Pero me encantó su concepto del natural mandón y castellano. Naturales secos, prosaicos, concebidos con la verdad desnuda de la naturaleza de un torero para nada afectado que marcó ayer una sideral distancia con otras dos novedades que parecen sumidas en la monotonía estajanovista del triunfo a toda costa.
Pero para torear hay que sentir lo que se hace en el ruedo. Hay que disfrutar de la delicada sutileza de la concentración: de ser torero y saberse tal cosa.
Cortés se siente y se nota, aunque tenga defectos por pulir, como tumbarse tanto al torear en redondo en busca de alargar los muletazos. Pruebe con la muñeca, maestro, que el secreto usted lo tiene y lo atesora en la palma de sus manos.
o Ayer escuché el nuevo Clarín de RNE y me encantó. Aire fresco, respeto, calidad, periodismo, ausencia de ego... Una lección de información taurina.