Una tarde dura de pelar ayer en Sevilla, una corrida de toros zancudos del Conde de la Maza que midieron en todo momento a los toreros y en la que a pesar de que Alfonso Oliva Soto dejó escapar por la espada una Puerta del Príncipe cantada y contada desde los tendidos maestrantes, los mejores muletazos de la función corrieron por la mano izquierda de un Diego Urdiales serio, clásico y torero, de un Diego Urdiales batallador y profundo al que le faltó un poco más de ritmo en la faena del cuarto para amarrar una oreja que parecía clara mediada su actuación. Pero no pudo ser y tras matar de una estocada casi entera y caída dio una calurosa vuelta al ruedo con la que se reconoció el empeñó y el afán por torear bien del primer riojano que ha pisado el coso del Baratillo en la feria de Abril, todo un hito que a Diego le ha llegado tras once años de alternativa.
Y eso que las cosas no empezaron nada bien para el torero de Arnedo porque tuvo que abrir plaza con un astado llamado ‘Carboneroso’, que fue un auténtico marrajo, un toraco infame y de media arrancada al que intentó someter desde el principio y con el que tuvo el enorme mérito de no dejarse ganar la pelea a pesar de que el burel calamocheaba con peligro y venía incierto desde el inicio de los muletazos hasta despedir cada suerte. Diego, muy incómodo, no dudó en ningún momento y labró su actuación en una perfecta colocación, siempre en su sitio, y en presentar en cada arrancada la muleta por derecho.
El cuarto fue otro toro altiricón y con hechuras équidas; bien puesto de cuerna y de enorme seriedad desde cualquier lugar que se observara su apabullante anatomía. En el capote no humilló nunca, y Manuel Burgos le recetó dos excelentes puyazos en la misma yema. Víctor García ‘El Víctor’, que había destacado antes en un gran par de banderillas al primero, lo lidió estupendamente con el capote y comenzó a abrir los caminos de sus contadas embestidas.
Diego comenzó en unos terrenos en los que molestaba mucho el viento y antes de estirarse con él en dos buenas tandas por la derecha, se lo llevó materialmente a los terrenos de debajo de la presidencia para comenzar al natural, más al abrigo de un incómodo vientecillo que desarmaba la muleta del matador riojano. Entonces, al rematar un lance por la izquierda, ‘Punterillo’ le lanzó un derrote seco a la cara –nariz y frente– que casi le arranca la cabeza. Fue apenas un segundo, pero el torero, por momentos, parecía estar mareado. Sin embargo, se repuso pronto pero se cortó de raíz el ritmo de una faena que tenía todas las papeletas de ser triunfante.
Urdiales continuó por la derecha y logró segundos después varios naturales dictados al ralentí, de uno en uno, que constituyeron los pasajes más profundos de la tarde. El toro, poco a poco, se fue desfondando y el riojano recurrió a irse al pitón contrario para meter en faena a una plaza que pareció no entender del todo el despliegue de clasicismo de Urdiales ante un morlaco muy complicado que en sus manos pareció mucho mejor de lo que realmente fue. Presentación en Sevilla, vuelta al ruedo y primer escalón de una primavera que resultará emocionante.
La tarde, sin embargo, estuvo a punto de ser de Oliva Soto, un torero sevillano de buen corte, de no mucha profundidad, pero de suma pinturería. En el primero de su lote, que a punto estuvo de herirle tras una escalofríante voltereta en un quite, fue un animal realmente cambiante. Apostó por él y salió triunfador. El quinto, el mejor del envío, le ofreció una Puerta del Príncipe en canal. Pero se lió con la espada y lo perdió todo. Antonio Nazaré, sin apenas sitio, pasó como de puntillas.
o Ficha: toros del conde Conde de La Maza, grandones, embastecidos, desiguales y mansos en líneas generales. Destacó el quinto, bravo, con recorrido y humillación, aunque al final se rajó.El lote del riojano fue desigual, lamentable el primero y mentiroso el cuarto, que dio mejor juego, aunque sin regalar nada. Se apagó muy pronto. Diego Urdiales: silencio tras aviso y vuelta al ruedo tras otro recado presidencial. Oliva Soto: oreja y vuelta. Antonio Nazaré: silencio en ambos.Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería: algo más de media entrada en tarde ventosilla. Presidencia: Francisco Teja, se le olvidó cambiar el tercio al primer toro de Diego Urdiales. Cuadrillas: Destacaron El Víctor, Manuel Burgos, Francisco Andana y Francisco Quinta. 12 de abril de 2010. Quinta de abono.
o Esta crónica la he publicado hoy en Diario La Rioja.