Foto: Miguel Herreros |
o Diego Urdiales se define como un buen comedor: «Soy una persona bastante equilibrada y racional en casi todo lo que hago y en la comida también. No estoy obsesionado con las dietas por la cuestión de no engordar, pero la realidad es que me sirven ahora perfectamente los vestidos que llevaba hace diez años. El secreto es una buena preparación física y una dieta equilibrada: como de todo y de forma muy variada: las verduras me encantan, igual que las legumbres. Además, con la niña, nos hemos propuesto en casa que coma de todo». Sobre sus costumbres a la hora de comer, el matador confiesa que «procuro comer en casa la mayor parte de los días. Marta, mi mujer, es una gran cocinera que disfruta en los fogones. La verdad es que es una suerte porque a ella le gusta cocinar y además se preocupa por buscar productos de calidad». ¿Carne o pescado? El coletudo no tiene problemas: «Me gusta mucho ambas cosas, nunca he sido reacio al pescado; todo lo contrario. Eso sí, tengo que confesar que una de mis debilidades es el pollo de corral asado en horno de leña. Me encanta». Urdiales asegura que come prácticamente lo mismo ahora que en temporada: «Los días de corrida son muy raros. Tomo plátanos porque tonifican los músculos, y muchas veces, muy poquito más, algo de pasta, quizás».
o Los pimientos, una religión: Cuando entra Diego Urdiales al restaurante Sopitas nadie tiene ninguna duda de cuál va a ser uno de los platos que va a degustar, los pimientos del piquillo caramelizados. Y el torero se sabe la receta: «El secreto reside en que se asan en horno de leña, se gratinan y se pone sal en escamas. ¡Increíbles!»
o Esta entrevista la he publicado en el suplemento de gastronomía de Diario La Rioja y la foto es de Miguel Herreros.