Gran faena de Diego Urdiales en San Sebastián en una corrida de gran fachada de El Vellosino
Diego Urdiales llegó a abandonarse en una faena mecida con la muleta en la administró con maestría el escaso fondo de su oponente
Diego Urdiales se reencontró ayer en la plaza donostiarra de Illumbe con su mejor versión: figura encajada, colocación, temple, ductilidad en los engaños y una estocada cobrada a ley que le sirvió para anotarse la primera oreja de la feria de San Sebastián y a la vez para tomar moral de cara a los siguientes compromisos que le esperan en un agosto que puede ser decisivo para su carrera. Además, y por si faltaba poco, presenta con fuerza su candidatura para sustituir a Leandro el próximo jueves en este coso con toros de Garcigrande y nada más y nada menos que El Juli y José María Manzanares en el cartel. Pero más allá de su porvenir, lo cierto es que el riojano dejó una faena sensacional de ritmo y torería con el gigantón ‘Alcarabano’, el mejor astado de la descomunal corrida de Vellosino, pero a la vez un animal que exigía una administración perfecta de alturas y distancias para no beberse de un trago las contadas embestidas buenas que tenía dentro. Diego, que vio la calidad pero el poco fondo del toro, comenzó su labor por arriba, con suavidad y se lo sacó a los medios para afianzarlo a media altura. Hubo algún derechazo descomunal por su largura, por su lentitud y por su belleza. Se vio, por momentos, ese toreo abandonado que suele prodigar cuando se siente; y ayer se sintió en Donosti con un público que captó al instante la suavidad de su toreó y que acompañó con oles roncos y sentidos el discurrir de la faena. Al natural fue imposible la ligazón, por eso los fue sacando uno a uno, muy cruzado, muy roto el torero. Volvió con la derecha y tras una larga coda por manoletinas, agarró un estoconazo que valía por sí solo la oreja. La fuerte petición le puso el trofeo en la mano y a buen seguro que este triunfo va a tener efectos balsámicos en su moral tras el dolor de las dos tardes tan poco provechosas de Madrid y su frío incio de temporada. El primero del lote del riojano fue un auténtico buey. Uno de esos toros amorfos con los que venía regalandole el caprichoso destino de los sorteos. Muy firme con él aunque la cosa quedó en silencio por su fallo con la espada. Iván Fandiño no tuvo muchas opciones, aunque se adivina en él que se encuentra en un momento extraordinario. El tercero se rajó y huyó de la muleta, y el sexto embestía a pechugazos. Con la espada, inapelable: un cañón. César Jiménez, al igual que Diego Urdiales, iba liado con el capote de paseo de La Rioja. Su primer toro se movió sin maldad y le planteó una faena rectilínea pero apañada y sin demasiadas. Estuvo fatal con la espada en ambos astados y aunque se le vio afanoso, demostró que está lejos de su mejor momento.
o Toros de El Vellosino, grandones, de mucha romana, desiguales y de pobre juego. Mansos, nobles y rajados. El mejor fue el cuarto. Diego Urdiales: silencio y oreja.César Jiménez: silencio (2 avisos) y silencio.Iván Fandiño: saludos en ambos.Plaza de toros de Illumbe (menos de media)
o Urdiales actúa hoy en Dax y se postula para torear el jueves en San Sebastián. Diego Urdiales se mostró muy satisfecho tras acabar la corrida de ayer en la plaza de Illumbe: «Estoy contento porque necesitaba mucho un triunfo así en un momento tan importante de la temporada. Todo está muy difícil y me ha dado una moral interior muy grande». El torero riojano analizó así su tarde: «El primer toro me ha dado pocas opciones; yo me he visto bien pero me he atrancado con la espada. El segundo ha tenido calidad y creo que he podido hacer disfrutar mucho a los aficionados. Lástima que no haya tenido un poco más de fondo porque por momentos he visto la posiblidad de que la faena alcanzar ese vuelo necesario para lograr la segunda oreja. Pero estoy contento porque la gente ha visto ese tipo de toreo que llevo dentro y con el que quiero triunfar».Pero no quedó ahí la buena actuación de Diego Urdiales, ya que el próximo jueves hay un hueco pendiente, el del lesionado Leandro, en la corrida estrella del ciclo: nada más y nada menos que toros de Garcigrande para Julián López ‘El Juli’ y José María Manzanares. El empresario ‘Chopera’ dijo en Twitter que «aguardaremos a los triunfos en la feria». Ayer mantuvo su postura y no dijo nada más. Además, ‘El Víctor’ se desmonteró en banderillas en ese mismo toro y el picado Óscar Bernal se llevó una de las ovaciones de la tarde. Diego Urdiales se quedó a dormir en San Sebastián para salir de viaje a primera hora hacia Dax, donde le espera una corrida de Victorino Martín, la primera de este hierro que va a estoquear en 2011. El cartel lo completan el madrileño Sergio Aguilar y el francés Julien Lescarret. (Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja).