilleros de La Ribera le sacaran en su peculiar ‘sillita’ a hombros de la plaza: «La verdad es que he disfrutado, me he emocionado toreando y poco a poco la faena ha ido descifrándose, porque al principio el toro tenía virtudes pero no muy evidentes para hacer una obra lucida. Pero el toro lo llevaba dentro y creo que he podido sacárselo y eso hace que me haya sentido muy satisfecho, muy a gusto, muy torero en Logroño». José Antonio Morante de la Puebla relató de esta manera cómo fue poco a poco viendo las virtudes del astado de Vellosino: «Con el capote el toro ya me había demostrado que tenía una iniciativa bastante buena, sin terminar de marcarla del todo, pero con detalles que podían hacerme presagiar su comportamiento final. Pero yo tenía fe y por eso al inicio de faena intenté ligarlo por el lado derecho. Pero después el toro se abría demasiado e incluso a veces se venía más por dentro. Había que hacerle la faena precisa para que fuese lucida y tuviera continuidad y ligazón». Sobre la emoción desatada en la plaza, y preguntado si había sentido la conmoción que estaba generando en los tendidos mientras estaba toreando, el diestro de la Puebla no tuvo el más mínimo reparo: «Claro que sí la he sentido, el primero que debe sentir el toreo es el artista que lo hace y según él se emocione así suele ser la respuesta del público. La he sentido y eso me ha rencofortado para seguir toreando porque estaba realmente feliz en la cara del toro». Y como hecho curioso, un banderillero del propio Morante se acercó al burladero donde están los areneros de la plaza y les pidió que fueran ellos los que sacaran a hombros al torero por la Puerta Grande de La Ribera. o Esta entrevista la he publicado en Diario La Rioja.