Julián López El Juli conmocionó ayer La México gracias a una tarde memorable de principio a fin en la que logró los máximo trofeos del sobrero de regalo que hizo séptimo. El torero de Madrid tiene hambre, mucha hambre, y sale a cara de perro en cada tarde de corrida. La responsabilidad en el festejo de ayer era máxima, brutal diría, con el númerado agotado y la plaza con casi 40.000 espectadores ansiosos de toreo. Y El Juli no decepcionó y puso su cartel por las nubes. Se imaginan la convulsión que podría generar en el toreo un auténtico choque de trenes entre José Tomás y él. Se imaginan si fuera en Madrid y alguna tele lo diese en abierto en hora de máxima audiencia. Digo yo que cuando mínimo se pararía el país y justo en ese momento a nadie le interesaría perder ni un segundo más en tanta polémica hueca sobre prohibiciones, horarios infantiles y demás zarandajas políticas. La pregunta es obvia. ¿Por qué nadie es capaz de hacerlo? ¿De plantearlo al menos?
lunes, 31 de enero de 2011
EL JULI, MEMORABLE EN LA MÉXICO (y una reflexión)
Julián López El Juli conmocionó ayer La México gracias a una tarde memorable de principio a fin en la que logró los máximo trofeos del sobrero de regalo que hizo séptimo. El torero de Madrid tiene hambre, mucha hambre, y sale a cara de perro en cada tarde de corrida. La responsabilidad en el festejo de ayer era máxima, brutal diría, con el númerado agotado y la plaza con casi 40.000 espectadores ansiosos de toreo. Y El Juli no decepcionó y puso su cartel por las nubes. Se imaginan la convulsión que podría generar en el toreo un auténtico choque de trenes entre José Tomás y él. Se imaginan si fuera en Madrid y alguna tele lo diese en abierto en hora de máxima audiencia. Digo yo que cuando mínimo se pararía el país y justo en ese momento a nadie le interesaría perder ni un segundo más en tanta polémica hueca sobre prohibiciones, horarios infantiles y demás zarandajas políticas. La pregunta es obvia. ¿Por qué nadie es capaz de hacerlo? ¿De plantearlo al menos?