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viernes, 16 de marzo de 2012
MI INDIGNACIÓN CON LOS SINDICATOS
Nunca he tenido demasiada confianza en los sindicatos; de hecho jamás olvidaré cómo el presidente del Comité de Empresa de un periódico pamplonés en el que trabajaba hace veinte años nos aleccionó a todos los meritorios para que nos sumáramos a una huelga general contra los llamados ‘contratos basura’ propuestos en aquel entonces por Felipe González. Días después me enteré de que dicho personaje fue uno de los pocos redactores que intentó sin éxito que hubiera periódico al día siguiente. El tipo fue a trabajar y con el tiempo fueron convenientemente laminados muchos de los que se sumaron a la protesta. A partir de ese momento mi percepción por los sindicatos cambió radicalmente y ahora, pasados los años, sigo pensando algo parecido tras aquella terrible decepción. UGT y CCOO han convocado una nueva huelga general para el próximo 29 de marzo en un momento de crisis económica brutal y cuando millones de trabajadores (autónomos y asalariados) se encuentran en el paro o en el límite de su supervivencia. Nunca una convocatoria ha sido más inoportuna y más política. Tras la estrategia de los sindicatos sólo existe una política de oposición –en una calle que les ha dado la espalda– al resultado de unas elecciones generales que han dado legitimidad a este Gobierno para sacar a España del desastre de ocho años de socialismo. Méndez y Toxo fueron los verdaderos ministros de Economía y Empleo de Zapatero, los adalides últimos de su derrota y los responsables de buena parte de sus nefastas políticas sociales. Ahora pretenden redimir sus conciencias apelando a la reforma laboral. Su propuesta es sencilla: más subvenciones para ellos y más paro para los demás. / Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja en una serie que aparece los jueves y que se titula Mira por dónde