Una corrida concurso es un festejo especial por muchas circunstancias, tanto por el desarrollo de la lidia como por la importancia que adquiere el tercio de varas en el desarrollo de la propia corrida, ya que es ante el caballo donde básicamente se dirime el toro ganador de este certamen. Abrirá la corrida la divisa de mayor antigüedad, en este caso la de Juan Pedro Domecq. En segundo lugar aparecerá un astado de La Quinta, un hierro de puro origen Buendía que ya lidió una novillada en La Ribera hace unas temporadas y que es, de lo de Santa Coloma, de lo más dulce que se cría en el campo bravo. El año pasado un novillo de este hierro se llevó el premio al astado más bravo del Zapato de Oro de Arnedo, plaza en la que lidia con mucha asiduidad. El tercer competidor será un pupilo de Juan Luis Fraile, también santacolomeño pero por la línea Graciliano, una rareza inhabitual en los encastes que desgraciadamente está fuera de casi la totalidad de las ferias. Después aparecerán un cornúpeta portugués de Ortigao Costa (puro Torreón; es decir, Juan Pedro Domecq, que tiene la particularidad de haber estado de sobrero en las Corridas Generales de Bilbao el año pasado), otro de Alcurrucén, de los Hermanos Lozano (en representación del encaste Núñez) y para rematar la tarde un astado de Fuente Ymbro, de procedencia Jandilla, una ganadería que se ha llevado los premios de San Fermín y que también ha ganado el concurso de Zaragoza.
El funcionamiento.
Las corridas concurso se celebran con un reglamento especial en el que se marca en el ruedo la zona donde deberá moverse el picador para citar y ejecutar la suerte de varas, diametralmente opuesta a las salidas de toriles y delimitada por la circunferencia mas próxima a las tablas y dos líneas radiales. El picador de turno, una vez colocado en la zona, se sitúa con el caballo junto a las tablas, de las que saldrá para aproximarse a la raya de la circunferencia más próxima a la barrera, sin rebasarla, y realizar la suerte de varas situándose frente al toro cuando el astado haya sido colocado en suerte. En el ruedo sólo permanecerá el picador de turno, para evitar la intervención accidental del otro picador, que estará preparado para salir inmediatamente al ruedo en caso de ser necesaria su participación en la lidia. El toro deberá quedar colocado para realizar la suerte de varas por fuera de la circunferencia de menor diámetro, situada reglamentariamente a tres metros de la anterior, y para las varas sucesivas se le irá colocando de menor a mayor distancia del picador. Además, se podrá perdonar la vida al toro que por su juego y bravura se estime merecedor del indulto, que se concederá con arreglo a lo que dispone el artículo 83.1 del Reglamento de Espectáculos Taurinos, a petición inicial del ganadero y del público. El presidente de la corrida tendrá para ello en cuenta la opinión de un jurado que la empresa ha designado para tal efecto.
Los toreros. Diego Urdiales encabeza la terna y se las verá con el de Juan Pedro Domecq y el de Ortigao Costa; es decir, con el sobrero de Bilbao. El riojano está realizando un segundo tramo de la temporada impresionante con grandes tardes en Bilbao, San Sebastián, Dax, Palencia, Alfaro, Calahorra o Navalcarnero. El segundo es Iván Fandiño (La Quinta y Alcurrucén), uno de los toreros mejores de la temporada, con tres orejas en sendas tardes en Las Ventas. Cerrará la corrida Rubén Pinar (Juan Luis Fraile y Fuente Ymbro), un joven matador que suma todas sus corridas en Logroño por triunfos.