Luis Arnedo habla con sosiego de sus vinos con raíces de Aldeanueva de
Ebro de Bodegas Lacus. Vinos con carácter de una tierra a la que bajo ningún concepto
estaba dispuesto a traicionar: «Mimaba cada una de las cepas y lograba
unas uvas realmente espléndidas. Las vendíamos a una bodega y allí
mezclaban lo bueno con lo malo y lo regular. Todo el trabajo, todo el
orgullo, todos los desvelos se quedaban en nada, se desvanecían. Me daba
mucha pena; es verdad que ganaba dinero, pero tenía dentro de mí una
sensación de impotencia y de vacío que no me permitía vivir feliz con lo
que hacía», recuerda. Por eso, y porque en su corazón también late un desmedido afán por la
aventura, Luis se lanzó a un desafío sorprendente: crear su propio
proyecto vitivinícola a pesar de los negros nubarrones de la crisis que
ya comenzaban a sacudir conciencias y estadísticas: «Era mi sueño, hacer
mi propio vino, reflejar en él lo que el campo, la tierra y el clima me
iban a ofrecer en cada momento, con el máximo respeto, pero con un
arsenal de inquietudes porque ni sabía todo de todo entonces, ni lo sé
tampoco ahora», sostiene.
Y como Luis Arnedo es también un poco poeta del vino, enseguida comenzó a
darle vueltas al proyecto, al tipo de vino que quería lograr y
comercializar, y al nombre de la bodega y el de sus caldos: «Lacus es un
estanque pequeño excavado en roca viva en el que se pisa la uva para
extraer el mosto. Lo encontré en unos textos medievales del Monasterio
de Valvanera». Ya tenía el nombre, comenzaba con la bodega pero contaba con lo mejor,
con el hecho diferencial de su apuesta: los viñedos, todos ellos
enclavados en la zona de Aldeanueva de Ebro, en el corazón de La Rioja
Baja: «La mía es una bodega pequeña, con baja producción, por lo tanto
no cabe esperar grande cantidades. Dispongo de unas veinte hectáreas
divididas en siete de tempranillo, otras siete de graciano y,
finalmente, seis de garnacha». Dice Luis, con el que colabora el enólogo francés afincado en La Rioja
Olivier Rivière, que el graciano es su variedad talismán: «Tiene un
ciclo largo, aporta a los vinos una enorme regularidad y madura
bastante bien. Esta variedad posee una importante estructura tánica, le
otorga al vino seriedad. Por su parte, la garnacha, que también me
encanta, ofrece desde mi punto de vista mayor complejidad, es como más
salvaje, con aromas a tomillo, a sotobosque...».
La elaboración siempre la realiza de forma independiente por variedades
en pequeños depósitos, unos de acero inoxidable y otros dos (H-1 y H-2)
de hormigón, donde elaboran su vino Inédito H12, que cuenta con 70% de
graciano y el resto (15% cada uno) con tempranillo y garnacha. Luis hace
un blanco riquísimo monovarietal de garnacha extraído de cepas de más
de cuarenta años de edad. La gama de Lacus se completa con el Inédito
3/3 y con el Inédito S, que juegan con las mismas variedades pero que se
diferencian en su elaboración.
INEDITO´S´ 2008
Bodegas Lacus
Zona: Rioja Baja, Aldeanueva de Ebro. Uva: 50% Graciano, 40% Tempranillo y 10% Garnacha.Vendimia: Selección de parcelas y vendimia manual seleccionada a finales de septiembre.Tipo de vino:
Elaboración independiente por variedades a temperatura controlada.Con
uva despalillada y racimos enteros, según variedades. Maceración pre
fermentativa a 14ºC máximo durante 7 – 10 días. Fermentación sin aporte
de levaduras en depósitos de inoxidable y tanques de hormigón abiertos
(’Pisage’ manual) según variedades. Maloláctica y crianza de 13 meses en
barrica de roble francés y diez meses en botella
o Este artículo lo publique el año pasado en Diario La Rioja. La foto es de Miguel Herreros