El Camino de Santiago es parte sustancial de la historia de La Rioja y no sólo por la vocación jacobea de la ruta francesa, que entra en esta región tras abandonar Navarra por Viana y que discurre casi paralela al Ebro desde Logroño hasta Nájera y Santo Domingo para terminar en Grañón con su misteriosa ermita de los Judíos, sino también por ser Logroño el nexo donde los peregrinos se dan la mano con la Ruta del Mediterráneo, un camino que rememora la calzada romana que desde hace más de dos mil años unía la provincia imperial de Tarraco con Astorga (León) penetrando en La Rioja a través de Graccurris (Alfaro), Calagurris (Calahorra) hasta llegar a Varea, poblado histórico romano que ahora es un barrio de Logroño. De hecho, la ruta Jacobea es una de las vías clásicas que ha tenido La Rioja para estructurarse como región y sectores tan importantes como el vino le deben al camino y a los monasterios que fueron jalonando la ruta la introducción del cultivo de la vid. Para celebrar el año Xacobeo 2010, el Gobierno de La Rioja ha programado una amplia programación en el que se incluyen conciertos, exposiciones, concursos y el ‘Jacobús’, un curioso autobús turístico que permitirá recorrer los puntos emblemáticos de las etapas riojanas y que se pondrá en marcha entre los meses de abril y junio. Pero hay más, mucho más, ya que con el Pasaporte de Peregrino los miles de caminantes que se esperan podrán acceder al llamado ‘Bono rural jacobeo’, que ofrecerá suculentos descuentos en casas rurales, en la programación de Riojafórum y en visitas a bodegas con el fin de potenciar la vinculación del enoturismo con la peregrinación compostelana. La Consejería de Turismo también va a crear una red social de fotografías jacobeas en la red a través de la web ‘winesandblogs.com’ y va a poner en marcha novedosas iniciativas como paseos a caballo por viñedos, así como experiencias vitivinícolas tales como la vendimia peregrinando, con cursos de cata y explicaciones in situ sobre los secretos de la enología.
Cultura va a reseñalizar la ruta tanto en el camino francés como el del Ebro y tiene previsto la celebración de conciertos en templos emblemáticos como el Monasterio de Santa María La Real de Nájera, la Catedral de Santo Domingo de la Calzada y la iglesia de Santiago de Logroño. Además, se va a publicar un libro sobre el Camino Francés riojano en el que se ahondará en sus valores paisajísticos y etnográficos. Pero la cosa no termina ahí porque se va a desarrollar otra actividad de forma conjunta con otras CCAA –llamada Hitos del Camino- en la que motivará de una forma especial a los peregrinos para que visiten los puntos más importantes de cada región. Nájera acogerá una exposición itinerante y se pondrá en marcha un programa de peregrinaje musical con actuaciones por diversos enclaves de la ruta. Y como el Año Jacobeo coincidirá con los últimos meses del Año Jubilar Calceatense, además de las actuaciones de Filarmónica de Copenhaguen y de la Ópera Checa de Praga, se culminará con la presencia del barítono neoyorkino Christian Cedec para la clausura de la celebración del noveno aniversario de la muerte del fundador de Santo Domingo de la Calzada y uno de los principales impulsores espirituales del propio camino compostelano.
Navarra, la puerta española de la peregrinación. El llamado Camino francés, nacido de la unión de las vías Turonense, Limosina y Podense en Ostabat, convergía en la francesa ciudad de San Jean de Pie de Port, desde donde comenzaba el ascenso al Pirineo, camino de Roncesvalles (Orreaga en euskera) legendario enclave donde se materializaba la entrada de la ruta compostelana en España. El viejo reino de Navarra daba en el medievo la bienvenida en este lugar a miles fieles procedentes de todos los puntos de Europa; ahora, en los albores del siglo XXI, desde este mismo enclave se dará el pistoletazo de salida del Año Jacobeo 2010 porque Roncesvalles es un lugar mítico, donde se respira el ambiente de peregrinación y sobre el que flota el recuerdo de la épica tragedia de Roldán y los doce pares, enterrados, según la tradición, en la capilla románica del Sancti Spiritus, denominada por ello ‘Silo de Carlomagno’. Y es que la Comunidad Foral no se entiende sin las huellas trazadas por una ruta que a su paso ha dejado innumerables iglesias, monasterios y hospitales al servicio de los peregrinos. La ruta que el rey Sancho III el Mayor promovió en el siglo XI llegó a establecerse como oficial del denominado Camino Francés. Y además, como sucede en tantos lugares, dos grandes itinerarios cruzan Navarra: el que entra por Roncesvalles y baja por Pamplona, y el procedente del Pirineo aragonés, que pasa por Sangüesa. Las dos vías se funden en Puente la Reina, ciudad monumental y cruce de caminos, para continuar hacia Estella y tras atravesar Viana, dirigirse hacia La Rioja y de ahí a la meseta.
Y Navarra se llenará de peregrinos, para lo que el Gobierno Foral ha puesto en marcha un programa de actuaciones que incluye desde la implantación de nuevas señales, la restauración de varias iglesias, la apertura de nuevos albergues y diferentes actividades culturales en los distintos enclaves de la ruta. En el proyecto bautizado como Patrimonio e Itinerario peregrino se ha programado la rehabilitación de monumentos del Camino, tales como la portada de Santa María de Sangüesa o la restauración de la fachada y los pináculos de la catedral de Pamplona. Navarra participará, junto con otras Comunidades Autónomas del Camino, en la exposición ‘2010 Se hace el Camino’, una muestra de arte que se va a desarrollar de forma conjunta en Pamplona, Vigo, Vitoria, Oviedo y otras ciudades. Asimismo, se pondrá en marcha el ciclo ‘La Música del Reyno’, que llevará actuaciones musicales basadas en el patrimonio de Navarra a distintas localidades de todos el Camino. Esta iniciativa se completará con un proyecto de ópera teatralizada ‘Un puente en el Camino”’, que se ofrecerá en diversos municipios. Los albergues también acogerán cuentacuentos y representaciones teatralizadas. Además, el Instituto Navarro de las Artes Audiovisuales (INAAC) organizará un ciclo de películas sobre el Camino de Santiago y se reeditarán y publicarán folletos explicativos de la Ruta Jacobea a su paso por Navarra. También se han organizado diferentes escapadas de tres días con catas de vino en bodegas de lujo, relax en centros termolúdicos, paseos guiados a los rincones más bellos y naturales, cantos gregorianos en monasterios y rutas de pinchos para degustar la gastronomía en miniatura e ir abriendo boca.
Asturias, el encanto de la ruta primitiva. Dicen las crónicas que el Principado de Asturias fue pionero en convertirse en tierra de paso hacia la tumba del apóstol Santiago. De hecho, tres siglos antes de que comenzara el apogeo del Camino Francés, el rey astur Alfonso II ya conectó Oviedo con Compostela a través de tierras interiores de la Asturia occidental llegando hasta Iria Flavia, donde el eremita Paio tuvo visiones de ángeles que señalaban un túmulo en el mítico monte Libradón. Sin embargo aquella ruta perdió su fuerza ante la irrupción del Camino Francés y después la historia quiso marcar dos nuevos trazados asturianos, la llamada ruta del Interior y la de la Costa. La primera consta de 58 kilómetros y va desde el Puerto de Pajares a Oviedo a la vera de impresionantes cumbres, valles, praderas y joyas del prerrománico como Santa Cristina de Lena. La ruta costera se divide en dos: la más corta (128 km.) desde Bustio hasta Oviedo y la occidental (155 km.) que discurre desde la capital hasta Santiago de Abres. Si alguien quiere hacer el camino primitivo (Oviedo-Fonsagrada y de 154 km.) en el último concejo en tierras del Principado, Grandas de Salime, existe un interesante Museo Etnográfico que se ha convertido en un gran referente de la cultura tradicional asturiana.
País Vasco, por el mar y por la tierra. Existe constancia de que en los siglos IX y X los peregrinos utilizaban el camino del litoral del cantábrico para realizar su viaje a Santiago de Compostela. Este camino brotaba desde Fuenterrabía y tras abandonar San Sebastián buscaba Vizcaya a través de Guernika para tomar dirección a las tierras montañosas de los Cántabros por las Encartaciones en tierras de Balmaseda. En esta ruta conviven la Euskadi marinera con la agrícola, la urbana y la rural; la abrupta costa guipuzcoana y la belleza lánguida de un interior más seco y desconocido. La otra alternativa vasca es el Camino del Interior, que atraviesa Guipúzcoa y Álava y se muestra como un itinerario de contrastes para disfrutar de un país que en apenas 200 kilómetros ofrece paisajes costeros, bosques atlánticos, huertas, llanadas interminables, localidades rurales que se dan la mano con otras donde reina la industria y un patrimonio cultural sorprendente y desconocido. La ruta comienza en Irún y finaliza en Briñas, donde entronca con el Camino Francés que llega de Roncesvalles.