Fue el creador del llamado ‘toro artista’, del ‘tauródromo’ y de un gran número de avances ganaderos El ganadero Juan Pedro Domecq Solís, de 69 años de edad, falleció ayer tras sufrir un accidente de tráfico en el término municipal de Higuera de la Sierra (Huelva), cuando regresaba a su finca sevillana de ‘Lo Alvaro’ tras haber lidiado el domingo una corrida de su segundo hierro en Zaragoza. El criador sevillano estaba considerado como una de las principales figuras de su gremio desde que se hizo cargo a mediados de los años setenta de la divisa heredada de su padre, marcada con el mítico hierro de Veragua y que se convirtió en simiente de la mayoría de las divisas actuales. Juan Pedro Domecq fue un hombre controvertido pero esencial para entender el desarrollo del toro bravo en la actualidad, tanto para lo bueno como para lo malo, ya que en la multiplicación de sus astados hasta el infinito reside buena parte de la uniformidad ganadera que define un gran síntoma del descastamiento de la cabaña brava.
Encastes arcaicos como Coquilla, Galache, Graciliano, Molero y muchos más han pasado casi al olvido por la preponderancia de los «toros artistas», tal y como definió Juan Pedro Domecq a su pupilos. Una de sus aportaciones ganaderas más interesantes fue la informatización de la selección de vacas y sementales, definiendo y sistematizando miles de datos sobre el comportamiento del toro en el ruedo y se genotipo.
Pero fue más allá, ya que puso de moda correr a los toros en las fincas de las ganaderías como si fueran atletas sometiéndolos a intensos entrenamientos. Además, realizó un estudio muy importante en lo referido a la alimentación de la raza de lidia del que se han servido muchos de sus colegas. Sin embargo, todos sus avances en la genética y la preparación de toro para la lidia se le fueron en las últimas temporadas de la mano lidiando corridas desastrosas en Sevilla o Madrid. Optó por endulcorar demasiado la bravura. y su estilo de toro, el preferido por las figuras por su enorme dulzura, le jugó severas pasadas en las últimas temporas debido a su escasez de fuerzas y nula acometividad. En Logroño lidió la última corrida a su nombre el 22 de septiembre de 2003, en un cartel con Ponce, Juli y César Jiménez. El año pasado Diego Urdiales se encontró sin opciones ante sus reses de Parladé en su primera tarde en San Isidro, aunque hace unos días estuvo tentando en su finca portuguesa. Sin embargo, varias de las mejores faenas de Morante en Sevilla y Madrid se hicieron frente astados de la divisa dirigida por el ganadero ayer fallecido. o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja.
