jueves, 16 de febrero de 2012

¿ES GARZÓN UN DEMÓCRATA?

Hace unos días un periodista me preguntó si pensaba que Garzón era un demócrata o no. Lo cierto es que nunca me había planteado semejante dilema a pesar de que llevo siguiendo al juez (ya exjuez) en cuestión desde que tuve la primera noticia suya en las primitivas investigaciones sobre la guerra sucia del Gobierno de Felipe González contra ETA. Admito que admiraba a un juez que se enfrentó casi en solitario al terrorismo de Estado cuando lo más cómodo era mirar a otro lado. Sin embargo, mi percepción sobre él dio un giro corpernicano cuando decidió ir como segundo en la lista del señor ‘X’, y más todavía, cuando tras no ser nombrado ministro, abandonó el escaño y empezó a sacar del cajón todos los expedientes que llevaron a Barrionuevo a la cárcel y a Felipe González a declarar en el Supremo. Me pareció que no era de fiar un tipo que pasaba del judicial al legislativo y del ejecutivo al judicial en tan poco tiempo y que utilizaba los sumarios al compás que marcaban sus intereses. El Supremo lo ha condenado no por investigar la asquerosa trama Gürtel, lo ha hecho por utilizar métodos totalitarios interceptando algo tan sagrado como es la comunicación entre un acusado y su abogado. Es una cuestión de principios, no de oportunismo político. Probablemente, los que han criticado esta sentencia argumentando que condenan al único juez que investiga la corrupción no han reparado que gran parte de la acusación esté contaminada por la forma en la que Garzón indagó para obtener pruebas. En un país democrático las formas son esenciales y Garzón ha pisoteado con sus hechos los paradigmas jurídicos de un Estado de Derecho. ¿Es un demócrata Garzón? No estoy muy seguro.

o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja en una serie que aparece los jueves y se titula Mira por dónde.