ENREDO EN MADRID

Manzanares va con Matilla y lo toma del hombro. Sevilla tiene dos empresarios (quizá los peores del mundo -Valencia y Canorea-) y van por su cuenta denostando a la máxima figura. Choperas hay muchos, los de San Sebastián que reinan en el Norte y los donostiarras -txoperones ellos-, que reinan en Madrid y convierten en tierra quemada cuanto tocan, como Zaragoza. Los txoperones llevan a Talavante, que sonríe sin corbata con un Cid muy serio que está al lado de Don Óscar con corbata. Perera está solo, entre Manzanares y el productor francés Simón Casas, pero solo. El Fandi se ha alejado de Matilla, que es su apoderado y se pone con Manolito, muy campechano él, sin corbata, con el cuello desabotonado y con las manos en los bolsillos. Lozano parece solo, pero no lo está; nunca se ve a un Lozano en soledad. Juli se ha vestido de inglés un día de domingo, con jersey de pico y al lado del viejo Txoperón que también sonríe. Pablo Chopera, con corbata azul, al lado de su primo, contiene la sonrisa con el graciosillo productor de al lado que se lo está pasando Pipa. Matilla apodera a Fandi y a Manzanares. Los txoperones a Talavante, los sevillanos (grandiosos empresarios ambos) siempre han estado cerca de El Cid. Dicen las malas lenguas que las familias donostiarras no se hablan entre ellas (incluso se han visto en algún que otro tribunal), que todos ponen a parir al productor, que se ha lanzado al cuello de la Comunidad de Madrid por la concesión de Las Ventas a los Txoperones. Matilla se las ha visto en Barcelona, El Juli campa como el rey.

Menudo enredo. Pero ellos son el toreo; ellos tienen casi toda la fuerza. Aunque se olvidan del que más conmueve.

¿Por qué no se le ha visto? ¿Qué piensa del asunto?

¿Tenemos alguna posibilidad de sobrevivir?