‘The New York Times’ destaca en un amplio reportaje el renacimiento taurino de Barcelona a pesar del acoso nacionalista y gracias al impulso de José Tomás
«En un momento en el que Europa se está haciendo más grande y más multicultural, Barcelona se está volviendo más pequeña y más catalana», explica Robert Elms, un escritor británico al que se cita un artículo de ‘The New York Times’ aparecido el pasado jueves y en el que se analiza el fin de semana taurino que se ha vivido en Barcelona coronado por las dos sensacionales faenas de José Tomás. Robert Elms lamenta ver cómo «la vanidad» ha convertido en una «oscura aunque mágica ciudad» un lugar que en otro tiempo fue «brillante»: «La posible prohibición es similar a una ley que requiere que los estudiantes reciban la mayor parte de su educación en catalán, no español». El artículo del ‘The New York Times’ viene firmado por Michael Kimmelman, uno de los críticos de arte de dicho rotativo, que analiza cómo José Tomás logró que la Monumental de Barcelona se abarrotase para ver la corrida que ofreció en 2007. «José Tomás mueve multitudes y para los aficionados es la mejor esperanza para el toreo». El periodista también retrata la actual situación de la fiesta en Cataluña e intenta ahondar en la controversia que ha supuesto la recogida de firmas por parte de una iniciativa popular para llevar al Parlament la prohibición corridas. La información recoge los testimonios de algunos personajes vinculados a la tauromaquia en la Ciudad Condal. El crítico taurino de La Vanguardia, Paco March, ataca a aquellos que se empeñan en acabar con los toros en esta región ya que, en su opinión, «una minoría de personajes contrarios al toreo quieren eliminar los derechos de otra minoría aficionada, que disfruta con un espectáculo legal que expresa la profundidad de la vida y la muerte llevada al extremo». El reportaje también recoge los argumentos de los antititaurinos para acabar con las corridas de toros, en su mayoría cargados de tintes políticos «algunos nacionalistas catalanes consideran el toreo como un símbolo patriota español», y también habla de que tan sólo ‘una docena’ de manifestantes protestaron frente al coso barcelonés el día de la última corrida de José Tomás. Salvador Boix, apoderado del diestro, dijo el jueves en el programa ‘Sol y Sombra’, de Punto Radio La Rioja, estar «convencido de que los abolicionistas no van a lograr la desaparición de las corridas. Yo, que soy catalán y aficionado, vivo todo esto con mucha indignación porque se trata de coaccionar la libertad». Por su parte, el torero retirado Joselito ha manifestado que «que me sorprende que una tierra supuestamente progresista y defensora de las libertades como la catalana sea capaz de acabar con un espectáculo como el de la fiesta, no nacional, algo que siempre se ha dicho erróneamente, puesto que existe en muchos países, sino de los toros: se trata de una tiesta universal».
o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja.