Foto: Larga Cambiada |
Diego Urdiales está a punto de cerrar el contrato de apoderamiento para la próxima temporada con el matador de toros retirado Santiago López, uno de los apoderados de mayor prestigio de España. El torero riojano no ha confirmado ningún extremo de esta operación, pero todo parece indicar que en los próximos días se hará público el nombre de su nuevo apoderado. Diego Urdiales al finalizar esta temporada hizo oficial a través de un comunicado de prensa su ruptura con el anterior mentor, Luis Miguel Villalpando. Desde ese momento ha ido escuchando diferentes ofertas de cara a un año que puede ser decisivo en su carrera. En un momento dado se dio por cerrada en los ambientes taurinos su contratación por la Casa Chopera, empresa que finalmente sólo reforzará su plantilla de toreros con un novillero mexicano y el recién alternativado Jiménez Fortes. Santiago López es uno de los apoderados más respetados del planeta taurino y en sus manos ha logrado poner en máximas figuras a toreros tan importantes como José Tomás, con el que logró los primeros triunfos en plazas como Madrid y Sevilla. Santiago López ha dirigido a diestros como José Antonio Campuzano, Miguel Abellán, David Fadila 'El Fandi', Rubén Pinar y rejoneadores como Luis y Antonio Domecq o Andy Cartagena, con el que continúa su relación profesional. Nacido en Granada, reside en Valencia, plaza de toros de la que forma parte de su empresariado, y está profundamente convencido de la capacidad que tiene Diego Urdiales para llegar a los puestos más altos del escalafón. En su carrera han sido varios lo matadores que han llegado a lo más alto del toreo yendo de su mano.
o Apasionado y un apoderado de los pies a la cabeza. Santiago López en uno de los taurinos más respetados de España. «Me llamó Antonio Ordóñez, con quien me unía una gran amistad, y me dijo que apoderara a José Antonio Campuzano, a partir de ahí comencé a coger toreros y hasta hoy», explicaba López en un artículo sus inicios en el mundo del apoderamiento. Sobre su forma de trabajar, asegura que «un torero nunca puede estar tranquilo por que lo apodere una casa grande. Al revés tiene que estar viviendo en torero las veinticuatro horas y pensando continuamente en su profesión para lograr los triunfos». /Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja.