Tondeluna, el nuevo restaurante de Francis Paniego, está marcando un estilo en un concepto revolucionario del negocio gastronómico que va mucho más allá del clásico modelo del restaurante tradicional. Cocina de autor, gestión de los recursos y sostenibilidad de los espacios y los elementos que integran este nuevo concepto están marcando una senda nueva en el mundo de la cocina. El impacto de Tondeluna ha sido tan elevado que Madrid Fusión, la cumbre más mediática de la gastronomía global, ha reservado uno de sus espacios en la sala estrella del evento para que Francis Paniego, acompañado por los arquitectos con los que ha llevado adelante su proyecto, exponga la filosofía gastronómica, sensorial y arquitectónica de su restaurante logroñés. Francis Paniego tiene reservado el Auditorio de Madrid Fusión el próximo jueves 26 de enero a las 9,30 horas y junto a él participarán María José de Blas y Rubén Picado (estudio Picado de Blas), los dos arquitectos responsables del proyecto. Francis Paniego, además, ha utilizado sus perfiles en Facebook y Twitter para promocionar un proyecto en el que se ofrece la sensación de penetrar en un bosque gastronómico basado en seis mesas comunales y un especial cuidado de desarrollo del interiorismo seleccionado. Comida exquisita y desenfadada, tapas, raciones y medias raciones. He aquí varias de las claves del proyecto. Forrado de tableros laminados de chopo terminados en haya para favorecer el aislamiento térmico y la acústica y arropado por listones policromados obra de laempresa Garnica-Plywood, Tondeluna «aúna limpieza nórdica y chispa sureña. Y, a la vez, habla de la hoy tan en alza nueva verdad del lugar: nada que ver con la nostalgia pero sí con la consideración de la tradición y con trabajar el kilómetro cero de los productos y recursos cercanos para levantar los más altos vuelos», tal y como define el proyecto la periodista e historiadora Anatxu Zabalbeascoa, colaboradora de El País y de medios especializados como The New Spanish Architecture, Las casas del siglo, Minimalismos y Vidas construidas. «De la misma manera que los materiales del restaurante no ocultan cómo ni de qué están hechos, la cocina está a la vista. Aboga por lo informal sin perder las formas, trata de hacer de la gastronomía un acto social en el que el compartir gane espacio al esnobismo», prosigue Zabalneascoa. Ahora, con Madrid Fusión a la vuelta de la esquina, este espacio del centro de Logroño marcará un nuevo hito en nuestra gastronomía. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.
