Efe | Sevilla | Vía elmundo.es El actor catalán José María Pou ha dicho que los toros "son una de esas ceremonias ancestrales que hay que defender y mantener", en la presentación en Sevilla de la obra 'Su seguro servidor, Orson Welles', sobre el artista norteamericano al que definió como "genio total" y que, de joven, trató de ser torero.
La obra, escrita por el biógrafo de Welles Richard France y dirigida por el también 'wellesiano' Esteve Riambau, toca, entre otros temas, las conexiones españolas del director y actor norteamericano, quien está enterrado en Ronda (Málaga), y su fascinación por el orbe taurino, y se representará en el Teatro Central el viernes y el sábado.
Welles, el más taurino
Preguntado Pou en conferencia de prensa sobre qué pensaría Welles de la iniciativa política catalana para prohibir las corridas de toros en esa comunidad, el actor leyó un texto desconocido de Welles en el que, en respuesta a un amigo norteamericano que le pregunta si debía defender los toros en EEUU, le dice que, si en efecto lo hace, "nadie podrá pensar menos de ti por ello".
En ese texto de Welles, que curiosamente le ha remitido de manera anónima un espectador de la función a Pou, el artista norteamericano confiesa que ni él mismo sabe con certeza si debe defender la fiesta de los toros, la cual, añade, le fascina, y define al torero como "un actor que da la cara a las cosas reales".
Pou recordó que cuando Welles era adolescente, en los años 20, acompañó a su padre a España para ver a torear a Juan Belmonte, del que su progenitor era amigo, y que quedó tan fascinado por lo que vio que unos pocos años más tarde regresó a España con el firme propósito de hacerse torero.
Tomó clases de toreo, vivió en Triana y finalmente con el dinero que pudo ahorrar compró dos toros para matarlos, uno de los cuales le propinó dos cornadas tremendas que le alejarían para siempre de la arena, pero no de los cosos, ya que siempre fue un aficionado, a lo que ayudó a su amistad con el maestro Antonio Ordóñez, en cuya finca de Ronda se enterraron sus cenizas tras su muerte.
Pou, que recordó que Welles vivió largas temporadas en Barcelona y en Madrid, y trató de establecerse en Sevilla, explicó que la función debe su título a la traducción libre de la fórmula que el norteamericano empleaba para despedirse en sus cartas y en sus sesiones radiofónicas.
'Su seguro servidor...'
La función se centra en los últimos meses de vida de Welles, que murió en 1985 a los 70 años, y arranca al día siguiente de su último cumpleaños, el día después de que sus amigos de Hollywood le dieran una fiesta sorpresa en casa de Steven Spielberg.
Welles aprovechó aquella ocasión para pedirle a su amigo Spielberg ayuda financiera para terminar su 'Quijote', una película que, como otras, dejó inacabada, y la función teatral transcurre mientras espera la llamada de su amigo con la respuesta, una contestación que puede cambiar lo poco que le queda de vida.