domingo, 17 de febrero de 2013

DULCE HERMOSURA

Montse Cortés es una gitana bellísima de Sant Adrià del Besos, una gitana guapa y cabal que el jueves dejó en el Salón de Columnas un manantial de dulzura en un concierto en el que paladeó el cante con una profundidad y una belleza no exenta de momentos de arrebato en su quejío roto pero nunca desmembrado, en su grito sutil, en esa forma de cantar que tiene al decir las cosas sin coraje, con dolor hondo, pero sin llegar jamás a estrambote del grito exagerado o sobreactuado. El concierto de Montse fue ganando en intensidad y es sorprendente que a veces, por soleá, se descuadrara en el compás después de haber cantado tantos años para bailaores de la talla de Antonio Canales o Joaquín Cortés, dos verdaderos maestros del ritmo, dos singulares estiletes de la danza contemporánea. A lo mejor me pasó a mí, que no cogí el aire a una soleá que, conviene decirlo, tuvo momentos de indudable profundidad. Montse, que vino junto a Juan Ramón Caro -un catalán que toca tela (y no es broma)- comenzó su actuación con aires morentianos con una vidalita que fue un auténtico primor. Se me pasó en un suspiro: qué forma la suya de vibrar con el melisma morentiano. Yo que iba seguro de sentir ese punto de Camarón que siempre la ha acompañado, y de pronto comenzó a irse por esas estribaciones de Enrique, al que tanto hemos querido y al que echamos de menos cada día más. La cantaora catalana se fue por tierras del Levante, ensayó un unos preciosos tientos y en el ecuador de la actuación dejó en solitario a Juan Ramón Caro, que nos deleitó con una preciosa guajira llamada ‘Azucarito’ (el tema que abre su disco Rosa de los Vientos, una obra muy recomendable) y en la que dejó constancia de su capacidad creativa y su innata facilidad para el trémolo. La actuación siguió por tonás engarzadas con siguiriyas, en las que se dejó el alma Montse y en la que conectó con más furor con los aficionados que tanto valoran el poderío y la fuerza. Sin embargo, a mí me gusta Montse más cuando baja el tono y rebusca el cante más allá de su garganta, cuando se araña por dentro, cuando apura el vaso de agua hasta el final. Un buen concierto de una gran cantaora que no defraudó y otra noche en el que el nivel del toque flamenco se antoja insuperable. ¡Qué placer escuchar en Logroño una guitarra como la de Caro!

o XVII JUEVES FLAMENCOS Cante: Montse Cortés Toque: Juan Ramón Caro Salón de Columnas de Teatro Bretón (lleno). Jueves, 15 de febrero de 2013 / Esta crítica la he publicado en Diario La Rioja.

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