
El torero no. El torero tiene el muslo reventado y atravesado con un boquete por donde se escapa la vida a chorros y permanece sin un mal gesto, sin aspavientos, con una serenidad impropia de estos tiempos donde se prima la mentira y la apariencia, la falsedad, el triunfo como sea y por encima de lo que sea.
El torero no. Incluso algunos desalmados le pitaban porque no acertaba el puntillero. Ferrera es un torero discutido y disutible; gustarán más sus formas, sus banderillas, su concepto, pero tiene todos mis respetos por esa hondura suya inapelable, herido, partido, pero torero siempre.
o Coda lamentable: Lo siento, pero no todo es lícito en el periodismo y me parece inaceptable que cuando un torero va a la enfermería intenten entrevistarlo. En la vida, en la profesión existen normas sagradas, espacios para la intimidad y esferas en las que no caben estas cosas. No es la primera vez que lo hacen y no es de recibo. Alguien les debería decir algo. Soy periodista, me siento periodista por los cuatro costados y cada vez entiendo más las razones por las que José Tomás pasa de nosotros. ¿O no?. La foto es de Juan Pelegrín, de las-ventas.com