Esperanza Fernández es una de las principales voces del cante flamenco actual, una referencia en la modernidad de lo jondo pero a la vez una verdadera preservadora de los ecos más tradicionales: «Yo no doy gato por liebre y eso lo sabe todo el mundo», asegura una artista que sabe a la perfección la importancia que tiene la emoción y el sentimiento en el mundo flamenco y que regresa Logroño a la sala grande del Teatro Bretón acompañada por Miguel Ángel Cortés, un tocaor sutil y personal como pocos. La versatilidad artística de Esperanza Fernández le ha llevado a realizar conciertos en formaciones tan dispares como dúos, tríos, cuartetos, bandas de jazz, big band y orquestas tanto de cámara xomo sinfónicas. De hecho, una de sus primeras actuaciones en Logroño fue en un cierre del festival Actual, donde vino de gira con el grupo más experimental del guitarrista jerezano Gerardo Núñez. Además, su proyección internacional le ha llevado a realizar giras por todo el mundo y rozar su estilo con el de músicos de diferentes procedencias culturales y artísticas: «He tenido la suerte de colaborar con muchas historias musicales y eso me ha engrandecido como cantaora y como persona. Yo siempre digo que ésta es una carrera muy larga, quizás la más larga, porque nunca terminamos de aprender, de saber nuevas cosas y de crecer». Y como muchas flamencas, Esperanza siente devoción por la Niña de los Peines: «Fue extraordinaria y, además, una auténtica adelantada a su tiempo, su legado musical sigue de plena vigencia». Miguel Ángel Cortés, que acompañará esta noche a Esperanza, es un tocaor perfectamente conocido por la afición logroñesa. Es uno de los guitarristas más distinguidos del flamenco como prueba los nombres de los cantaores a los que ha acompañado: Enrique Morente, Carmen Linares y ahora a Arcángel y Esperanza Fernández. Su primer recital lo ofreció em el Sacromonte con apenas ocho años. / Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja