Varios amigos tuiteros de la izquierda riojana me azoran a que le arree la misma caña a Pedro Sanz que la que le suelo atizar a Zapatero. «Eso sería prueba de que no eres del PP», me dicen. Sucede que Twitter exige mensajes cortos y esta situación me da para mucho más. En primer lugar, no tengo que probar o desmentir filiación política alguna porque de todo el mundo es sabido que soy morantista y anarcosocietario de la VI Asamblea. En segundo término, por muy mal que lo esté haciendo Pedro Sanz, querer comparar al franquiciado popular riojano con la monumental incapacidad del gobierno central parece un chiste intolerable. Zapatero no sólo está llevando al país a la ruina sino que está cavando en una fosa infinita a la izquierda española. Con el genio leonés se ha terminado con el estado del bienestar y con gran parte del espíritu de consenso de la Transición. Cataluña está a un paso de la independencia, Euskadi irá detrás y los españoles que vayamos quedando seremos mucho más pobres tras su mandato que tras las dos legislaturas de Aznar. Sé que ponderar a José María tiene mala prensa, sobre todo entre esa izquierda que huye de sí misma despavorida, entre una ministra de Asuntos Exteriores que no sabe dónde tiene la cabeza o una vicepresidenta económica que asiste desde su escaño al desvanecimiento de todo su programa. La electricidad sube, la gasolina se desboca, las empresas se arruinan; todo está parado mientras Zapatero asiste a los funerales de España afligido, solitario, rodeado acaso de los pocos que en su partido saben que su destino está irremediablemente unido al del presidente. ¿Dónde está la izquierda? ¿Dónde los Solana, los Jordi Sevilla? ¿Qué piensa del naufragio Martínez Aldama?
o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja en una serie que aparece los jueves y que se titula Mira por dónde.