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Manel Fontdevilla |
Manel Fontdevilla es el dibujante de la revista
'El Jueves' que el pasado miércoles perpetró una portada en la que aparecía una caricatura de José Ortega Cano con un volante clavado en el estómago y un toro a su lado diciéndole en román paladino: «¡Qué! A que jode ¿eh?». Más allá del lamentable gusto de Manel Fontdevilla, que también dibuja en Público (¿Cómo no?) y de los responsables de la revista, conviene recordar que dicha publicación pertenece a RBA Editores, es decir, a la misma empresa que edita Lecturas y Semana, revistas que no suelen sacar a Ortega Cano agonizando y a un toro descojonándose a su lado de risa en unos momentos tan aciagos para el torero retirado y su familia. Miren, a mí el Ortega Cano del papel couché me parece algo lamentable, pero más allá de su antigua profesión (en la que fue en unos años un consumado maestro, le pese a quien le pese) y de sus ridículas apariciones en platós y revistas, se trata de la vida un ser humano al que se pone por debajo de la existencia de un toro. Cuando perdemos la perspectiva de estas cosas como las ha perdido buena parte del pensamiento progre oficial se entienden las razones por las que nuestra sociedad se precipita sin miramientos hacia las cavernas de la inteligencia. Una sociedad sin valores está destinada al autoexterminio, a la desaparición, o lo que es peor, al totalitarismo. Manel Fontdevilla estará muy orgulloso de su lamentable caricatura. Le ampara la libertad de expresión, pero se ha pasado mil pueblos aunque le jaleen los llamados, y nunca mejor dicho, animalistas. Estoy seguro de que si Ortega Cano no hubiera sido torero, a Manel Fontdevilla le hubiera dado igual el toro y el accidentado. Pero fue torero, y eso a estos tipos escocidos les duele en el alma.
o Este artículo lo he publicado hoy en
Diario La Rioja en una serie que aparece los
JUEVES y que se titula
Mira por Dónde.