Logroño estrena hoy una cuadra de picar francesa que ha triunfado en San Sebastián y Bilbao con caballos muy finos, petos ligeros y mucho arte
Una de las novedades taurinas de la feria de San Mateo que comienza esta tarde será el debut en la plaza de toros de Logroño de la cuadra de caballos de picar de Alain Bonijol, un diestro francés que una vez retirado –actuó por última vez en Las Ventas en 1986– decidió en 1990 crear una cuadra de caballos para el tercio de pica con «un sentimiento profundamente torero». Relata Bonijol que Antonio Trigo, responsable de la cuadra de los caballos de La Maestranza, le influyó de forma decisiva al conocer sus deseos de estar «siempre a la altura del espectáculo». Bonijol asegura que la «tauromaquia no admite la mediocridad y todos sus actores han de estar al nivel de exigencia del espectáculo. Y el cabalo de picar no puede ser una rémora, tiene que contribuir a engrandecer el toreo». Esta temporada ha actuado en ferias como Bilbao o San Sebastián y sus caballos han dado un juego sorprendente. Las monturas de Bonijol son finas, valientes, resistentes y rezuman torería. Y además de todo ello, ofrecen a los picadores hacer de la suerte de varas un verdadero espectáculo respetanddo los cánones máximos de un tercio que las últimas temporadas sonrojaba a muchos aficionados por la poca torería de aquellos percherones imposibles con los que torear era una utopía. El centro de operaciones de Alain Bonijol se encuentra muy cerca de Nimes; en una aldea llamada Franqueveaux que coquetea con el Scamandre, uno de los lagos más bellos de la Camarga. Comenzó con un solo caballo tordo llamado ‘Sitting Bull’, del que cuentan que era capaz de picar, de hacer de alguacillo y hasta de arrastrar los toros. Hoy en su cuadra pastan cincuenta monturas que han revolucionado el caballo de picar porque son de origen anglo-árabe, hispano-bretonas, argentinas y normandas. Como describía Begoña del Teso en el Diario Vasco en la pasada semana grande donostiarra: «Bien domadas, bien tratadas. Y bien enjaezadas. Les sirven, miman y acicalan los mozos y las mozas de cuadra. Son los de Bonijol caballos de distintas capas: hay alazanes, tostados, grises, trigueños. Lucen las colas peinadas como si pertenecieran a la Escuela de Alta Doma de Viena o Jerez».
Monosabios discretos. La personalidad y el carisma de Alain Bonijol ha influido también en las actuaciones de los monosabios, que son las personas que se ocupan de los cuidados de los caballos antes, durante y después de la lidia. En el caso de Alain, van perfectamente vestidos y como dice Bonijol, «con la camisa roja bien planchada». No salen al ruedo más que en el caso de que sea necesario y se definen como «aficionados a los toros sin olvidar nunca el prisma del caballo. Relata Bonijol en su web (¡una cuadra de picar con su propia página en internet!) que después de una faena se les escucha decir frases como ésta: «¡Quinze ha estado enorme!, ¡qué fenómeno es este Quick!, aunque yo te digo que Kriptos es la futura estrella de nuestra cuadra».
La doma de sus caballos. Bonijol relata que «la suerte de varas necesita un caballo que esté bien domado, ni un mulo ni un percherón. Un caballo de picar es parte esencial de la lidia y tras las primeras verónicas de recibo por parte del matador, su primera gran prueba es la del caballo. Tanto el picador como el caballo han de ir por derecho en esa suerte y para lograrlo hay que tener caballos muy bien preparados. Nosotros los domamos para que no se tumben sobre el toro con sus más 600 kilos de peso. Lo que les enseñamos es a resistir la embestida del toro, aguantando su ímpetu pero sin trucos y con nobleza. La cuadra de Bonijol se hizo pronto un hueco en las principales plazas francesas, aunque nunca faltan en los cosos de alta tradición torista como Sain-Martin, Vic Fezensac o Céret. Para él venir a las ferias españolas es un paso muy importante: «La familia Chopera conoce mi filosofía, mis deseos de que el tercio de varas llegue a ser un gesto torero. Lo cierto es que este tercio, tan bello, se ha quedado muy atrás y ahora es el momento de reaccionar. Trabajo con caballos muy ligeros y móviles, se fían de mí y yo confío en ellos para que lleguen a ser capaces de interpretar el tercio de varas tal y como lo sueño, con belleza, con torería y con la emoción propia de la tauromaquia».
Los petos tecnológicos. Uno de los aspectos más llamativos de los caballos de Alain Bonijol son los petos que utilizan, muy distintos a los convencionales por su flexibildad y peso y a través de los cuales han cconseguido mejorar en gran media la suerte de varas. Bonijol ha trabajado con materiales tecnológicamente muy avanzados y han logrado combinar la absoluta proteccion del caballo con un peso que en ocasiones no supera los 25 kilos. El toro puede meter la cabeza bajo el peto, colocar los cuernos y pelear con bravura sin estrellarse con un muro infranqueable. El toro tiene la sensación de que puede ganar.
Alain Bonijol: «La torería es parte esencial de la suerte de varas»
– ¿Qué es lo que ha aportado a la suerte de varas?
– Eso resulta complicado explicar pero se trata de una suma de varias cosas en la búsqueda del equilibrio. Desde la raza de los caballos, que han de ser toreros, y por ello finos y bien domados, hasta detalles relacionados con su aspecto, limpieza. Son muchas cosas.
– ¿Sus petos llaman la atención?
– Hemos trabajado mucho para lograr lo que queríamos. En primer lugar aligerar al máximo su peso y también obtener un punto de flexibilidad importante. El caballo está perfectamente protegido pero el toro tiene la posibidad de meter la cabeza, de romanear, de sentirse poderoso, vencedor de la batalla. Lo que no puede ser es que el toro se estrelle contra un muro y que anímicamente se sienta incapaz. Eso destruye su bravura y su acometividad.
– ¿Cómo reciben los picadores a sus caballos y el estilo de su cuadra?
– Están encantados porque los caballos los tienen en la mano gracias a su doma. El picador es un torero y así se siente mucho más protagonista de un momento tan bello de la lidia.
– Han picado en San Sebastián y Bilbao. ¿Cómo definen la experiencia?
– Estamos muy contentos porque las cosas han salido bien.
– ¿Por qué no salen los monosabios al ruedo?
– Sólo actuamos en caso de absoluta necesidad o de peligro. (Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja).