Le esperan astados de Baltasar Ibán y actuará con Juan Bautista y David Mora
Diego Urdiales regresa esta tarde a Las Ventas en la última corrida a pie de la Feria del Arte y la Cultura. Es decir, casi un mes después de su debut en la feria con la lamentable ganadería de José Luis Pereda. El torero riojano actuará junto al francés Juan Bautista y el toledano David Mora para estoquear astados de Baltasar Ibán. Esta divisa es un hierro muy del gusto de la afición de Madrid y con la que el torero riojano ha logrado faenas muy importantes, como aquel rabo que cortó en Alfaro y que le abrió las puertas de Logroño en la feria del indulto del toro ‘Molinito’ de Victorino Martín. La última vez que el arnedano se las ha visto con reses de esta ganadería fue el año pasado en la plaza de Dax (Francia), una corrida que salió muy dura y exigente y con la que dio un gran dimensión tanto con el capote como con la muleta: «Me sirvió mucho», recuerda Urdiales, que confesó a este periódico que había sido una de las tardes más exigentes de su carrera.
El diestro riojano llega a Madrid tras el triunfo de hace unos días en la plaza de Vic-Fezensac: «Torear tan despacio me ha dado moral», reconoce. «Tras la corrida de San Isidro me quedé un poco vacío por dentro. Ésa es la verdad. Te preparas hasta el infinito y volverse a estrellar una vez más con toros imposibles le quita la ilusión a cualquiera. Ahora mismo estoy concentrado al máximo en la tarde de mañana (por hoy) y sólo espero que si sale uno con posibilidades estar como yo sé que puedo estar. A partir de ahí no conviene esperar otra cosa ni hacerse castillos en el aire, el año está siendo muy complicado y un triunfo es esencial para mi temporada. Pero no puedes salir al ruedo con esa presión porque en ese caso eres hombre muerto», explica.
La corrida de Baltasar Ibán ha sido aprobada al completo. Esta ganadería ha dado grandes tardes en plazas riojanas como Arnedo y Alfaro o en Logroño mismo, donde hace unas temporadas lidió un astado bravísimo. Y es que el toro de Ibán puede comportarse con fiereza y emoción desbordantes, como ocurrió en la ya histórica faena de César Rincón a ‘Bastonito’ en 1994, y también con nobleza y entrega de embestidas humilladas, como sucedió el año pasado con el catalán Serafín Marín. El toro de Baltasar Ibán procede de un cruce de sangres, Contreras y Juan Pedro Domecq, que a la postre se ha consolidado como una línea con personalidad propia, que ha sido base de otras ganaderías y que goza de prestigio reconocido en numerosas plazas de primera categoría por su bravura y calidad en la muleta. / Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja.