Foto: Rafa Alcalde |
José Mercé recuerda con absoluta nitidez el primer concierto de los Jueves Flamencos del Salón de Columnas de hace 16 años: «Me llamó Antonio Benamargo y me dijo que tenía que venir a Logroño. Fue fantástico, me acuerdo de la sala tan bonita, del calor del público y de lo bien que comí y bebí. La Rioja siempre me ha encantado porque hay una gran afición al cante y se sabe vivir muy bien».
-¿Ha cambiado mucho aquel José Mercé de hace 16 años y el del concierto de esta noche en la sala grande del Teatro?
- La persona es más vieja, sin duda, con el pelo más blanco. Pero el artista sigue teniendo la misma fuerza interior, las mismas ganas de cantar, que es donde reside la clave de todo este lío. Aquel José Mercé de hace tanto tiempo era mucho más desconocido para el gran público que el de ahora, pero en esencia sigue siendo el mismo cantaor con muchos más discos y conciertos a sus espaldas. Pero mire, le tengo que decir una cosa, diez o quince minutos antes de subir al escenario me va a dar la misma taquicardia que me dio la primera vez que actué en Logroño.
-¿Cómo es posible que esos nervios interiores no dejen de rebelarse?
- Porque somos artistas y el contacto con el público no sigue suponiendo una emoción especial e indescriptible. Es duro reconocerlo, pero esa inquietud, esos nervios, nos hacen sentirnos muy vivos.
- ¿De dónde se saca entonces la fuerza para superar esos miedos?
- A mí me la da el público, su entrega, su devoción, su cariño al flamenco, al cante. Me dicen que el teatro se ha vendido por completo desde hace varias semanas y eso me provoca un subidón enorme por la responsabilidad que entraña estar a la altura de las expectativas que se crea entre los espectadores.
- ¿Sigue echando de menos a Moraíto a su lado?
- Como nadie se puede imaginar y como si me faltara la misma vida al no tenerlo a mi vera. He vivido siempre con él: una vida entera de amistad y compañerismo y otra media subidos juntos a un escenario. Como persona era algo realmente excepcional, y como artista le aseguro que desde mi óptica como cantaor no ha habido un guitarrista como él para acompañar el cante. Una cosa es tocar y otra cosa es hacerlo para cantar, y ahí Moraíto era único y excepcional. Le gustaba tanto el cante que era un privilegio hacerlo con su sonido al lado. Lo echo mucho de menos porque el flamenco ha perdido uno de sus maestros más importantes y yo un gran amigo, un hermano.
- ¿Qué tiene que decir el flamenco en estos tiempos de crisis?
- Los flamencos somos los artistas que más sabemos de la crisis. A nosotros no nos ha regalado nadie absolutamente nada. Es más, hemos tenido que esforzarnos el triple para conseguir lo mismo que otras muchas músicas. El cante es una expresión artística de raíz, en ocasiones maltratada y muy poco valorada por los grandes sistemas de la industria musical. Sin embargo, las sensibilidades de los públicos han sido muy receptivas porque nuestro mensaje viene desnudo de abalorios, cantamos lo que nos surge del alma, sin mediaciones, sin cortapisas, cantamos desde lo más dentro del cuerpo.
-¿Por qué cree que el flamenco tiene tantos adeptos lejos de España y de Andalucía?
- Esto es algo realmente extraordinario, es lo más grande que nos puede suceder como amantes de este arte inmemorial. Yo he visto a gente emocionarse y romper a llorar escuchando cantar por siguiriyas en ciudades como Nueva York. No sé, es algo increíble.
- El disco 'Del Amanecer' fue un giro enorme en su carrera...
- Es cierto, tuve la grandísima suerte de encontrarme con un genio como Vicente Amigo con el que conecté de inmediato. Llevaba varios años sin grabar un disco y aquello supuso algo grandioso en mi carrera. La gente me sigue pidiendo en los conciertos que cante temas de aquel disco. Y eso es hermosísimo.
- ¿Le piden que cante el himno flamenco del Real Madrid?
- Ja, ja, ja..... Grabarlo ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Soy del Madrid a muerte, abonado y socio y voy a todos los partidos que puedo y es muy emocionante que a la gente le guste tanto.
- ¿Cómo surgió hacerlo?
- Me lo pidió el propio Florentino Pérez para una película llamada 'Real'. Me persuadió y creo que quedó precioso.
- ¿Por qué ha conectado con la gente joven?
- Hablo su mismo idioma, pero no me salgo del flamenco. Cuando hago una versión de un tema no es que lo cante por cantar, lo hago mío con toda naturalidad, sin querer molestar a nadie pero sin prejuicios. En muchas ocasiones al flamenco le han podido los prejuicios porque nadie le hacía caso. Ahora se está demostrando todo lo contrario. Ustedes lo tienen muy cerca con el ejemplo de Logroño, de comenzar un ciclo que ahora tiene 16 años con grandes artistas y una gran respuesta del público.
o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja; con una foto de Rafa Alcalde.