El ganadero reconoce que el sector ha hecho muchas cosas mal. “No hemos sabido explicar la importancia de esta tradición milenaria y no hemos sabido tampoco reclamar nuestros derechos”
ALMERÍA.- El prestigioso ganadero taurino Victorino Martín García ofreció anoche en el marco del Aula Taurina de la UAL una conferencia magistral en la que habló sin cortapisas de todos los aspectos que rodean a la fiesta y en la que no eludió una buena parte de autocrítica. “Hemos hecho muchas cosas mal, principalmente que no hemos sabido explicar la importancia de una tradición milenaria y que tampoco hemos sabido reclamar nuestros derechos”, dijo. Una circunstancia que puede cambiar si funciona la llamada Mesa del Toro, un foro que se creó hace dos años y que representa en un ente único a todo el sector. “Nos va a servir para explicar lo que somos y para defender la importancia de la fiesta ante terceros”, aseguró.
Victorino Martín García arrancó su conferencia repasando la milenaria historia de las corridas de toros, “un rito sacrificial que es un compendio de todos los valores mediterráneos”, dijo. “El hombre ha jugado con este animal desde siempre y lo último vivo que nos queda del mundo antiguo es, precisamente, la corrida de toros. Es un patrimonio de la humanidad en tiempo real y creo que también es la máxima expresión del carácter latino. No es casualidad que la lidia tenga tres tercios: representa las tres partes en las que se divide la vida humana: la infancia y juventud, la madurez y la senectud”, explicó el ganadero.
Junto a su padre, Victorino Martín García está considerado como el mejor ganadero de reses bravas a nivel mundial. Este año se cumplirá medio siglo desde que Victorino Martín padre comprara por intuición, “por afición también” como dijo el Rector, el primer lote de lo que hoy es la ganadería de Saltillos, verdadero emblema de los aficionados de la primera plaza del mundo, Las Ventas de Madrid, una plataforma desde la que ha conquistado a los públicos de toda España y de Francia a base de emoción y espectáculo. “Es posible, ya le advierto, que en el turno de preguntas que seguirá a su conferencia alguno de nuestros participantes le pregunte por qué Victorino Martín no lidiará en 2010 en Madrid”, le dijo Pedro Molina. Y así fue: esa pregunta salió a colación en el coloquio posterior a la conferencia. Su explicación, que para este año no tenía la corrida idónea y que por eso consideró mejor no ir. “Anunciarte en una plaza como Las Ventas sabiendo que vas muy justo no es razonable. Para nosotros es la plaza más importante del mundo y consideramos que era mejor no estar antes que decepcionar a la afición”. El ganadero explicó que el límite de los victorinos está en 350 madres al año (vacas preñadas por sementales) y que eso les lleva a contar con toros para unas 15 o 20 corridas al año, no más. “Habría demanda para mucho más, pero nuestra forma de hacer y de entender el toro es esta y no la vamos a cambiar”.
Victorino Martín García nació en Madrid en octubre de 1961 en Madrid. Hijo de Victorino Martín Andrés y María García Velasco, tiene sólo una hermana (Ana Isabel) mayor en 18 meses. Pasó su infancia en Galapagar, en plena sierra madrileña, donde su familia tiene los toros de saca. Junto a sus juegos de niñez fue descubriendo al toro bravo ya que, desde muy temprana edad y debido a su desbordante afición, aprovechaba cualquier oportunidad para acercarse a las fincas familiares y contemplar al mítico animal. Vio su primera corrida en la Plaza de Las Ventas el 8 de septiembre de 1968. Era la segunda corrida que la ganadería de su padre lidiaba en esa plaza y con la que obtuvo un notable éxito. Desde esta fecha, acudió asiduamente al coso madrileño en compañía de Victorino padre y de su tío Adolfo.
Su faceta de apoderado taurino comienza en la primavera de 1992. Es entonces, y hasta el otoño de 1994, cuando dirige junto con Antonio Corbacho los primeros pasos taurinos de José Tomás. Es Victorino quien decide enviar al diestro de Galapagar a realizar campaña mejicana durante la temporada del 94. A finales del verano de 1996 se hace responsable, junto con Victorino padre, de la carrera taurina de Miguel Abellán, que debuta con caballos en Benidorm el 2 de febrero de 1997. Tras una brillante temporada rompen su compromiso de apoderamiento a la conclusión de la misma. Entre enero y junio de 2000 apodera junto con el matador de toros Andrés Caballero al novillero mejicano José Luis Angelino.
Su faceta de promotor y empresario comienza en el otoño de 1997 cuando forma sociedad junto a Simón Casas, Enrique Patón y Juan Miguel Villar Mir entre otros, para optar a la explotación de la Plaza de Toros de Las Ventas, meta que no consiguen por escaso margen con respecto al pliego vencedor. En marzo de 2000, esa sociedad consigue la explotación de la plaza de toros de Zaragoza.
En abril de 2001, Victorino Martín García se desvincula por motivos personales del equipo de gestión de la Plaza de Zaragoza y, desde entonces, se dedica plenamente a su trabajo de representante de la ganadería Victorino Martín y de propietario de la ganadería Monteviejo. Es también un conferenciante habitual de los actos taurinos en Europa y en México, ha participado en centenares de conferencias, foros y seminarios sobre el toro de lidia y sobre la situación de la Fiesta y es asiduo de los medios de comunicación.
Con todo, su actividad fundamental es la ganadería, tanto la de Albaserradas, que conoce al dedillo y en la que tiene un papel fundamental en todas las tareas del campo, como en la de Monteviejo, de la que es propietario, y en la nueva ganadería de Urcola (del año 2005), de la que es representante. Según destacó el Rector en su intervención, Victorino Martín participa, además, en todas las tientas de hembras y machos de los distintos hierros y no pierde oportunidad tampoco de coger los trastos tanto en la plaza como a campo abierto.
