Confieso que me he divertido un mundo con el frugal desencuentro que han protagonizado Ana Pastor y María Dolores de Cospedal en Los Desayunos de Televisión Española. La bellísima presentadora no podía comprender que la secretaria general del PP le cuestionara la independencia del Ente y la emprendió contra la número dos popular preguntándole sobre el modelo de tele pública que propicia el PP. ¿Dónde tenemos que fijarnos? ¿En Telemadrid o en Canal 9?, le inquirió la periodista inteligentemente. Y María Dolores de Cospedal no supo por dónde salir porque como política que es, la tele pública, sea la que sea, es un medio de poder y control informativo de primera magnitud. Eso sí, yo le hubiera preguntado a Ana Pastor, tan estupenda ella defendiendo su dignidad profesional y la de sus compañeros, que explicara, por ejemplo, las razones por las que RTVE subcontrata hasta las paredes a la empresa que dirige su marido, Antonio García Ferreras, director de La Sexta, cadena de cabecera de José Luis Rodríguez Zapatero. Por cierto, Ana Pastor, curiosamente, también es hermana de Mercedes, la directora general de Comunicación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y principal asesora en materia de prensa del presidente Barreda. Y a nadie se le escapa que el principal enemigo político de su hermana es María Dolores de Cospedal, a la que no tuvo empacho en entrevistar con esa dureza granítica que empleó con Esperanza Aguirre o Ahmadinejad, pero que por ensalmo se convirtió en melosa dignidad cuando tuvo enfrente a Rodríguez Zapatero. Mira Ana, lo siento pero no te creo, no te puedo comprar esa independencia feraz de la que hablas porque no la empleas igual con los tuyos que cuando entrevistas a los que no lo son.
o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja en una serie que aparece los jueves y que se titula Mira por dónde.