Mercé, Barcelona y Libertad son tres palabras unidas por fuertes y antiguos vínculos. Desde que ya en el siglo XIII, con el impulso de Jaime I, los barceloneses Pere Nolasc y Raimon de Penyafort fundaron la orden mercedaria para redimir a los cautivos, Mercé, Barcelona y Libertad no han dejado de ir juntos y acordes. Barcelona, ciudad libre, casa de hombres y mujeres libres, plaza de la tolerancia, del diálogo, del civismo, espacio para expresar libremente la diferencia y en el quien respeta es respetado. La queremos así: viva, palpitante, en ebullición, capital de Catalunya, metrópoli europea, solar nuestro, ciudad abierta, ciudad de todos. Las fiestas de la Mercé, eclosión de toda clase de actividades, catálogo inacabable de iniciativas populares al cual todos aportan su impulso festivo, tendrán este año nuevamente una feria taurina en la plaza Monumental con un programa de extraordinaria calidad digno de su categoría. Lo celebramos y queremos felicitar a la Empresa y a todos cuantos lo han hecho posible. Sin embargo, la Fira de la Mercé vuelve en unas circunstancias difíciles para la afición taurina catalana. Conscientes de que la Fiesta de los toros está aquí en peligro si finalmente prospera la iniciativa legislativa que quiere imponer su prohibición, queremos, con ocasión de esta Fira de la Mercé que reunirá a decenas de miles de personas en el histórico coso de Barcelona, hacer un llamamiento a todos los ciudadanos de Catalunya. No sólo a los aficionados, sino a todos sin excepción: taurinos, antitaurinos e indiferentes ante la Fiesta de los toros. Queremos recordar a todos los catalanes que con la prohibición de la Fiesta de los toros lo que podría ser prohibido es una parte de libertad, es un espacio de libertad lo que todos perderíamos. Cada vez que la libertad de alguien se ve negada o limitada, la libertad de todos pierde peso, se debilita, se empequeñece. Queremos recordarlo ante todo a nuestros representantes parlamentarios que han de tomar la decisión: no es sólo la realidad cultural, festiva, tradicional, económica y social de los toros lo que está en juego: es la misma libertad, es una fracción más de libertad, de la libertad de todos, que con su voto pueden borrar o no de nuestro entorno, y que todos nosotros aquí y ahora podemos perder. Prohibir, un verbo que tantas veces nos ha llegado impuesto desde fuera, no es algo que nos avengamos a recibir en nuestra tradición ni en nuestra cultura hecha de tolerancia, respecto, pacto, inteligencia, entendimiento y sentido común y cordura. ¡Que esta Fira de la Mercé sea una gran fiesta barcelonesa: una auténtica Fira de y por la Libertad!
Barcelona, Mercé 2009
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