Toda la torería del mundo; toda la ciencia, todo el sentimiento.
La maestría de Luis Francisco Esplá en el momento preciso, casi cuando el sol se escondía por unos tejadillos que no eran precisamente los de la plaza. Ah, y el toro, de nombre Beato, fue de bandera: nobleza, bravura, hondura, dulzura...
¡Qué hermoso es el toreo cuando brota del corazón!