TONDELUNÁTICOS

Francis Paniego y su mujer Luisa Barrachina cuentan cómo pusieron en marcha un sueño llamado Tondeluna

El azar les unió de niños en una piñata. El uno no fue consciente de la existencia de la otra, ni al revés, a pesar de que luego dos instantáneas fotográficas trasladaron el hecho del nivel de la inconsciencia a la realidad. La espiral del tiempo, tan caprichosa a veces, hizo que ambos recuperaran sendas fotografías para demostrarse que el mismo destino que les había unido años después, había coqueteado con ellos cuando apenas eran unos niños. Son Luisa Barrachina y Francis Paniego, matrimonio, amigos, cómplices gastronómicos y forjadores de una idea sorprendente: ‘Tondeluna’, un restaurante con alma de aventura que fue inaugurado el pasado mes de junio. Porque mucho más allá de un negocio cualquiera, ‘Tondeluna’ representa el compromiso de esta pareja por un anhelo, un sueño «largamente meditado» que ha traído a Logroño –al corazón de la ciudad– un restaurante distinto, moderno, sostenible y emocionante, que por cierto, tendrá un espacio propio en una de las conferencias grandes de la próxima edición de Madrid Fusión.

Luisa es de Bilbao y Francis, claro, de Ezcaray, y aunque pueda parecer sorprendente, a pesar de haber estado muchos veranos juntos, tuvo que ser la noche logroñesa la que les terminó por unir. «Fue un noviazgo relámpago», dicen al unísono. Seis meses después se habían casado, alquilado un piso para vivir y comenzar a viajar para que Francis culminara su preparación gastronómica en diversas cocinas: «Recuerdo con mucho cariño mi aprendizaje en Saint-Jean-Pied-de-Port, en el restaurante de Fermín Arrambide, en ‘Les Pirines’, un cocinero extraordinario con el que aprendí muchísimas cosas». A la vuelta a Ezcaray, Francis retomó el trabajo en Echaurren y comenzó su crecimiento imparable en los fogones. «Él es una persona muy inquieta, siempre tiene cosas en la cabeza, ideas, proyectos. No para», dice Luisa. Francis dio forma al Portal: «En mi casa entendieron mis inquietudes, las ideas no paraban de fluir». Luisa, mientras tanto, trabajó en Comilón, el bistró de la familia, e incluso como monitora de esquí: «Es un trabajo que quema mucho».

Llegaron los tres hijos de la pareja y también la primera estrella. «Han sido años de mucho trabajo, de multiplicarnos los dos por cinco o por seis. A veces tenemos la sensación de que no se puede llegar a todo». El cocinero siguió evolucionando el Hotel Echaurren, reformas, Salón de la Chimenea (quizás el embrión de la idea de ‘Tondeluna’) y un largo etcétera de historias, sin olvidar el restaurante del Marqués de Riscal, recientemente reconocido con otra estrella Michelin. ‘Tondeluna’ es un proyecto de ambos: «Yo llevo la gastronomía, el diseño de las cartas; ella la cuentas, la organización, el personal..., casi todo», explica el cocinero que asegura que fue Luisa la que dio el paso definitivo para poner en marcha el proyecto: «Aquí hay mucho riesgo, la idea en sí misma puede resultar desconcertante para mucha gente, las seis mesas corridas, el diseño. Hay imaginación, de acuerdo, pero la realidad es que hay que pagar cada mes el alquiler, las nóminas, las pagas extraordinarias…. Y para eso tiene que funcionar y estar a la altura de las perspectivas que se han creado». Francis mira a Luisa y subraya su decidido afán por poner en marcha ‘Tondeluna’: «Ahora o nunca, me dijo». Y en este ahora llevan seis meses de camino: «Estamos empezando, somos tondelunáticos».


LUISA BARRACHINA
o >> Sobre Francis. «Es una persona muy inquieta, siempre tiene cosas en la cabeza, ideas, proyectos. No para. Es muy vital y a la vez, muy cercano y sencillo». 
o >> Sobre ‘Tondeluna’. «Nos ha cambiado la vida, teníamos muchas ganas de sacar adelante un proyecto gastronómico y vital en común. Creo que no deja a nadie indiferente y estamos muy contentos»

FRANCIS PANIEGO
o >> Sobre Luisa. «Al final fue ella la que dio el paso definitivo; tiene mucha fuerza y no le importa para nada asumir riesgos: ahora o nunca, me dijo, al tomar la decisión». 
o >> Sobre ‘Tondeluna’.  «Estamos muy contentos por el proyecto. Está, además, en fase de crecimiento. Le damos vuelta a las ideas cada día, tratando de mejorarlo. Pienso mucho en la futura terraza». (Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja)