El cantaor de Murcia, que regresa 14 años después de su debut, cierra los conciertos del Salón de Columnas
Curro Piñana pone esta noche (22 horas) el punto final a los conciertos del Salón de Columnas de esta edición de los Jueves Flamencos. Este cantaor de Murcia es uno de los artistas más personales y genuinos del flamenco, un infatigable estudioso dotado, además, de una sensibilidad sorprendente a la hora de interpretar los cantes con una cadencia espiritual que marca de una forma esencial los acentos de su acusadísima personalidad. Estuvo en Logroño, con su hermano Carlos a la guitarra, en 1999, en una de las primeras ediciones de un ciclo al que vino con una obra esencial en su carrera, 'De lo humano a lo divino', un arriesgadísimo trabajo en el que Curro Piñana indagó en la obra del místico hispano musulmán Ibn Arabi, probablemente la figura más influyente en la historia del misticismo islámico.
Y si en aquella ocasión vino con una obra extraordinaria, algo parecido se puede decir de ésta, ya que acaba de publicar un maravilloso doble CD, 'Antología del Cante Minero', en el que ha recogido 28 cantes de este caudal del flamenco en el que se agrupan una serie de estilos que reúnen unas características comunes en cuanto a origen, contenido, musicalidad y expresión. En esta familia están la taranta, la cartagenera, la minera y, como sostienen estudiosos como José Blas Vega, otros cantes como las granaínas, las medias granaínas, la malagueña, la javera o los verdiales. Como cuenta la periodista Ángeles Castellano, el disco es un tratado sobre el cante minero, traído a la forma de cantar actual, un trabajo para coleccionistas, con un formato cuidadísimo, publicado por Maison des Cultures du Monde y Karonte Records, una de las pocas discográficas que sigue apostando por el flamenco.
Blas Vega explica que «la cultura cantaora de Curro Piñana es enorme. En esta ocasión, nos ofrece un gran muestrario antológico, no solo de los cante básicos y variantes locales y personales de mayor interés, sino sacando a la luz estilos hoy en desuso, como son algunos cantes de gran arraigo folklórico que pertenecen a la cultura más tradicional del campo de Cartagena».
Curro Piñana es nieto de uno de los pilares fundamentales de los cantes mineros: Antonio Piñana, primer ganador de la Lámpara Minera del Festival de las Minas de La Unión en 1961: «Cuando murió mi abuelo yo tenía 14 años, y ya le había dado tiempo a enseñarme prácticamente todo el repertorio que se puede escuchar en este disco. Yo quería recuperar ahora todo aquello que mi abuelo me enseñó, y por lo que él tanto luchó». / Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja