Hace tiempo que tengo la sensación de que el centro taurino de La Rioja está basculando de Logroño hacia Arnedo de una manera sostenida e imparable. Esta feria de Zapato de Oro me está dejando sin palabras por la extraordinaria seriedad de todo cuanto acontece en el ruedo, desde la presentación de los astados (impecable, oiga) a la selección de las cinco ganaderías del certamen. Las tres que llevamos han sido espectaculares, con sus problemas, con sus matices, pero con novillos de verdad, mansos o bravos, pero de verdad, sin exageraciones de tipos ni formas, pero con tanto contenido que en tres días ya hay dos candidatos con mucha fuerza para lograr el codiciado trofeo. Pero más allá de los triunfos y de la pericia de los novilleros, lo cierto es que en Arnedo las cosas se están haciendo de lujo en lo que significa la promoción real y auténtica de la fiesta: precios más que razonables, un abono que no para de crecer, un escenario que cautiva, y una excelente promoción de los espectáculos que hace que en Arnedo un niño en los toros no sea una novedad, una rareza o un gasto excesivo para sus familias tal y como pasa en Logroño y en tantas plazas donde sólo piensa en el día a día sin mirar a los ojos al futuro. Arnedo, con gestión pública, le está dando mil vueltas a Logroño precisamente en agilidad, en compromiso, en equilibrio y en originalidad. Esta feria es un ejemplo en cuanto a la diversificación de los encastes seleccionados, al orden que impera en la organización y en el atractivo de la propia colocación de las novilladas, dejando para el fin de semana tres novilladas con mucho gancho para los aficionados al toro de las localidades vecinas.
Y en el horizonte está marzo, donde hay programadas dos corridas del máximo atractivo, con Morante de la Puebla ya contratado y dos divisas de postín: Victorino y Victoriano, sin olvidar la pléyade de figuras de este año o el bombazo que supuso para La Rioja la presencia de José Tomás para inaugurar el coso.
Ayer la novillada de Pedraza de Yeltes fue un prodigio de seriedad con un buen número de novillos aptos para hacer el toreo y disfrutar de verdad en los tendidos. Obviamente me encantó 'Huracán', premiado con la vuelta al ruedo, pero también me gustó mucho el tercero y si se me apura el primero y el sexto. Al que abrió la corrida le faltó que ahondara Sergio Flores en su equilibrio porque era un novillo mal andado pero con un fondo de bravo que hubiera aflorado mejor si el torero hubiera estado más dúctil con las telas. En el segundo de su lote se empeñó en las rayas a pesar de que el astado le pedía los medios para despojarse de su mansedumbre: hubo una tanda con la derecha realmente buena, aunque en ocasiones el mexicano optó por el camino más fácil . López Simón no defraudó y tuvo un buen lote. Me gustó más la segunda faena porque se pasa a los toros muy cerca, aunque se empeña en desmayarse de una forma demasiado artificial a las primeras de cambio.
o Este artículo lo he publicado en
Diario La Rioja.
