Pongas la radio a la hora que la pongas aparece retumbando por el transistor la voz aflautada del entrenador del Real Madrid hablando de sí mismo como si acabara de descubrir la penicilina, la solución a la burbuja inmobiliaria o la panacea contra el paro, el cambio climático, los juanetes o el decimoquinto misterio de Fátima. En los telediarios ocurre algo similar: el técnico merengue se sucede a sí mismo tan flemático como si estuviera dictando una conferencia sobre neologismos en lengua turca o la conservación de la fauna autóctona en los humedales de alta montaña. En los periódicos copa portadas, sesudos análisis sobre la conveniencia de sus esquemas tácticos e inverosímiles transcripciones de sus lati-ruedas de prensa. Mou se nos aparece al resto de vulgares mortales emboscado entre infinitos reclamos publicitarios que a buen seguro le ponen un dineral en sus opulentos bolsillos de star-system de este ridículo manantial de personajillos en el que se ha convertido el 'fúrgol'. Los grandes medios de comunicación son responsables, creadores y devoradores -a su vez- de sujetos tan pagados de sí mismos como este portugués de pelo canoso que se pone bragas con el logo de Adidas por delante para solapar un abrigo de Armani del que no tengo capacidad ni fuerzas para adivinar lo que habrá costado. No tengo ni idea si es buen entrenador o malo (ni me importa), sólo sé que no puedo soportar ni un minuto más su altanería, su desprecio hacia los periodistas que le preguntan, su lamentable ejemplo para tantos niños que le ven por la tele con sus ademanes de histrión de opereta, corriendo o saltando compulsivamente en el banquillo. Y aunque no sé de 'fúrgol', fui del Madrid (ahora Mandril de Mou) y me alcanza para saber que, a pesar de este genuino tonto contemporáneo, Cristiano y los suyos no juegan ni un pimiento morrón.
o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja en una serie que aparece los jueves y que se denomina Mira por dónde.
o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja en una serie que aparece los jueves y que se denomina Mira por dónde.