Admiremos una vez más el palmito de Cayetano y sus trajes de Armani. Torero elegante donde los haya que un día hizo un quite en Madrid y se lo cantaron como si lo hubiera hecho el mismísmo Lagartijo. Cayetano, una figura del toreo -al menos así lo cantan unos y lo colocan otros- invisible de toda invisibilidad. No le recuerdo en estos años una serie mencionable si exceptuamos el día de la reaparición de JT en Barcelona, en un lejano 2007 en el que por no haber, no había ni crisis. A partir de ahí, un quite en Madrid y un sinfín de toros desaprovechados. Lo cuidan como si fuera de algodón; es decir con toretes nimios en la mayoría de las ocasiones y ni por ésas bascula un punto más allá de su invisibilidad.
Eso sí, acabo de leer en Aplausos que "Cayetano Rivera es uno de los protagonistas de la revista de moda Vogue en su edición de septiembre. El menor de los Rivera habla de su vida y del toreo, "empecé a torear porque quería sentir eso tan fuerte que había sentido mi familia", asegura. La entrevista se ilustra con un reportaje fotográfico realizado en Marruecos. Cayetano está muy relacionado con el mundo de la moda, ya que es imagen de la prestigiosa marca de moda Armani y de Loewe Perfumes".